miércoles, enero 24, 2018

La visita del Papa en Perú deja un manto de "paz" e impunidad



La visita del papa al Perú, sirvió para opacar el rechazo generalizado por el indulto al genocida Alberto Fujimori. Sin embargo, un nuevo indicador del impacto de la visita papal en el rechazo callejero al indulto, lo tendremos este martes 30 de enero cuando se lleve a cabo la tercera marcha nacional contra el mismo.

El domingo 21 de enero, con una misa en la base naval de las Palmas que congregó la participación de aproximadamente un millón de personas, concluyó la visita papal al Perú. En su recorrido por Puerto Maldonado, Trujillo y Lima, el papa Bergoglio se pronunció sobre diversos temas que van desde la contaminación ambiental y el desplazamiento forzado de pueblos originarios, las esterilizaciones forzadas, la corrupción de los políticos y la necesidad de renovar la iglesia católica. Sin embargo, en ningún momento deslindó ni señaló a los verdaderos responsables de esta problemática, lo cual pone de manifiesto que con su visita se buscaba oxigenar al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y lavarle la cara a la iglesia.
Antes de la misa del domingo, el Papa se reunió con un grupo de obispos y arzobispos, aquí se refirió a la corrupción de los gobiernos: "La política está enferma, está muy enferma y hay excepciones, pero en general, está más enferma que sana", dijo. También señaló que la corrupción generada por la empresa brasileña Odebrecht, "es solo una parte chiquita" de un problema mayor. Lo que no dijo Bergoglio, es que el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski estuvo a punto de ser destituido de la presidencia de la república por haber recibido dinero, cuando era ministro de Toledo, de la cuestionada Odebrecht para que esta pueda ganar licitaciones con el Estado peruano. Tampoco dijo nada del hecho que el actual presidente, el 24 de diciembre último indultó al ex dictador y genocida Alberto Fujimori, sobre quien también pesan gruesas denuncias por corrupción.
Un día antes, en la homilía realizada en las playas de Huanchaco en Trujillo, el papa aprovechó la oportunidad para referirse a la catástrofe climática no atendida por el gobierno central: “Sé que, en el momento de oscuridad, cuando sintieron el golpe del niño, estas tierras supieron ponerse en movimiento y tenían el aceite para ir corriendo y ayudarse como verdaderos hermanos”. De esta manera le terminó dando una manito al gobierno de Kuczynski que tiene en este problema irresuelto, a una de sus principales limitaciones que ponen en evidencia su falta de compromiso político para con los miles de damnificados.
Recordemos que el viernes 19 de enero, el papa visitó Puerto Maldonado, donde se reunió con más de 100 mil personas en la explanada del Instituto Jorge Basadre. Aquí también participaron pobladores de diversas regiones del Perú. Aprovechando su visita a la selva peruana, el Papa se reunió con miles de indígenas de diversas comunidades étnicas no solo del Perú, sino también de Brasil y Bolivia, muchos de los cuales se enfrentan a las arremetidas de las empresas extractivistas que buscan petróleo, oro o madera. Aquí Bergoglio instó a los indígenas a deponer sus medidas de fuerza, reemplazándolas por: “El reconocimiento y el diálogo (el cual) será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación”.
En esta región selvática, el Papa condenó también las esterilizaciones forzadas realizadas en las comunidades nativas. Sobre el tema, dijo: “…es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen sobre ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizando. Sabemos que se sigue promoviendo la esterilización de las mujeres con desconocimiento de ellas mismas”. Esta “condena” es muy abstracta y gaseosa, ya que no dice absolutamente nada del gobierno del dictador Fujimori, que fue el responsable político de que en el Perú se dieran dichas esterilizaciones forzadas.
Un tema recurrente en sus diversas intervenciones públicas fue el llamado a recuperar la esperanza en la iglesia católica. Sin embargo, el hecho de no deslindar y exigir la sanción para los sacerdotes responsables por el caso Sodalicio, pone en evidencia, una vez más, la voluntad encubridora del máximo representante de la iglesia católica, para con quienes están denunciados por cometer abusos sexuales contra menores. Queda demostrado así, que el discurso renovador que trató de mostrar en todo momento Bergoglio, adolece de coherencia. Esto se evidenció claramente en Trujillo, cuando el Papa fue presentado por el arzobispo José Antonio Eguren Anselmi, quien viene siendo investigado por pertenecer a la congregación “El sodalicio” fundada por Luis Figari y por tráfico de terrenos en Piura. Un hecho similar ocurrió cuando Bergoglio visito Chile y estuvo acompañado por el obispo Juan Barros quien fue acusado de encubrir al sacerdote Fernando Karadima por abusos sexuales a menores.
La visita del papa al Perú, ha servido también para sacar de la agenda política el tema del indulto a Fujimori, por tanto, las movilizaciones que se venían realizando a escala nacional contra este tema, se han enfriado. Ello se percibió claramente en la pobre convocatoria que tuvo la movilización hacia Lima, convocada para los días 17 y 18 de enero por diferentes fuerzas de la izquierda reformista, como Nuevo Perú, Patria Libre, MAS y Democracia Directa. Un nuevo indicador del impacto de la visita papal en el rechazo callejero al indulto, lo tendremos este martes 30 de enero cuando se lleve a cabo la tercera marcha nacional contra el indulto.

Julio Blanco
Dirigente de Resistencia Sur Perú

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