domingo, octubre 26, 2008

El que siembra vientos ...cosecha tempestades.


Es tan ciento el aforismo que el narco-paramilitar régimen de Uribhitler está cosechando lo que sembró.
La debacle es total. Mucho mayor que la 'hecatombe' que él necesitaba para re-elegirse -con articulito, otro, a bordo en la maniobra de la re-elección-, y permanecer sembrando sus excrementos en la Casa de Nari.
Debacle demostrada en las movilizaciones populares que están victoriosas contra el miedo sembrado por el Terrorismo de Estado, que se han levantado desde las tumbas de los masacrados, los asesinados extrajudicialmente, los desaparecidos, y han echado a andar a miles y miles de colombianos.
No podrán decir que la cosecha no es buena. Es buenísima. 50.000 indígenas del Cauca llegaron hoy a Cali. Los de Asonal judicial están recuperando fuerzas después de casi 50 días de huelga. Los trabajadores del estado, los afiliados del sindicato de la DIAN, Registraduría, del tenaz sindicato de Corteros de Caña, y miles de trabajadores más. Vamos pueblo de Cali a recibirlos con los brazos abiertos de la solidaridad popular!
Y esa cosecha no ha sido posible pararla. Ni siquiera el plomo. Ni siquiera el miedo a la muerte, al asesinato por parte de las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado, han podido parar los sentimientos del pueblo colombiano por justicia, por sus derechos escamoteados desde hace ya 512 años. Aquí no hay diferencias. Hermanitos mayores, hermanitos menores, pueblo todos, están luchando por construir una patria esplendorosa en la que quepan todos los colombianos de bien. Los corrompidos, los asesinos, los del Terrorismo de Estado, tendrán que pagar con cárcel sus culpas.
Y ya vemos que los áulicos del régimen, los que ayer cantaban loas al 'efecto teflón', hoy se atreven a descalificar al miniführer. Peridistas, empresarios, y hasta el nefasto Pedro Rubiano que apoyaba -y apoya- los excesos militaristas de Uribhitler, se pronuncian contra la 're-elección'. Es que los dictadores, cuando van en barrena en su caída, todos sin excepción le hacen el feo, a todos les huele a feo, a todos sus excrementos e inmundicias les azota el olfato y hace que corran a tratar de espiar sus culpas, mayores o menores.
Pero nuestro pueblo marcha feliz. Sintiendo la brisa de nuestros Andes que azota sus rostros. Rostros de hombres, y mujeres, y niños, que aún con hambre van felices al encuentro de su porvenir, por el que tanto han luchado, por el que tanta sangre han derramado, por el que tantos han sido asesinados, desaparecidos, una y otra vez. Porvenir que tendrá que pasar por la expulsión de la oligarquía del poder, de la Casa de Nari y convertirla en la Casa de Nariño, del Antonio Nariño mancillado por el narcotráfico y el Terrorismo de Estado; ahí está el Congreso, ahí está los edificios de la Justicia; ahí están la policía y las fuerzas armadas; ahí están todos esos cascarones vacios que serán llenados por la Nueva Institucionalidad que todos los colombianos de bien, el pueblo, hemos de construir.
Definitivamente el régimen narco-paramilitar oligárquico ha cosechado lo que ha sembrado, y tantos años de terror ha puesto en marcha las fuerzas que los han de enterrar. Sus sepultureros. El pueblo colombiano en lucha. !Adelante! que el futuro es nuestro!
ALP
ANNCOL

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