miércoles, enero 31, 2018

El horrible M. Trump… fase suprema del neoliberalismo más mortífero

Trump no es cualquiera y nuestros gobernantes dan muestras de una gran irresponsabilidad cuando fingen no darse cuenta de la enormidad de la terrible e inmediata amenaza contra la humanidad y el planeta representada por este hombre y sus amigos. Ciertamente, se trata de alguien monstruosamente inculto, primitivo, vulgar, racista y brutal. Seguramente, Trump es un desequilibrado totalmente incapaz de controlar sus reacciones. ¡Y sin ninguna duda, puede, en cualquier momento, verdaderamente, cargárselo todo!
Todo esto es verdad. Sin embargo, eso no puede explicar la pesadilla que aparece ante nuestros ojos. Primero de todo, ¿Cómo es que tal monstruo humano ha conseguido elevarse hasta la cima de la superpotencia mundial? ¿Cómo es que continúa gobernando la “mayor democracia del mundo libre”? Y cómo es que está creando escuela, ya que vemos multiplicarse peligrosamente a sus clones, los “racistas locos” como él y otros “incultos” infames y “brutos de extrema derecha” que han podido ponerse a la cabeza de países pequeños y grandes, al este, al oeste, al norte y al sur de este mundo acorralado.
La más elocuente de las respuestas a todos estos interrogantes (ampliamente existenciales) nos la dan nuestros buenos gobernantes “demócratas” cuando fingen no ver ni oír nada, prefiriendo hablar de otra cosa, cuando no halagan servilmente a Trump, como ese joven primer ministro griego de izquierda (¡radical!), arrepentido en tiempo récord. Actuando así, por otra parte, no hacen otra cosa que seguir el ejemplo de sus ancestros políticos de los años 30, los cuales, confrontados a un tal canciller Hitler y sus acólitos, ¡consiguieron la proeza de reconocer algunos aspectos muy positivos de sus políticas! Las analogías entre esta época –decididamente no tan lejana- con la presente son asombrosas. En efecto, siguiendo el ejemplo del célebre establishment del Partido Demócrata (que coincide en gran medida con el establishment de los EEUU), casi todos los “demócratas” que nos gobiernan están actualmente haciendo lo mismo descubriendo… los lados “positivos” de las políticas económicas de Trump. Así que no es sorprendente que, como escribíamos hace ya algunos meses, la repulsión manifiesta que les provocan los malos modos de este bruto vulgar, inculto y desequilibrado que es Trump se difumina ante los fabulosos “regalos” que les ha hecho este mismo ocupante sexista y racista de la Casa Blanca.
Así que nos encontramos ante lo que parece ser el más irresistible de los argumentos de Trump, los 1.500 millones (!) de bajada de impuestos al famoso 1% de los que ya son millonarios. Un “regalo” indignantemente colosal y sin precedente histórico, hecho posible evidentemente por los recortes, igualmente sin precedente histórico, a los servicios públicos y otras ayudas elementales del Estado norteamericano a sus ciudadanos. Recortes más que drásticos pagados “naturalmente” muy caros por las decenas de millones de compatriotas que Trump condena no sólo a una miseria absoluta (cuando los pobres son ya 41 millones) sino también a una muerte anunciada, ya que ¡les ha privado de toda cobertura sanitaria!
He aquí pues la razón más profunda que permite a este horrible M. Trump inculto, brutal y peligroso racista mantenerse a la cabeza de la superpotencia, ¡incluso si su presencia en la Casa Blanca representa, según la opinión compartida, una amenaza directa contra la paz y la humanidad! Porque lo que todos nuestros gobernantes reconocen, incluso refunfuñando y con algunas reservas, es que ¡está llevando a cabo con una firmeza y una perseverancia sin par, las más extrema e inhumana de las guerras de clase jamás vista en tiempos de paz! Y evidentemente, no es casualidad que, inspirados por su ejemplo, unos tras otros nuestros gobernantes tan demócratas tratan de hacer lo mismo, carcomiendo o incluso demoliendo lo poco que queda del Estado protector que nuestros antiguos pudieron pelear con su sudor y mucha de su sangre…
Afortunadamente, la historia no acaba aquí porque no puede terminar así. Si el sector más alerta y clarividente del establishment norteamericano parece ahora inquietarse -o incluso entrar en pánico- por las extravagancias de Trump, no es debido a sus estados de ánimo democráticos o humanistas, por otra parte inexistentes. Ante todo, es debido al miedo que les inspira la resistencia cada día más radical de una parte cada vez mayor de la sociedad norteamericana contra la guerra emprendida contra ella por Trump y sus fieles. Y hay que reconocer que tienen razón en tener miedo e inquietarse, porque después de un año, han visto al tradicional sistema político americano entrar en la mayor crisis de su historia. Y aún peor, ¡han visto la amenaza de su desmoronamiento combinarse con una oposición popular galopante tanto al bipartidismo tradicional como a sus mismos fundamentos capitalistas! La prueba está en que -hecho único y sin precedentes en la historia de EEUU- decenas de sondeos y otras encuestas exhaustivas coinciden en constatar que la flor y nata de la población del país, los “Millennials” que integran las franjas de edad de 18 a 35 ó 36 años, ¡rechazan el capitalismo y se declaran en favor de un “socialismo” cuya primera prioridad debería ser el “reparto más justo de la riqueza”! Y es un muy mal augurio para esta gran burguesía inquieta y sus hombres de paja políticos y mediáticos que estos “Millennials” parezcan querer pasar a la acción para realizar, incluso confusamente, sus elecciones existenciales y otras que se resumen en la creación de una sociedad, pero también una vida, diametralmente opuesta a la actual…
El año pasado ha visto a Trump y a su base social persistir en sus elecciones bárbaras que les hacen cada vez más agresivos dentro y fuera de EEUU. Pero también ha visto que sobre las ruinas del tradicional sistema político que está muriendo prospera una polarización social y política sin precedentes, que empuja al desarrollo y a la radicalización impetuosa de una gran variedad de movimientos sociales progresistas, a menudo de masas, que -desgraciadamente- no han podido coordinarse entre ellos, lo que no les ha permitido aún pasar a la gran ofensiva final.
Así es como van los desarrollos cataclísmicos norteamericanos que aceleran la historia y determinan como jamás antes la suerte de la humanidad. Los meses, los días o incluso las horas son a partir de ahora más críticos que nunca desde el fin de la última guerra mundial y una vez llegados a este punto donde nos encontramos ahora, todo es posible, tanto lo mejor como lo peor. No obstante, nuestro propio avenir se perfilaría más favorable si la izquierda europea, en todos sus componentes y sensibilidades, no se limitara a desinteresarse tan escandalosamente de los acontecimientos norteamericanos, dándoles la espalda y rechazando colaborar e incluso apoyar activamente a las vanguardias de las resistencias políticas y sociales mundiales que se sitúan actualmente no en el exterior, sino más bien en el interior de los Estados Unidos de América. Es decir, ¡donde se va a jugar o se juega ya la suerte de todos nosotros!

Yorgos Mitralias

Nota

Dada la ausencia de las informaciones más elementales sobre lo que pasa en la sociedad de EEUU, intentamos desde hace dos años cubrir un poco ese vacío con los dos facebooks “americanos” (el “griego” y el “europeo”) que mantenemos y que tienen como principal ambición ayudar al lector a formar su propia opinión sobre el presente y el futuro de este gran país. ¿Cómo? Ofreciendo la imagen más fiel posible de los desarrollos en la cima pero sobre todo en la base de la sociedad norteamericana, gracias a los miles de textos, imágenes y vídeos de todo tipo y de primera mano (evidentemente en inglés) publicados día tras día cada dos o tres horas. Juzguen ustedes mismos pinchando: https://www.facebook.com/

Traducción: Fátima Martín

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