lunes, junio 22, 2020

Deuda externa: momento de definiciones

La “oposición” le cuestiona al gobierno de Fernández-Fernández-Guzmán que no tiene un plan, aunque este ha repetido que ese plan está subordinado al arreglo con los acreedores. Desde fines de mayo fue modificando la propuesta inicial para acercarse a las exigencias de los bonistas. Las negociaciones son secretas para quienes tendrán de pagar, los trabajadores y contribuyentes.
Los cambios fueron acortar los plazos de amortización del capital, aumentar las tasas de interés, anticipar pagos de capital en 2022 y se debate el otorgamiento de un bono que cubra los intereses de los bonos vencidos (Bonos Globales), que podría ser atado al crecimiento económico o las exportaciones. El acuerdo va dejando en el camino las quitas de capital, alargamiento de plazos y períodos de gracia sin pagar intereses. Cuando Alberto Fernández dice que no va a firmar algo que no pueda cumplir, debe entenderse que el plan es ajustar la economía al pago de la deuda.

Las negociaciones avanzan y el gobierno retrocede

Las negociaciones avanzan y el gobierno retrocede. La suba de precios de los bonos de la deuda en dólares y en pesos revelan que los bonistas están de parabienes. Las subas superan el 50% en bonos en dólares, y en pesos son incluso superiores El BoPoMo (Bono de Política Monetaria) ha subido de 25% al 95% de paridad por lamina de 100, más del 300% desde que comenzaron las negociaciones.
En mayo venció la prórroga de un vencimiento de los bonos Globales por 503 millones de dólares, pero los bonistas no denunciaron el hecho como default para continuar las negociaciones. Ahora, el próximo 22 de junio hay otro vencimiento, el bono llamado BoPoMo, por 130 mil millones de pesos. El dinero del pago, unos 1.200 millones de dólares, puede ser volcado al “dólar bolsa”, y producir una nueva devaluación. La porción mayoritaria (65%) la tiene un fondo llamado PIMCO y junto con otros fondos tienen importantes participaciones en la deuda externa e interna; tiene capacidad de vetar un acuerdo y capacidad de extorsión par devaluar el peso. Una primera señal si se sella un acuerdo o se va al default es el pago a PIMCO.
El gobierno desde que asumió pagó vencimientos por 4.600 millones de dólares, todo con “reservas líquidas”; han quedado disponibles unos 11 mil millones de dólares. El resto son prestamos de China, del Banco de Basilea y encajes en dólares.

La devaluación y los exportadores

Desde que asumió el gobierno de Fernández-Guzmán el dólar “blue” pasó de 70 pesos a 125 (luego de haber superado 140), esta “brecha” paralizó las liquidaciones de los exportadores. A ese boicot ha contribuido el mismo gobierno, que les mantuvo el privilegio de postergar la entrega de los dólares obtenidos con las exportaciones.
El BCRA ha mantenido las Leliq y una serie de letras y bonos que dan continuidad a la rentabilidad que disfrutaron durante el gobierno macrista; la más alta del mundo.” El resultado del Ejercicio de Banco Galicia fue una ganancia neta de $ 35.230 millones que compara con una ganancia neta de $ 11.536 millones del año anterior se ha debido al “resultado neto de instrumentos financieros (que) alcanzó los $ 53.493 millones, generándose un incremento de $ 39.516 millones (283%) en comparación al ejercicio 2018. Se destaca, el crecimiento en el resultado generado por títulos públicos (314%).” (Memoria y Balance). Por otro lado, para financiar el pago de las rentas a los bonistas y el déficit del estado, el BCRA emitió pesos en concepto de ganancias ficticias por $1.6 billones. El BCRA es una institución insolvente, con deudas muy superiores a sus activos.

Los buitres vuelan

La serie de concesiones que el gobierno y el BCRA están realizando a los acreedores le permitió financiar algunos vencimientos en pesos, aunque de escaso monto. Ocurre que en junio tiene vencimientos (incluyendo los 130 mil millones del BoPoMo) por 172 mil millones; y hasta fin de año unos 965 mil millones de pesos, para 2021 los vencimientos superan 615 mil millones de pesos capital.
Ante la dificultad de poder financiar estos vencimientos con nuevas emisiones de deuda en pesos, el gobierno anunció la próxima licitación de letras por 1.500 millones de dólares que se podrán canjear con las letras en pesos.
En el juzgado de Loreta Preska, hay demandas por el impago de los cupones del PBI emitidos por Kirchner-Lavagna, debido a la manipulación estadística del INDE-K. Otro juicio es por la expropiación de YPF, que resarció a Repsol pero no al restante 49% de los accionistas. La actividad en el juzgado se mantiene activa, y algunos bonistas podrían recurrir a él si no se logra un acuerdo en las negociaciones.
La pateada de la mesa de estos días incluye es por cambios en las cláusulas, que faciliten a los acreedores a litigar en Nueva York en caso de incumplimientos de pago por parte de Argentina. Este reclamo puede romper los acuerdos, porque los Fernández descuentan, que esos defaults parciales son inevitables. Si Guzmán no acompaña esta concesión, los acreedores condicionarán un acuerdo a obtener una injerencia directa en las designaciones del gabinete de Fernández.

Una devaluación

El “arreglo” o el default de la deuda va a ser el preludio de una devaluación, que ponga fin a las retenciones de soja en los silos y de los dólares de exportación. las liquidaciones. La creciente demanda de dólar futuro, unos 3500 millones de dólares, donde el único oferente es el BCRA, es otra señal de las presiones para devaluar. Los clientes de los fondos de inversión tienen una creciente demanda de instrumentos ligados al dólar (dólar link), ya que sus administradores prevén una devaluación en el segundo semestre.
El arreglo con los acreedores incluye tarifazos, devaluación e inflación.

Sergio Rivero
18/06/2020

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