miércoles, febrero 07, 2024

El retiro del proyecto ómnibus es una derrota política estratégica del gobierno y sus socios "dialoguistas"


El retiro del Congreso del proyecto de Ley Ómnibus constituye una derrota política severa del gobierno ‘libertario’ y de la oposición ‘dialoguista’. En cincuenta días no quedó nada de los más de 600 artículos de la versión original y de los más de 300 de la versión recortada final que fue enviada a Diputados. Apenas cuatro días antes de este revés, el proyecto había sido aprobado por 144 votos, quince más de lo que requiere una mayoría simple. La privación de la delegación de poderes al Ejecutivo que reclamaba el gobierno, como consecuencia del retiro del proyecto, no cambia, sin embargo, la condición de régimen de gobierno por decreto; la reforma constitucional de 1994 autoriza el gobierno por decreto cuando se invoca “la necesidad y la urgencia”. Aunque sujeto a algunas restricciones judiciales, el DNU 70/23 sigue en pie. El gobierno, por otro lado, se sigue manejando sin un Presupuesto votado por el Congreso. El manejo del Tesoro Nacional es completamente discrecional, solamente supervisado por el FMI. Como expresión de esta arbitrariedad, el gobierno sigue incrementando la deuda pública indexada, para financiar el rescate de la deuda del Banco Central y recomprar los bonos públicos que guarda en su activo. El aumento sideral de la deuda del Tesoro aumenta el déficit financiero del Estado y, potencialmente, la tasa de inflación. 
 El retiro del proyecto de Ley Ómnibus del Congreso, por parte del mismo gobierno, en medio de su tramitación, pone al desnudo la crisis del régimen político en su conjunto. Ese retiro, por de pronto, fue avalado o acompañado por toda la oposición ‘dialoguista’ en la reunión parcial de comisión que siguió a la votación de un cuarto intermedio. Milei, su asesor Santiago Caputo y el ministro Francos anunciaron que convocarían a un plebiscito, que no es vinculante, a favor del proyecto de ley. Procura repetir la extorsión con que Menem obligó a Alfonsín a votar a favor de una Asamblea Constituyente que habilite una reelección. Argentina tuvo que soportar un nuevo mandato de Menem, acompañado por Cavallo, que terminó por provocar el default de 2001. La capitulación de Alfonsín fue acompañada por Eduardo Duhalde, que de otro modo hubiera frustrado la reelección de Menem. Con las encuestas en la mano y la espiral de inflación y recesión, Milei perdería el plebiscito y se vería obligado a dejar la presidencia, junto con la Vice, salvo que Villarruel no acompañe la iniciativa, al revés de lo que hizo Duhalde. 
 La otra alternativa de Milei es volver al régimen de “coalición a la carta”, que aplicó Macri con Massa y la mayoría del peronismo a partir de 2016. Ya ha enviado un proyecto de reforma laboral, para ser tratado a partir de marzo, en las sesiones ordinarias, que podría contar con más de los 144 votos que obtuvo el proyecto Ómnibus cuando se votó en general. Milei se vería obligado a pasar de la carrera de cien metros a una maratón de diez a cuarenta kilómetros. Esta variante, que alientan varios editoriales de la gran prensa, cuenta con el inconveniente de que la crisis financiera y la recesión marchan por ahora a otra velocidad. 
 ¿Por qué LLA retiró el proyecto de ley, cuando se habían votado apenas seis del más de centenar de artículos que contaban con disidencias? Para evitar, coincide una mayoría de observadores, un rechazo previsible al capítulo de privatizaciones y contratos que iba a quedar a cargo exclusivo del Poder Ejecutivo. Diputados rechazó entregarle “la regulación y el reordenamiento el sector energético”, “algo”, dice La Nación, “que era seguido por las compañías con capacidad de inversión”. En el rubro energía figura la minería y dentro de ella el litio; el voto en contra de la delegación incondicional de poderes, de parte de la bancada del gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, dejó ver una disputa entre las concesiones que ha otorgado y quiere seguir otorgando el salteño y Massa, por un lado, y los Milei-Caputo y compañía, por el otro. La delegación de poderes para deshacer y rehacer contratos de obra pública fue otro gran punto de litigio. Milei decidió retirar el proyecto porque preside un gobierno restringido a un grupo de corporaciones nacionales e internacionales que disponen, como base, de centenares de millones de dólares para apoderarse de empresas como el Banco Nación y Arsat, y quedarse con las obras públicas de mayor porte. El banco brasileño Pactual ya ha hecho una oferta al gobierno por el Nación y Milei se apresta a firmar un acuerdo de libre comercio con Biden, para incorporar el litio de Argentina a la cadena de producción de baterías y autos eléctricos en Estados Unidos. 
 El retiro del proyecto Ómnibus demuestra que Milei no tiene los recursos políticos para imponer su plan de colonización financiera internacional, con el cual había comprometido su colaboración la ‘oposición dialoguista’. La derrota política no es sólo de los ‘libertarios’, sino también del macrismo y la mayoría de los bloques colaboracionistas, incluído el peronismo que integra el gobierno y aquel que se ha sumado en las gobernaciones y el parlamento. Constitucionalmente, se ha creado un vacío de poder, esto en el marco de una transición económica catastrófica en cuanto a los intereses de la mayoría popular. 
 La consecuencia más amplia de esta crisis es que el gobierno y sus socios han salido políticamente debilitados, de un lado de cara a las corporaciones y especuladores financieros, del otro lado, frente a las masas sobre las que se descarga una confiscación económica colosal. Las contradicciones económicas del plan ‘motosierra’ se habrán de multiplicar, en términos de inflación y de movimientos de capitales. La situación insoportable que atraviesan las masas dará lugar a una resistencia más generalizada y a luchas, al principio parciales, de conjunto. 
 Este es el escenario político frente al que nuestra corriente, Política Obrera, impulsa asambleas en el movimiento obrero y autoconvocatorias de trabajadores, para desarrollar las luchas y organizar una huelga general. El socavamiento social capitalista y el impasse político de su régimen político ha penetrado en todas las capas sociales trabajadoras sin excepción. 

 Jorge Altamira
 07/02/2024

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