martes, febrero 20, 2024

Milei no quiere bajar la inflación, la usa para el “plan licuadora”


En enero se desplomó el presupuesto ejecutado en jubilaciones y partidas sociales. 
 El gobierno redoblará el ajuste para cumplir con el FMI. 

Javier Milei, que dice estar transitando un rumbo de desaceleración inflacionaria, en verdad no hace más que aprovechar la inflación imparable para licuar el gasto público y arrimarse a las metas fiscales del FMI. 
 Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), en enero 2024, la caída real en términos interanuales del presupuesto ejecutado en jubilaciones y pensiones fue del 32,8%; del 17,7% en las asignaciones familiares; del 97,9% en el Potenciar Trabajo; del 18% en salarios del sector público; del 16,5% en las trasferencias a las universidades y del 94% en obra pública. A su vez, las transferencias a las provincias cayeron 53,3% real en el mismo período, lo cual impacta en el presupuesto destinado a sostener las escuelas y centros de salud de cada jurisdicción. 
 Con estos datos, queda claro que el ajuste de Milei no está dirigido a la casta, como prometió en campaña electoral, sino a los jubilados que trabajaron durante toda su vida, las niñeces, los desocupados, los trabajadores estatales y de las construcción, la educación y salud públicas y la vivienda. La inflación galopante viene licuando cada una de esas partidas, vulnerando aún más los derechos básicos de las mayorías populares. 
 Si bien el gobierno festeja el superávit primario alcanzado en enero gracias a la “licuadora”, sus políticas recesivas seguirán atentando contra la recaudación, llevándolo a redoblar el ajuste en aras de alcanzar la meta fiscal del FMI. Solo en diciembre, la caída real del salario fruto del golpe devaluatorio significó una pérdida directa de recaudación fiscal por aportes y contribuciones de $390 mil millones, según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate). La misma cayó en enero, en términos reales, 26,5% interanual, según la OPC. Esto atenta directamente contra las jubilaciones, dado que una de las variables de la fórmula de movilidad previsional son los ingresos que recibe la Anses. 
 El retroceso del consumo también seguirá repercutiendo en la recaudación. En enero, “la venta de insumos para la construcción tuvo una retracción del 29,2 por ciento en la comparación interanual, según el Índice Construya. Los despachos de cemento también cayeron 20 por ciento de acuerdo a los datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland. Las ventas minoristas se desplomaron 28,5 por ciento en igual comparación, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). En cuanto a los patentamientos de autos fue el peor inicio de año desde 2004, a la salida de la crisis de la Convertibilidad, con una caída del 33 por ciento y del 16,7 por ciento en la producción según Adefa” (Página 12, 19/2). 
 Así las cosas, el gobierno nos pide que soportemos el peso del ajuste, cuando nuestro bolsillo no tolera más privaciones. Debemos levantarnos contra el programa fondomonetarista, que solo trae inflación, endeudamiento, recesión económica y mayor sometimiento nacional. 
 Necesitamos un paro urgente de las centrales obreras para derrotar los planes motosierra y licuadora de Milei, que, lejos de conducirnos la bienestar general, empobrece a los trabajadores para enriquecer a los capitalistas. Pongamos en pie una asamblea que nuclee a todos los sectores en lucha, para masificar la pelea contra la ofensiva del gobierno y el FMI. 

 Sofía Hart

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