viernes, mayo 20, 2011

Loar a la clase obrera sin practicar su ideología, es puro oportunismo


No hay otra vía ni otro camino, basta de querer reinventar el agua tibia, o es capitalismo y todos sus modelos, o es socialismo, sustentado en el instrumento de los trabajadores y explotados del mundo

Cuando hablamos de ideología de los trabajadores y excluidos en general, nos estamos refiriendo al pensamiento, credo a la doctrina y filosofía de los asalariados que Marx genialmente, estudió y demostró, y que básicamente consiste en interpretar la esencia del sistema económico de explotación del hombre por hombre, en su afán de lucro para aprovecharse de la plusvalía (trabajo no remunerado) del ser humano.
Sistema por el cual el capitalista consigue la acumulación de capital como base de un procedimiento que cada día se va apropiando del trabajo ajeno, hasta lograr ser el dueño de todos los medios de producción.
Esa poderosa arma científica del marxismo y la práctica de su ejecución en algunas experiencias vividas y algunas fallidas, por causas netamente humanas, otras que continúan en proceso de no retornar al pasado, tratando de consolidarse y otras experiencias que están en su afán oportunista de revisión del marxismo, buscando volver al capitalismo “elegantemente”. Es la misma que ha servido de guía para las luchas de los pueblos en defensa de sus intereses de clase de todos los explotados del mundo y de quienes se nutrieron y aportaron después de Marx, Engel, Lenin, Trotsky, Mao y ahora Fidel y tantos otros revolucionarios teóricos y prácticos a enriquecer el marxismo científico, es el mejor aporte de ellos, para la liberación hoy más vigente que nunca para está y las generaciones futuras.
El marxismo es el único instrumento valedero si es que se lo asume en su plenitud, para oponerse y derrotar al sistema capitalista que hoy en sus pataleos de crisis económica, política y cultural, busca reciclarse mediante el desastre, atacando por doquier a todo aquello que se oponga a su interés, de saqueo e intervencionismo, amparado en el titulo que el mismo se ha otorgado por la fuerza de las armas de ser el gendarme del mundo, con la complacencia de otras potencias mundiales, que al pretender volver a la época de la guerra fría, para repartirse nuevamente su supremacía en el mundo, y parcelarse el planeta ya no en dos polos de influencia, de EE.UU. y RUSIA, sino esta vez entre tres con CHINA incluida en la repartija.
Esta estrategia del sistema capitalista a la cabeza del imperio norteamericano y sus socios circunstanciales que hoy sigue arremetiendo mediante sus guerras genocidas, en Irak, Afganistán, ensayando su libreto de muerte en Pakistán, asesinando desde el aire a civiles en Libia y en su lista de muerte, Irán, Venezuela y todo lo que se le vaya poniendo por delante, no cuenta con el apoyo de sus pueblos ni de ninguno de los pueblos del mundo, que cada día que pasa van repudiando las atrocidades que vienen cometiendo, a nombre de la “democracia y la libertad”, palabras que en boca de los genocidas, han perdido todo contenido y hoy sólo significan muerte y atropello, para las mayorías del mundo civilizado.
Es a esa estrategia de saqueo y muerte a la que debemos oponernos tenazmente, acelerando todos los movimientos de cambios en el mundo para consolidar los procesos de unidad con integración regional verdadera, como una manera de equilibrar las pretensiones de las grandes potencias, por la hegemonía del mundo.
Este panorama desolador, al que nos está conduciendo la desesperanza del capitalismo en su enfermedad terminal, pero al mismo tiempo las luchas de los pueblos en rebelión en las entrañas de las bestias y en varias partes del mundo en contra del sistema capitalista, son un aliciente de fe, en un futuro mejor para los pueblos y que nos debe comprometer a todos quienes queremos, acabar con el sistema capitalista. A persistir y practicar e implementar la ideología de los trabajadores del mundo, en el frente de lucha en que nos encontremos, el marxismo- leninismo y todos sus aportes, sin ningún contrabando ni revisionismo de ningún tipo, que no sea solamente adaptarlo a las circunstancias de cada situación concreta pero sin vulnerar su esencia, de que para construir el verdadero socialismo, es imprescindible acabar con el sistema de explotación y acumulación de riquezas, basado en la plusvalía y en la propiedad de los medios de producción, en definitiva, no hay socialismo si existe la propiedad privada de los medios de producción.
No hay otra vía ni otro camino, basta de querer reinventar el agua tibia, o es capitalismo y todos sus modelos, o es socialismo, sustentado en el instrumento de los trabajadores y explotados del mundo, el marxismo, con todos sus aportes prácticos y científicos. Las experiencias recientes no muy lejos de aquí, demuestran que no importa que un obrero o campesino esté al frente de algún gobierno, patriótico o de corte popular, sino está asentado en la doctrina y práctica de los pobres del mundo, es lo mismo que nada, a la corta o a la larga, tratando de buscarle alguna vía de hacer al capitalismo “más humano”, caerá en el reformismo oportunista meta segura al “capitalismo normal”.
Sigue siendo obligatorio para toda persona, organización política o sindical verdaderamente revolucionarios, no equivocarnos en el análisis de las coyunturas, que se están desarrollando en los pueblos de América Latina con el apoyo de grandes mayorías nacionales, al interpretar correctamente las contradicciones de clase y alejado de todo sectarismo mezquino, identificar plenamente al enemigo principal que sigue siendo el gran capital mundial a la cabeza de los EE.UU. y todos sus aliados y cómplices y en nuestros países sus agentes, la empresa privada y sus mecanismos operativos.
En un trabajo arduo de estudio y organización, es necesario continuar trasmitiendo el mensaje de liberación nacional al seno de las masas, en el afán de profundizar los procesos de cambios, denunciando y desenmascarando las tendencias derechista en el seno de los procesos y en las filas de los movimientos. Y en su caso al agudizarse las contradicciones de clase, crear y apoyar toda perspectiva que signifique derrotar a la derecha y sus agentes y avanzar hacia un gobierno del y para el pueblo, teniendo en cuenta siempre de que nuestras acciones de lucha, no se asemejen en ningún instante a las políticas desestabilizadora y golpista de la derecha criolla y sus amos del norte. “La liberación de la Clase Obrera será obra de ella misma”.

José Justiniano Lijerón

Ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

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