Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología del Instituto Lillo, destaca que aproximadamente el 75 % de los enfermos son asintomáticos. Algunos epidemiólogos hacen esta estimación: hay que multiplicar por 10 cada caso que se notifica. Ese cálculo nos daría que en Tucumán ya hay 96.000 infectados con dengue este año.
Por su lado, la directora de Epidemiología, Romina Cuezzo, admite que hay un número desconocido de casos, pero asegura que “esto es algo esperable en el contexto de la gran epidemia que tiene Tucumán. El número de casos notificados corresponde a los detectados a través de la vigilancia epidemiológica, a partir de pacientes asistidos principalmente en efectores de salud públicos”. Sin embargo, justifica que “en contexto de una epidemia de gran impacto no es posible tener el registro total de los casos…. Se estima que un porcentaje de la población podría cursar la enfermedad de modo oligo-sintomático (síntomas leves) o incluso asintomático; sin embargo, estos no se contabilizan si no tuvieron contacto con un efector de salud”.
“Los números actuales registrados de la epidemia de dengue ya superaron el brote más importante que había tenido Tucumán, en 2020, cuando se notificaron 7.806 casos. Ese número estuvo muy alejado de la realidad, según un estudio que se conoció dos años después y que demostró que el 10,7 % de los tucumanos (aproximadamente 171.000 habitantes) había tenido dengue. El trabajo, que se publicó en la revista Journal of Clinical Virology y es el primer estudio sobre la prevalencia del dengue en las zonas del país donde habita el mosquito Aedes aegypti, se hizo en base a muestras aportadas por una docena de bancos de sangre (La Gaceta 5-04-23).
Pero no se trata solo de estadísticas. La cuestión es que centenares de miles de personas han tenido la enfermedad y muchos más se van a contagiar en las próximas semanas sin que lo sepan y quedan expuestos a reinfectarse en una nueva epidemia y desarrollar dengue grave.
La otra cuestión tiene que ver con la propagación de la enfermedad. Las personas que están contagiadas y no tienen síntomas (el 75 %) se mueven muchas veces sin protección y van infectando mosquitos, y así se forma el círculo de transmisión: cuando el insecto se alimenta de sangre de un humano infectado, el virus comienza a replicarse dentro del mosquito. Luego, puede propagarse a otra persona que el mosquito pique días después.
“La cantidad de infecciones ocultas vinculadas a un lugar, o los casos de personas infectadas que no muestran síntomas, son indicadores claves del riesgo de contagios masivos de dengue, según comprobaron investigadores de la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos” (La Gaceta ídem).
Mientras tanto ya son cuatro los fallecidos registrados en la provincia y hay más de 100 pacientes graves internados.
Mientras la epidemia avanza sin control, los directores de los hospitales se quejan por la escasez de personal porque el mismo personal de salud también se contagia. En paralelo el gobierno no ha tomado ninguna medida de emergencia para erradicar los basurales que a cielo abierto pululan en todas las ciudades de la provincia y mucho menos los derrames de agua y cloacales, tampoco para asegurar la provisión gratuita de repelentes y el testeo de todos los que han tenido síntomas o viven en zonas saturadas por contagios y adoptar las medidas para evitar a futuro las posibles reinfecciones.
Es necesario autoconvocatorias de vecinos reclamando medidas de higiene urbana, y unir la lucha contra el dengue con la lucha en curso de los trabajadores de la salud que desde hace meses vienen reclamando por el salario y las condiciones de trabajo.
Daniel Blanco
06/04/2023
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