Entre las muchas consecuencias de que la coalicción financiera armamentística estadounidense haya puesto a Trump, se ha sabido de tres operaciones realizadas con el mismo fin, pero ¿cuál es ese fin?: el fin, el objetivo, la intención de que las operaciones imperiales concluyan en … lo deben sacar ustedes, yo sólo les cuento las que son:
Un estudio realizado por el profesor Keit Meyers, de la Universidad de Arizona, rebela que las pruebas nucleares realizadas por el régimen imperial en su mismo territorio entre los años 1951 y 1973 han dejado 700.000 muertos estadounidenses. Entre otras causas se indica la contaminación de la leche de las vacas alimentadas con o en los pastos de aquellas zonas donde sus queridos militares las hicieron explotar. La leche contaminada con radiaciones nucleares se tomaba en las comunidades de Arizona, produciendo un aumento vertiginoso de casos de cáncer y otras enfermedades que llevan a la muerte.
En el Boletín de Científicos Atómicos de 2017 de EEUU, Elisabeth Eaves ha denunciado que el régimen estadounidense, ¿dictatorial? ¿nazi?, ha aprobado la financiación para crear “virus letales-mutantes”.
¿Para qué quiere el régimen imperial disponer de “virus letales-mutantes” que puestos en circulación se convertirían en pandemia?.
En un artículo publicado con el título “The Missin Money” ( “El dinero desaparecido” del regimen estadounidense) Catherin Austin Fits informa que desde el año 2.000 los gobernantes del régimen estadounidense han “perdido” 21 billones de dólares. Y continua: “Esta es la razón por la que existe un impulso tan fuerte para cambiar o romper la Constitución.”
Yo diría que además de ladrones de su propio país, que desde luego ven como una razón para acabar con la ley por la que se rigen, son ladrones del mundo global, la “globalización que llaman, por eso también: el monto de lo robado y sus asesinatos es de tal calibre que no hay ley que los pueda proteger, a no ser que la modifiquen.
Son tres noticias ocultas, tres noticias que saliendo del estómago de ese monstruo que es capaz de matar a su propia población envenenándola, que es capaz de crear virus letales mutantes para el mundo, que es capaz de robar a su pueblo hasta esquilmarlo, nos hablan las tres noticias del carácter, de la intención, de la atmósfera que conforma el capitalismo.
Y no hemos dicho una palabra del bloqueo a las naciones que aman su independencia, no nos hemos pronunciado sobre las guerras en que el régimen estadounidense invierte su industria militar-financiera, no hay aquí ni siquiera una palabra sobre la miseria que ha causado esa minoría multimillonaria entre la misma población de su país, ni nos hemos detenido en casos concretos como el de Detroit, ciudad vacía en cuyos límites los habitantes han creado una ciudad de chavolas, tiendas de campaña, roulots, por no meterse en las casas de la ciudad fantasma, debido al miedo a la represión o a la fe en la “sagrada propiedad privada”. Y a ese régimen ¿hay que admirar, adorar, sonreir, defender, disculpar?.
Hace falta otra ética, hace falta cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, y el pueblo estadounidense tiene un papel importante en ello. Pero si el pueblo estadounidense no toma conciencia, el mundo no puede esperar a que despierte,...
Después del desastre que cause esa élite militar financiera con la excusa de Corea del Norte o cualquier otra, dirán, sus mismas gentes y sus representantes, que no sabían nada, que fueron engañados.
Y una parte del mundo, esos gobiernos colaboracionistas en los crímenes, también tienen responsabilidad como repetidores-loros prestando su voz y su fuerza para decir: “el socialismo es malo, el socialismo es malo”.
El socialismo, el entendimiento en lo común, la ayuda solidaria, es aquello que nos protege a todos, que hace la vida de la mayoría más humana, más soportable, más vivible.
Por ese motivo, por la mayoría más humana, el 1 de Enero en La Habana se tiran al aire 21 salvas de fogueo, para celebrar la victoria de la Revolución Socialista que empezó en 1959.
El imperialismo ha intentado destruirla en multiples ocasiones causando miles de muertes, además de descargar sobre la población cubana el bloqueo, todo un acto de guerra, que ha causado ya 822.000 millones de dólares en pérdidas. Y hoy, aún, ese gobierno que tira bombas atómicas en su propio territorio, que crea virus letales-mutantes, que roba a su pueblo hasta querer cambiar las leyes con el fin de que no puedan ser acusados como los ladrones que son, aún ese gobierno financia a los grupos más deplorables, mercenarios, hijos de la bomba, el virus, y el robo, con la finalidad de que le ayuden a quedarse con Cuba solidaria.
A ustedes, lectoras, lectores, les invitaba en las primeras líneas a sacar sus conclusiones sobre el fin de las tres operaciones imperiales, ahora tienen la palabra.
Celebren conmigo las 21 salvas de La Habana.
Ramón Pedregal Casanova
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: “Gaza 51 días”, “Palestina. Crónicas de vida y Resistencia”, “Dietario de Crisis”, “Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero”, y “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.
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