jueves, febrero 02, 2012

De la lucha de las ideas a la guerra imperial contra las ideas.


Ya hace rato que el imperialismo yanqui viene practicando la guerra de Cuarta Generación contra los gobiernos progresistas y revolucionarias del mundo de diversas formas y maneras, mediáticamente construyendo mentiras insólitas como parte de sus estrategias políticas y militares de dominio y hegemonía o utilizando los mecanismos cibernéticos, la web con fines abiertamente conspirativos y atacando desde su poderío tecnológico, con cientos de portales y blogs a los guerrilleros de internet que defienden a los pueblos y a los gobiernos progresistas y revolucionarios del universo.
Todo el aparataje mediático transnacional ha sido empleado por años para tratar de destruir a gobiernos revolucionarios como el de Cuba y su ejemplo de dignidad y coraje. 53 años de incesantes campañas de todo género para desprestigiar, descalificar, sabotear la labor de ese abnegado pueblo, ello acompañado de campañas de sabotajes, terrorismo, agresiones de diverso género, centenas de intentos de asesinato a líderes fundamentales como Fidel Castro, Raúl Castro y otros muchos líderes por parte la organismos de espionaje y terror como la CIA. ¿Cuánta tinta se ha gastado inútilmente por todo el mundo en periódicos impresos, por miles de emisoras de radio, centenas de estaciones de televisión para tratar de destruir la revolución cubana? Sin duda miles de millones de dólares.
Pero los cambios de estrategia política del imperio, a medida que se ha ido agravando su crisis económica estructural y que se ha planteado, después del autoatentado de las Torres Gemelas el 2001 la guerra del fin del mundo o preventiva del genocida Bush, ha redimensionando las políticas mediáticas dándole a éstas la connotación como arma de guerra y el papel de los medios de cualquier tipo pasa a ser tan importante como la aviación o la artillería en la guerra terrestre.
El caso de Irak, con un absoluto control mediático del imperialismo, el mundo vio con estupor desde los receptores de televisión cómo se agredía una nación sin que el agredido pudiera defenderse mediáticamente. Lo mediático resultaba redimensionado como nueva arma de guerra en gran escala. Ya no era la simple mentira repetida millones de veces y podía quizás desprestigiar a algunos niveles al agredido porque el objetivo era prejuiciar a quien recibía el falso mensaje, pero no siempre alcanzaba su objetivo destructivo, Cuba lo evidencia.
Ahora lo mediático pasaba a ser la primera arma de guerra en las nuevas guerra de rapiña y coloniales. El medio de información de cualquier género, privado o público, fue y está militarizado y así, en la nueva estrategia militar del Pentágono, el control de los medios fue absoluto como factor decisivo para su triunfo, ello fue más que evidente en el caso de la agresión a Libia.
Hay que resaltar que mientras en la agresión a Irak el espacio de manipulación mediática y guerra de mentiras (por ejemplo el tremendo embuste de “las armas de destrucción masiva” por parte del gobierno de Hussein se manejó hasta el cansancio por lo menos durante un año), en el caso de Libia esos tiempos se acortaron de manera asombrosa, escaso mes y medio bastó para implementar la agresión militar USA/OTAN con la anuencia y complacencia del Consejo de Seguridad de la ONU, las vacilaciones de Rusia y China que no emplearon su derecho de veto (quizás una de las poquísimas veces que ello estaría justificado) para evitar lo que después se convirtió en un genocidio –más de 100 mil muertos– y la absurda e injustificada destrucción de una bellísima y próspera nación.
La manipulación y la mentira mediática y el uso de ésta como arma contra sus adversarios por parte del imperialismo se mostró en la falsa toma de Trípoli por parte de los mercenarios y vende patria. Todo fue un tinglado de utilería montado en Qtar, con artistas pagados y miles de mercenarios del llamado CNT. Para algunos sectores gubernamentales de diversos países esas imágenes “convincentes” de la “toma de Trípoli” los llevaron a definir un apoyo político al sedicente CNT.
Pero si hubo resistencia a la agresión militar imperialista por parte del pueblo libio y el apoyo a la Jamairiya que dirigía Gaddafi, también a nivel mediático hubo esta vez resistencia y respuesta mediática, por un lado Tele Sur, órgano televisivo libre de los pueblos y gobiernos de la ALBA, por el otro decenas de páginas web y blogs donde se expresaron miles de revolucionarios de todo el mundo denunciando las agresión, desmontando las mentiras mediáticas, dándole aliento al pueblo libio y enfrentando esa guerrilla mediática la agresión del imperio. No en balde fue tan extensa esa agresión que duró 8 meses cuando los criminales de la OTAN pensaban en un paseo militar de un máximo de 15 días. La resistencia interna y la solidaridad internacional de pueblos y sectores progresistas y revolucionarios permitieron extender la resistencia.
Finalmente cayó –por ahora– Libia, pero la lucha de su pueblo sigue, la resistencia crece y de aquella experiencia mediática por la web, por internet, llevó al imperialismo a prestarle una mayor atención a que no controlan ese importantísimo mecanismo como ellos quisieran, hay demasiados grupos y medios alternativos que dan diariamente la batalla mediática contra los imperios y sus políticas, más cuando han surgido en numerosas naciones europeas e incluso en los propios Estados Unidos del Norte, multitudes de inconformes que se lanzan a la lucha contra el capitalismo y por mejores condiciones de vida. Es el capitalismo que hizo crisis y se está agudizando día por día, acelerando la descomposición del sistema y el estremecimiento de las tradicionales políticas de alianzas de los grupos burgueses y oligarcas y de los gobiernos que tienen que apelar a la fuerza armada, a la represión para tratar de contener el auge de las masas trabajadoras o desempleadas descontentas, hartas de explotación y atropello de los banqueros y de los sectores financieros de las oligarquías.
El imperialismo yanqui, el criminal gobierno sionista israelí, los imperios europeos vienen utilizando internet, las llamadas redes sociales, para generar subversiones, movilizaciones en aquellos países progresistas pera producir pseudo revoluciones o revoluciones de primavera, verdaderos movimientos subversivos apoyados en sectores sociales de la clase media o de sectores juveniles desclasados y manipulados por sectores imperiales.
El Congreso de los Estados Unidos, quintaesencia del derechismo y la reacción mundial, en su fatuidad imperialista de creer que ellos son el ombligo del mundo y éste les pertenece, aprueban una sedicente ley para agredir, intervenir y perseguir a aquellos que utilizan internet como arma de lucha por la verdad y la justicia y campo de batalla para enfrentar a las políticas de los gobiernos imperiales.
Creídos que internet les pertenece, los congresistas yanquis eculubran una presunta legalidad jurídica para “defender” su seguridad nacional y aprueban una parodia de ley que viola principios y derechos de opinión e información consagrados en la mayoría de las constituciones del mundo y se sienten con una patente de corso para agredir y ofender a todos los gobiernos que les dé la gana en inadmisibles conductas injerencistas.
Ya no es sólo la acción encubierta del Pentágono, el Departamento de Estado, la CIA, el Mossad israelí u otros organismos de inteligencia de diferentes países, ahora es lo que ellos ilegítimamente llaman “derecho a la defensa” al aprobar una ley extra territorial, extra nacional y aplicársela a países que torpemente ellos consideran “enemigos”, es decir, naciones que defienden su soberanía y libre autodeterminación. Internet, tierra de nadie, ellos pretenden clavarle su bandera y conquistarlo como si fuera una nación intervenida y militarmente derrotada.
El universo de hombres y mujeres libres de internet, de grupos organizados que adversan las pérfidas políticas imperiales, que defienden la verdad, la justicia, el derecho de los pueblos a darse libremente los gobiernos que estimen más apropiados a sus intereses y los de sus países, plantea entrar de lleno en esa guerra mediática que ahora “legalmente” plantean desarrollar con su instrumental tecnológico por internet. Aceptemos, pues, el reto.
Todos los internautas a enfrentar la ofensiva del imperialismo yanqui contra el uso libre y soberano de internet, digamos un ¡NO! rotundo a la ley SOPA que el parlamento fascista norteamericano nos quiere imponer a los pueblo. ¡No a las leyes extra territoriales y supra nacionales que el imperio pretende imponerle a pueblos y naciones en internet! Internet es de los pueblos no de la policía imperial yanqui.

Humberto Gómez García

(1°-01-12) (www.revistacaracola.com) ( humbertocaracola@gmail.com) (Miembro del Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC) (Con la revolución y Chávez, hacia los diez millones de votos el 7 de octubre) (Exigimos la libertad de los 5 héroes cubanos presos en las mazmorras o en ciudades cárceles norteamericanas)

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