martes, julio 09, 2013

Un país partido en dos, no solo por El Nilo



Egipto vive momentos críticos. Las Fuerzas Armadas redoblan el control, mientras las movilizaciones a favor y en contra del presidente derrocado se mantienen.

Las Fuerzas Armadas egipcias, responsables del derrocamiento del presidente Mohamed Mursi, advirtieron este domingo que adoptarán medidas “legales y decisivas contra provocaciones o agresiones a manifestantes pacíficos” en todo el país. El anuncio fue realizado a través de la red social Facebook por el portavoz oficial del Ministerio de Defensa, Ahmed Alí, según informó la agencia Prensa Latina.
Hasta el momento, la violencia desatada en Egipto desde el viernes pasado dejó como saldo 36 muertos y más de 1.400 heridos, debido al accionar represivo del Ejército y los enfrentamientos entre partidarios del ex dictador Hosni Mubarak y seguidores de Mursi.
La cadena HispanTV difundió que el ministro egipcio de Defensa, el general Abdel Fatah Al Sisi, analiza la posibilidad de encarcelar a miles de integrantes de los Hermanos Musulmanes (HM), organización a la que respondía el mandatario derrocado. La información al respecto fue divulgada por la página web israelí Debka, que agrega que Al Sisi intenta impulsar un proceso para dictar una nueva Constitución y la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias en los próximos seis meses.
Según la información, desde el ministerio de Defensa buscan planear la represión de unos 10 mil salafistas armados, muchos de ellos pertenecientes a la red terrorista Al Qaeda, como también la detención masiva de los miembros de los HM.

Incógnitas y movilizaciones

Uno de los temas polémicos y que aumentan la crisis en Egipto es la designación, por parte de las Fuerzas Armadas, de un primer ministro interino. La figura que aparece en medio de las negociaciones es el premio Nobel de la Paz, Mohamed Al Baradei, que es sostenida por los críticos a Mursi. Aunque su designación fue anunciada en medios de comunicación oficiales, Ahmed Al Moselmani, portavoz del actual presidente interino Adli Mansour, desmintió la información.
En tanto, durante la jornada del domingo continuaron las movilizaciones en diferentes ciudades del país. En El Cairo, los seguidores de Mursi bloquearon una calle que une el cuartel de la Guardia Republicana (GR) con el Estado Mayor de la Fuerza Aérea, donde podría estar detenido el ex mandatario. También en la histórica plaza Tahrir se reunieron los críticos a Mursi, un conjunto de manifestantes que abarca desde los partidarios de Mubarak hasta militantes de fuerzas de izquierda.

Preocupaciones internacionales

Mientras las tensiones aumentan en Egipto, diferentes líderes mundiales han declarado sobre la situación que vive la nación del norte de África. El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que el país podría ingresar en una guerra civil, debido a que las relaciones entre partidarios y opositores a Mursi se encuentran en un “punto muerto”. “Siria ya está en una guerra civil y, por desgracia, Egipto se mueve en la misma dirección”, alertó el mandatario desde Kazajistán, país que visitó el fin de semana.
Por su parte, el titular de la Casa Blanca, Barack Obama, negó que exista relación entre los movimientos políticos que derrocaron a Mursi y el gobierno estadounidense. La declaración de Obama intenta rechazar las informaciones existentes sobre la injerencia de Washington en el golpe de Estado encabezado por los militares egipcios. Cabe recordar, que las Fuerzas Armadas de Egipto son las principales aliadas de la Casa Blanca en la región y reciben una ayuda militar anual de 1.300 millones de dólares.
Obama también condenó “la violencia que vive el país árabe” y se mostró preocupado “por la continua polarización política”. El mandatario exigió a los líderes egipcios “evitar más violencia a sus seguidores” y acordar políticas para lograr una “democracia sostenible”.
A su vez, el gobierno iraní expresó en un comunicado que en Egipto es necesario respetar el proceso democrático. La cancillería de Teherán se manifestó preocupada por la violencia desatada, la cual deterioró “de manera considerable la unidad nacional e integridad del país árabe, y de hecho, han contribuido a la alegría de los enemigos”. El gobierno iraní además criticó el comportamiento violento de algunos grupos extremistas en los últimos meses. En el comunicado, se solicitó “al pueblo egipcio que sea consciente ante los supuestos abusos y aprovechamientos de los enemigos externos. La resistencia del pueblo egipcio ante los complots y políticas hostiles del régimen israelí, es una página dorada en la historia egipcia”.

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