viernes, julio 31, 2020

Quién es Mario Ishii: el prontuario de un barón del conurbano


Manejos punteriles, ataques al pueblo y apoyos desde arriba.

Las polémicas declaraciones del intendente de José C. Paz mientras presionaba a un grupo de trabajadores de la salud que le reclamaban mejores condiciones laborales, y el respaldo posterior que salió a darle el aparato del PJ, han puesto la mira sobre Mario Ishii, que ha gobernado el distrito durante casi todas las últimas dos décadas.
José C. Paz es un caso extremo de la precariedad, miseria y desocupación que existe en el conurbano bonaerense. La cantidad de planes sociales es masiva -una fuente local recogida por La Nación (27/7) señala que “es el segundo distrito con más planes, detrás de La Matanza”-; por lo tanto, buena parte de su población depende necesariamente de las asignaciones estatales, lo cual es aprovechado para el desarrollo de una estructura política completamente punteril (que el aparato del PJ sale a proteger, en defensa de las propias). La dependencia económica de los paceños al gobierno de Ishii no se limita a los planes sociales: más de 5.500 son los empleados municipales que, con salarios básicos de miseria, solo pueden completar un ingreso medianamente digno entregándose a la sobreexplotación horaria, como se evidenció en el reclamo de los ambulancieros.
A su vez, presenta niveles bajísimos de cobertura de agua potable (20%) y cloacas (30%), mientras que se estima que aún faltan asfaltar 65% de las calles. Barrios como “Sol y Verde”, entre otros, dan muestra a las claras de las condiciones deplorables a las que se ven sometidos los paceños. Las denuncias y reclamos por los basurales a cielo abierto, como en barrio San Atilio, recorren todo el municipio. El déficit habitacional es harto conocido por los vecinos, que continuamente son violentados y desalojados por las fuerzas represivas bonaerenses.
La pobreza está a la orden del día en el municipio: según los últimos registros del Indec más del 40% de los vecinos paceños se encuentra por debajo de la línea de pobreza, más del 10% bajo indigencia y la desocupación supera el 20%. Estos números son previos a la llegada del Covid-19 a la Argentina, que claramente agudizó la crisis socioeconómica, la precarización laboral y la desocupación.

La controvertida trayectoria del último “barón del conurbano”

Cabe recordar que el peronismo ganó todas las elecciones que se llevaron a cabo desde la autonomía del municipio en 1995, tras la división del partido General Sarmiento.
La disputa interna del PJ en el distrito, dirimida a los tiros, lo dio a Ishii entonces perdedor para la intendencia. No obstante, fue presidente del Concejo Deliberante hasta que tuvo su oportunidad de alcanzar el Poder Ejecutivo del distrito en 1999, de la mano de Aldo Rico y Eduardo Duhalde.
“Bien democrático”, Ishii desde entonces se alineó a todos los ganadores electorales.
En 2003, se reconvierte en “nac&pop” y se hace kirchnerista, motivado por su ángel de la guarda, Eduardo Duhalde. Su relación pasional duró poco: en 2005 le suelta la mano a este y se alinea tras CFK, tras ganarle las legislativas a Chiche Duhalde.
Desde entonces quiso ganarse el cariño de Cristina, a su manera… en 2009, tras la derrota del kirchnerismo en las elecciones de medio término, Mario Ishii amenazó con “salir a cazar traidores”.
Tras 12 años al mando del municipio, Ishii decidió aspirar más alto. En 2011, suelta la intendencia para presentarse como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. La derrota contra Daniel Scioli fue fulminante: Ishii sacó solo el 2,5%; sin embargo, ocupó una banca en el Senado durante los siguientes cuatro años. Durante ese período, su lazarillo Carlos Urquiaga quedó a cargo de la intendencia. De este sucesor no se supo más nada: serrucharle el piso a Mario no es moco de pavo.
En 2015, Ishii vuelve a la intendencia del municipio de la mano de CFK, con la que también tuvo sus roces. Durante el macrismo se mostró como un “opositor responsable” (como todo el peronismo, que le votó más de 100 leyes de ajuste a Macri) y hasta coqueteó con la exgobernadora María Eugenia Vidal. No obstante, el intendente “hospedó” con cargos a amigos y colaboradores del actual gobernador, Axel Kicillof, durante aquellos años.
Y así, ya son más de 20 años que Ishii acumula poder y dominio sobre el territorio paceño.

Controversias y golpes al pueblo

Innumerables son los episodios donde el mandatario hizo y deshizo lo que quiso a su antojo, golpeando con total virulencia a los habitantes del distrito más postergado del conurbano bonaerense. Desde poner a cargo del municipio a su madre durante un viaje personal, hasta tener de asesor a un reconocido narcotraficante, el caudillo hizo de todo, siempre bancado por el PJ.
A mediados del 2010 saltó al público la noticia de que Ishii había dirigido a dedo, entre amigos y socios, la adjudicación de viviendas del Plan Federal. La bronca de los vecinos los impulsó a organizarse, y tras la toma del municipio durante más de un día, consiguieron recuperar dichas viviendas. Sin embargo, al día de hoy no solo las mismas no fueron terminadas, sino que para mantener el control sobre la población, el intendente nunca entregó las escrituras, en otro claro ejemplo del manejo punteril del municipio.
En el ámbito de la salud las estafas a la población no cesan: incontables intentos por cerrar las “salitas de primeros auxilios” constantemente defendidas por los vecinos, mientras construye supuestos hospitales de alta complejidad que no son más que cascarones vacíos por falta de profesionales e insumos hace la vista gorda a las problemáticas del hospital Hospital Mercante que asiste la mayor demanda de la zona, la inauguración junto a Kicillof de un centro de atención Covid-19 que colapsó ante los primeros casos -tras haberse filtrado un video en que Ishii decía que en José C. Paz “podrían morir entre 4.000 y 5.000 personas por coronavirus”. Y ahora, la persecución y apriete a los ambulancieros municipales que reclaman por sus condiciones de trabajo.

Lo bancan desde arriba

El mismo PJ que hace meses atrás respaldaba al exgobernador tucumano José Alperovich denunciado por violación, hoy le da apoyo político al intendente que afirma cubrir a quienes venden “falopa” en su municipio. A los dichos del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien aseguró que “fue una mala expresión”, se le sumaron las declaraciones del jefe de gabinete provincial, Carlos Bianco, quien sostuvo que las palabras del barón bonaerense “fueron sacadas de contexto en una situación de mucho estrés, donde él trataba de que los trabajadores hagan un esfuerzo adicional”. Por su parte, el albertismo dice mucho con su silencio, avalando las acciones y dichos del intendente.
Por abajo, su aparato punteril y las bases peronistas del municipio ni miras de señalarlo. Desde la oposición derechista no hubo más que denuncias públicas y, para cumplir con su público, un pedido de comisión investigadora desde su banca en el Consejo Deliberante, sin hacer demasiado revuelo y sin impulsar ninguna campaña fuerte en el distrito para desplazar al actual intendente.
Las muestras de apoyo, los silencios y las miradas para otro lado, ponen de manifiesto que ni dentro del oficialismo ni de la oposición derechista van a tomar cartas en el asunto.
Este nuevo golpe al régimen local con el escándalo produce desgaste en un gobierno que lleva el mando del distrito hace más de 20 años. Somos los vecinos paceños los que debemos aprovechar la herida para organizarnos a fin de expulsar del mismo todo lazo con el narcotráfico y el crimen que atentan contra los intereses de la población. La organización independiente del Estado es la única herramienta que da cuenta de ser útil, como lo demostraron los vecinos en lucha por sus viviendas en 2010 -que junto al Polo Obrero siguen luchando y arracándonle al Estado avances de las obras en los barrios- o ahora con la recuperación de los puestos de trabajo de los músicos de la Orquesta Municipal.
Debemos darnos a la tarea de una fuerte deliberación, barrio por barrio, para derrotar al “barón del conurbano” que a fuerza de presión, represión y hostigamiento amedrenta a los trabajadores ocupados y desocupados del distrito que peleamos por nuestras necesidades.

Santiago DS, Sergio Gafa

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