jueves, julio 16, 2009

El golpe militar y retardatario de Honduras impulsa el retroceso a políticas imperialistas y agresivas del gobierno del presidente Barack Obama


Por la necesidad urgente de restablecer mis vínculos con los medios universitarios de la ciudad de Cartagena de Indias, especialmente con la propia universidad pública que lleva su nombre, nacida desde el inicio mismo de Colombia como país independiente, viajé a la legítimamente llamada ciudad heroica, que resistió durante largo tiempo el cerco de agresión de las armas y flotas de guerra españolas, durante los combates iníciales de nuestras guerras de independencia, que convirtieron a sus gentes, a su pueblo de mulatos y mestizos en héroes eternos del coraje de un pueblo que sacrifica su vida por preservar su independencia nacional y su gobierno autónomo y soberano.
Yo mismo estudié ahí el bachillerato y la carrera de Derecho, de Ciencias Jurídicas y de defensa de los Derechos Humanos. Fui líder estudiantil durante todo el tiempo de mis estudios, al lado de decenas de otros compañeros que nos habíamos vinculado a los objetivos de la propia universidad y a los nuestros como combatientes por la democracia y el cambio social. Por ello tengo el gran orgullo de haber recibido de la Universidad de Cartagena la máxima condecoración destinada a reconocer los méritos universitarios, culturales y políticos de los estudiantes que logramos sobresalir en las luchas universitarias por la democracia, el cambio social y los intereses de los trabajadores y campesinos.
El acto de la Universidad de Cartagena en que se me hizo este reconocimiento llenó hasta los topes el aula máxima de la universidad, con la presencia de mis compañeros de aulas durante todos esos gloriosos años para mí. Este acontecimiento se convirtió en mi corazón y en mi pensamiento, en el mejor testimonio de que nunca fallé a mis compromisos de estudiante de leyes, vinculado desde muy joven a las luchas agrarias en la región de mi propio pueblo, Colosó, una notable sobrevivencia de los resguardos indígenas instalados desde los tiempos anteriores a la colonia misma en territorio del hoy Departamento de Sucre, por la expansión en toda la región de la cultura y organización social de las tribus indígenas “Zenúes”, que siguen constituyendo esencia y dinámica de vida y lucha de los campesinos del Departamento de Córdoba.
Curiosamente, pero sin que ello cause extrañeza histórica y sociológica, la población indígena de Colosó y de los Zenúes, ha sido en los últimos años campo de prueba de asesinatos políticos y exterminio de los sectores populares campesinos de esas dos regiones colombianas, junto a muchas otras que han aportado un millón de muertos del pueblo, a la tremenda ola de violencia que ha cubierto a Colombia toda desde hace más de 60 años, que es lo que regímenes retardatarios, como el del presidente actual, Álvaro Uribe Vélez, tratan de ocultar, de negar y de encubrir.
Dicho lo anterior, debo referirme al acontecimiento más grave contra la soberanía y la democracia. Cuando creíamos que avanzaba la consolidación e institucionalización de la democracia política y social de la América Latina y del Caribe, ha sido dado un monstruoso y cobarde golpe militar en Honduras, en el que se asociaron los grupos políticos y de terratenientes de la extrema derecha antidemocrática de ese país, amparado por la doble moral que respecto de Honduras ha tenido el presidente de los Estados Unidos, que ha guardado silencio y se ha inmovilizado para impedir que los golpistas retardatarios de Honduras se apoderen de esa nación , como en los viejos tiempos cuando el imperialismo norteamericano era dueño y señor de esos países e imponía regímenes dictatoriales sanguinarios, cuyos recuerdos levantan de nuevo el terror de aquellos tiempos que creíamos pasados.
Lamentablemente, el presidente Barack Obama, a diferencia de todas las naciones latinoamericanas y del Caribe ha guardado silencio sobre el criminal golpe, mostrando en su conducta que todavía está afectado por la mentalidad imperialista norteamericana. América Latina y del Caribe está de pie luchando por la derrota de la ultraderecha de Honduras, por el restablecimiento de su nueva democracia y la expulsión de los grupos ultraderechistas, retardatarios y criminales, que a lo largo de la vida de esa nación han sido los beneficiarios del trabajo y riquezas de Honduras, con un egoísmo que merece ser exterminado definitivamente en todo el continente americano. El presidente Barack Obama ha sido cómplice, como en otros tiempos pasados, de que el nuevo gobierno de los Estados Unidos es igual al de los grandes líderes imperialistas, de dominación y agravio que han dirigido la relación de Estados Unidos con América latina y el Caribe. Para los latinoamericanos, lo mismo da que los agresores norteamericanos sean blancos, negros o mulatos, si hacen lo mismo y cometen los mismos crímenes. Yo llegué a creer que el presidente Obama se atrevería a dar el cambio de rumbo histórico que requieren los Estados Unidos desde hacen muchos años, para imponer y sostener una verdadera democracia e igualdad para su propio pueblo.
Lamentablemente, tal como dice la revista de ultraderecha española Semana, en su edición N°1417 de este año, “LOS INTERESES DE COLOMBIA Y ESTADOS UNIDOS NO CAMBIARON EL 20 DE ENERO CUANDO OBAMA ASUMIÓ LA PRESIDENCIA. TODOS LOS ASUNTOS BILATERALES ESTÁN SIENDO AFECTADOS POR LA POSIBLE PROLONGACIÓN DEL MANDATO DE URIBE”, pese a que periódicos como EL Washington Post, Wall Street Journal y otros han expresado su oposición total a la tercera elección de Uribe a la presidencia de Colombia, que lo hacen responsable de la ola de violencia y crímenes en que ha caído de nuevo el país.

Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)

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