sábado, mayo 30, 2020

Los cerrojos al dólar no detienen la fuga



La corrida al dólar venía acrecentándose durante el último mes. De hecho, las reservas internacionales del Banco Central cayeron en mayo 1.120 millones de dólares por las ventas efectuadas para contener el alza de la divisa norteamericana. Para intentar frenar esta fuga y la suba de los tipos de cambio alternativos, el gobierno dio un salto en las restricciones a las operaciones en dólares, interviniendo ahora sobre las comerciales.

El Banco Central publicó una resolución en la que establece que las empresas que hayan realizado operaciones con los llamados dólares financieros (el contado con liqui o el dólar bolsa -MEP-) estarán inhabilitados por 90 días para recurrir al mercado oficial de cambios, y viceversa. Esto, días después de haber restringido el acceso de las empresas a la compra de dólares del Central para cancelar sus obligaciones con el exterior o para importaciones, para obligarlas a utilizar lo que tienen atesorado o disponible en el extranjero.
Estas disposiciones marcan un salto en la intervención, que ya excede al mercado financiero y pasa ahora a limitar el dólar comercial. Pero la importación es fundamental para el funcionamiento de la industria argentina, y con esta restricción del acceso a divisas las empresas recurrirán al blue que cotiza a $125 –y que pasará a ser tomado como referencia para las operaciones comerciales- lo cual encarecerá todos los costos y hasta podría quebrar la cadena de abastecimiento. Para las familias trabajadores equivale a una devaluación de hecho, porque esos mayores costos serán transferidos a los precios.
Con estas medidas no se detendrá la fuga, pero sí aumentarán las presiones devaluatorias. Una muestra de las expectativas en una devaluación es que en el curso de mayo los contratos de dólar futuro crecieron de unos 1.600 a 3.500 millones de dólares. Por eso el gobierno, buscando contener los ahorros en pesos, incrementó la tasa mínima que deben pagar los bancos por plazos fijos al 30%, y para tentar a las patronales agrarias a liquidar los dólares de sus cosechas habilitó el llamado dollar-linked, es decir la posibilidad de efectuar depósitos a tasa variable atados a la cotización del dólar. Esto evidencia la desesperación ante la incapacidad de dirigir la economía hacia otro lugar que no sea la corrida al dólar.
De fondo, el asunto es que el gobierno está en la palma de la mano del capital financiero, que es quien dirige la batuta. La caída de las reservas del Central y la depreciación de la moneda son indicios de la precariedad de la economía argentina, utilizadas para tensar aún más las exigencias de los BlackRock justo cuando Fernández y Guzmán ceden en buena parte de su oferta de canje para intentar llegar a un acuerdo.

Iván Hirsch

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