Una vez más, el anuncio de Bessent fue más humo que billetes. La afirmación de que podrían reunirse “hasta 20.000 millones” adicionales para prestarle a la Argentina por parte de privados no fue refrendada por ningún banco o fondo de inversión con antecedentes inversores en el país. Enseguida, se recurrió a la “fuente” que suele invocarse para prometer inversiones millonarias que no vienen–el maná vendría de Qatar y de Arabia Saudita. Pero lo único concreto que mandó Bessent para sofocar la plaza cambiaria fueron otros cien y pocos millones, que los especuladores se devoraron en una sola jornada. El apoyo de Trump-Bessent a Milei se ha cruzado con la crisis política y presupuestaria del Estado norteamericano, con el cierre de la administración pública y los anuncios de despidos masivos en reparticiones. Así como Bessent le tiro el fardo del financiamiento privado a los saudíes, después tuvo que anunciar que cualquier intervención financiera de alguna magnitud sobre Argentina deberá hacerse con los fondos que EEUU tiene en el FMI, bajo la forma de “derechos de giro”. El rescatista, por cierto, está flojo de papeles.
Barranca abajo
Pero el rimbombante anuncio de Bessent no movió el avispero de los especuladores locales. En la misma jornada del miércoles, el precio del dólar se sostuvo, incluso a la suba. Mientras tanto, se intentaba minimizar el fracaso de la licitación de deuda pública del Tesoro, que dejó al 55% de los fondos en juego sin renovar sus compromisos. Las ofertas de títulos en pesos quedaron desiertas en su totalidad -sólo se renovaron las colocaciones asociadas al dólar, y a la devaluación que se descuenta para después del 26. El gobierno maquilló este fracaso como un acto intencionado, afirmando que quisieron “aumentar la masa de dinero circulante”, para bajar la tasa de interés y por esa vía conseguir un reanimamiento del crédito industrial y comercial. Pero lo más probable es que los 2 billones de pesos -unos 1400 millones de dólares- que no se renovaron terminen reforzando la corrida cambiaria. La encerrona del gobierno es clara: cuando restringe la liquidez para evitar las corridas, acentúa la crisis industrial y comercial, que se manifiesta en un reguero de quiebras y concursos de acreedores. El empleo registrado en el último mes ha llegado al piso histórico de los últimos dos años, con una pérdida acumulada de 200.000 puestos de trabajo. Cuando, por el contrario, afloja la cincha y aumenta la liquidez, los pesos circulantes se dirigen a la compra de dólares, que, sólo por ahora, es alimentada por Bessent. La fuga también abarca a los plazos fijos en pesos, que cada vez se renuevan en menor proporción, La crisis cambiaria y de financiamiento encubre a una crisis capitalista de conjunto, que abarca al Estado y al capital privado.
En lo que hace a los funcionarios de Trump y sus anuncios , lo único que han financiado ahora es la salida del país de los fondos especulativos que los Caputo trajeron a la Argentina en estos dos años.
Coalición se busca
Los emisarios de Trump son concientes de este colapso económico, pero, principalmente, de la crisis de poder en ciernes. Es que Milei carece de los recursos políticos para hacerse cargo de las salidas que se pergeñan a esta crisis, y de sus consecuencias para la mayoría trabajadora. Las elecciones no remediarán esa crisis de poder, y seguramente, por sus resultados, la van a agravar. Por esa razón, un enviado de Trump acaba de reunirse con tres personeros de la “oposición” dialoguista -Pichetto, De Loredo, Ritondo. El tema excluyente, según relatan los diarios, ha sido la “construcción de una coalición” de gobierno para después de octubre. Pero acá también nos topamos con rescatistas “flojos de papeles”: los colaboracionistas de Milei han quemado sus pergaminos políticos jugando ese papel. De Loredo, por caso, transcurre sus últimos meses en el Congreso, y el macrismo,en sus diferentes facciones, es un cadáver político. Una Junta de salvación del gobierno liberticida en ruinas deberá contar con otros personeros, varios de los cuales intentarán servirse de las elecciones nacionales para validar su papel de rescatistas. Ese es el rol primordial que le cabe a los Pullaro y los otros gobernadores de “Provincias Unidas” . Pero también a la “fuerza Patria”, que se reparte entre los Jaldo y Urtubey, de un lado, y la burocracia sindical que, en medio de una oleada inédita de suspensiones, despidos, de una carestía creciente y anuncios de una nueva reforma laboral, se ha llamado al mayor silencio e inmovilismo de su historia. A Milei, por cierto, no le faltan rescatistas, entre los de adentro y los de afuera. Aunque todos ellos estén cruzados por su propio desprestigio político.
La clase obrera tiene que forjar su propio rescate, con la preparación de la huelga general contra los planes devaluadores y recontra-ajustadores que están en ciernes. La campaña electoral de Política Obrera apunta a esta comprensión política, y a la organización de los luchadores obreros con ese objetivo.
Marcelo Ramal
16/10/2025
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