domingo, julio 19, 2009

30 años de la Revolución Popular Sandinista


El 19 de julio de 1979 triunfó la revolución popular sandinista que acabó con la larguísima dictadura de los Somoza y dió paso a transformaciones de calado en la vida de los nicaragüenses, con una campaña de alfabetización memorable, algunas entregas de tierras a cooperativas de campesinos, y el trasvase de una parte de la inmensa riqueza de la familia Somoza al naciente estado nacional.
La sandinista, que fue considerada una revolución de las "buenas" por la presencia de mucha fuerza cristiana, con tres ministros sacerdotes, por la ausencia de pena de muerte, por el gran poyo popular interno, y por la noalineación en los bloques de la época, pasó rápidamente a ser atacada por los Estados Unidos, y "desatendida" por Europa con la honrosa excepción de Suecia,gestándose una tremenda guerra de agresión que afectó no sólo a las vidas de miles de nicas y a la escasa infraestructura del país, sino al conjunto de las naciones centroamericanas, en especial Honduras y Costa Rica, usadas como portaaviones por las fuerzas mercenarias financiadas por USA.
Frente a ello, el movimiento sandinista logró articular una movilización popular entregando armas a todo el pueblo, y derrotar militarmente a "la contra" en todos y cada uno de los combates, quedando en ridículo Estados Unidos por no poder conseguir ni una sóla "cabeza de playa" en la que instaurar un gobierno adverso, y siendo condenado en los tribunales internacionales por el minado y destrucción de los puertos, especialmente el de Corinto.
Sin embargo la victoria militar sandinista sólo se tradujo en una victoria electoral, en 1984, y en una derrota en 1990 cuando todas las fuerzas dispersas de la derecha se juntaron en la UNO y contra todo pronóstico sacaron más votos que los sandinistas, que se retiraron en un gesto sin precedentes en otras experiencias revolucionarias, a transcurridos tan pocos años de la insurgencia.
Lo que vino después, en los tres gobiernos posteriores de Chamorro, Alemán y Bolaños, ha sido el desmantelamiento de todos los logros populares, la venta de las escasas infraestructuras públicas, y la devolución de algunas tierras (allí donde no hubo suficiente resistencia organizada) a los ricachones liberales, y un estado de corrupción visualizado en el aumento de la riqueza personal de Alemán en siete veces tras el huracán Mich gracias a la apropiación de las ayudas humanitarias
venidas de fuera...dando por resultado un aumento espectacular de la pobreza, la imposibilidad de la mayoría de la población a acceder a un mínimo de salud o educación, un crecimiento de la desigualdad hasta extremos intolerables, y el descenso en picado del país para ocupar los últimos puestos en desarrollo humano...
Hace poco tiempo recordaba en Asturias el insigne poeta y ministro de cultura sandinista Ernesto Cardenal los logros y los pecados de la revolución nicaragüense, señalando sin pelos en la lengua también los graves defectos de algunos dirigentes, que sin duda han tenido decisiva influencia en los acontecimientos, y en la imposibilidad de recuperar el poder por las urnas, hasta el cuarto intento, a pesar de seguir siendo el sandinista el principal partido de Nicaragua.
Y fueron centenares las personas que desde Asturias viajaron, laboraron, participaron en brigadas en aquella época fértil y creativa de la década sandinista, que iluminó las esperanzas en todo el continente americano, pero que no pudo preservarse, por diferentes circunstancias, de entre las cuales la de mayor peso es sin duda ninguna la feroz arremedida militar y el bloqueo económico del gobierno Reagan, el mayor asesino de nicaragüenses de una historia plagada de intervenciones armadas norteamericanas.
Cuando de junio a diciembre del año pasado se celebraron en Asturias numerosas actividades de recuerdo y reivindicación de la figura del cura de la cuenca minera, Gaspar García Laviana, muerto en combate contra la dictadyra somocista, se pudo también reflexionar, desde distintas ópticas, sobre ese periodo histórico, sobre el actual gobierno de coalición (entre sandinistas, representados por Ortega en la presidencia, y antiguos "contras", representados por el vicepresidente del país), y sobre lo que queda de la Revolución en los tiempos presentes.
Ninguna de esas reflexiones admite simplificaciones, mucho más si se tiene en cuenta en qué posición discrepante o contradictoria se situan hoy dia los protagonistas de la gesta heroica de la Revolución:
la mayoría de los intelectuales y artistas, en el campo de la renovación sandinista o en posiciones de distanciamiento ético. Pero que habían jugado un papel central y certero antes y después de la Revolución, en un país de tan fecunda imaginación y proliferación de poetas, muchos de los cuales escribieron sus mejores obras con la ofrenda de sus Vidas combatiendo al somocismo.
Los comandantes, de los que casi ninguno pervive apoyando al actual gobierno, sólo uno de la dirección nacional (unión de las tres tendencias del sandinismo, a la muerte de su lider máximo Carlos Fonseca) ostenta la presidencia, a otro, el más histórico de los vivos, se le alejó a una embajada a Perú, y otro preside la Asamblea Nacional, pero el resto disprepan y militan en partidos distintos, como el movimiento al rescate del sandinismo..
Y sin embargo el dia de hoy La Plaza volverá a llenarse, como todos los años, de cientos de miles de personas, en una movilización que ninguna fuerza consigue en Nicaragua, y en una proporción sobre el número de habitantes nicaragüenses que posiblemente solo igualan en la Habana los primeros de Mayo..
Y el gobierno de alianza y reconciliación, ambiguo en sus cometidos, señalado como amigo de los discolos del continente, integrante del ALBA. acogedor de líderes indígenas amazónicos perseguidos en Perú, o de activistas bombardeadas en Ecuador por el ejercito colombiano, practica una politica contradictoria, donde a las grandes familias adineradas, como los Pellas, les va más que bien, les va mejor que nunca, las relaciones con Taiwan suponen una contradicción aparente con el resto de relaciones estratégicas, y la negociación con el FMI o el sometimiento a las presiones descaradas del gobierno español para "proteger" los intereses de Unión Fenosa, contrastan con un lenguaje "integracionista" y con algunas medidas sociales tal vez demasiado paternalistas sustentadas precisanete en los apoyos indudables que provienen de los recursos energéticos proporcionados por sus aliados venezolanos o de los médicos y alfabetizadores provenientes de una Isla caribeña.

Javier Arjona

Javier Arjona es internacionalista, y durante tres años y medio profesor en un instituto agropecuario creado por la revolución sandinista en Jalapa, en la frontera con Honduras en la época de la agresión militar.

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