miércoles, abril 19, 2023

Bullrich ante el “círculo rojo”: ¿Macri recargado?


La precandidata del PRO intentó convencer a los capitalistas de que ahora sí avanzarían en reformas antiobreras. 

 La precandidata a presidente por una de las variantes del PRO, Patricia Bullrich, inauguró las presentaciones de los políticos capitalistas ante una centena de empresarios convocados en el Foro Llao Llao, donde postuló su programa de reformas antiobreras de fondo y sus “expresiones de deseo” contrarias a la experiencia fallida bajo el gobierno de Mauricio Macri. 
 La exministra del gobierno de Mauricio Macri enfocó su discurso en la idea de que “el concepto que va a regir nuestro gobierno va a ser el concepto de orden”, reivindicando algunas medidas inmediatas como la eliminación del cepo cambiario, una reforma fiscal y monetaria y el despliegue de fuerzas represivas en todo el país.
 La precandidata del PRO intentó mostrarse como una vocera “decidida” de los principales reclamos patronales, obviando que el gobierno del cual fue parte fracasó en cumplir con las expectativas de fondo de los capitalistas, reculando con la reforma laboral y tributaria tras la resistencia popular que encontró en la reforma jubilatoria, que condicionó políticamente toda la segunda etapa del mandato macrista, y culminando sus días aplicando las mismas medidas que ahora dice combatir: repuso el cepo, subió las retenciones a las exportaciones, reperfiló la deuda pública.
 La idea de una eliminación abrupta del cepo cambiario adelanta la orientación de proceder a una devaluación masiva, cuyo resultado sería proceder a una liquidación del poder adquisitivo de los trabajadores cuyos salarios se cobran en pesos y no cuenta con ninguna indexación, como sí tienen los bancos e inversores, siendo que el impacto en los precios y tarifas sería directo. La depreciación en shock del peso también subyace en la propuesta de dolarizar la economía que sostiene Milei. 
 La eliminación de las retenciones al agro también terminaría con una de las principales fuentes de financiación del Estado, que hace al cumplimiento de las garantías y metas discutidas con el FMI. Su eventual eliminación adelanta una mayor carga impositiva contra los trabajadores, con impuestos como el IVA, que a su vez podría repercutir en un encarecimiento de los alimentos y bienes de consumo masivo que actualmente crecen fuertemente con las medidas inflacionarias dela actual gobierno. 
 Bullrich señaló que “nuestro país debe encarar reformas muy profundas” y que su eventual gobierno “demolerá” el régimen económico de los últimos 20 años, lo que adelanta un retorno a las políticas que llevaron al estallido social de diciembre del 2001. 
 La candidata de los “halcones” del PRO enfatizó respecto a la idea de una reforma tributaria que establezca “una carga impositiva razonable” y una “modernización” de las regulaciones, lo que da cuenta de la idea de avanzar hacia reformas antiobreras que supriman y/o anulen progresivamente derechos de la seguridad social, que nada tienen que ver con los impuestos. 
 Para hacer pasar estos compromisos ajustadores de Bullrich y a falta del capital político necesario para respaldar dichas transformaciones sin suscitar un levantamiento popular, la precandidata se comprometió a un reforzamiento represivo con un “despliegue inmediato de las fuerzas federales en zonas críticas del país”, en especial el Gran Buenos Aires, y la incorporación de las Fuerzas Armadas para la intervención “contra el narcotráfico” en Rosario. 
 Fue clara en identificar la razón de este reforzamiento al indicar que “trabajaremos desde el primer día para terminar con el bloqueo y los piquetes, que extorsionan a la población entera”. 
 El discurso de Patricia Bullrich ante los líderes capitalistas habla más de sus expectativas y sueños que de su capacidad, y desnuda las contradicciones de las fuerzas políticas patronales y sus candidatos, que no pueden conciliar su programa de gobierno y la continuidad del pacto con el FMI, con las reivindicaciones y necesidades del conjunto de la población trabajadora.
 Bullrich intenta atraer a los capitalistas mostrándose como la mezcla de previsibilidad de Larreta y ofensiva de Milei, pero carece de ambos elementos y su programa no pasa de un decálogo de intenciones con las que la clase capitalista viene ensayando su ofensiva a prueba y error. 

 Marcelo Mache

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