viernes, julio 27, 2007

La cantidad de agentes de seguridad privada en Iraq supera a la del ejército regular usamericano.

180 000 agentes que están por encima de la ley y que representan la alianza del “pago de las facturas” en vez de la alianza de la “coalición de los dispuestos”

Ha llegado a ser un asunto conocido por todos que USA, con su invasión de Iraq y con la eliminación del régimen del ex presidente iraquí Sadam Husain ha convertido Iraq en un campo abierto para todas las fuerzas ambiciosas, ya que la ausencia de planes para la posguerra ha hecho visible en Iraq una nueva imagen del salvaje oeste americano, tal y como era representado en las películas del oeste en Hollywood. Algunos misioneros han aprovechado la oportunidad y han entrado con todas sus fuerzas. Al-Qaida, que perdió su base de operaciones en Afganistán ha inaugurado una base de operaciones para sus fuerzas en Iraq. Los ambiciosos de entre los contratistas y los que aprovechan la oportunidad han encontrado un suelo fértil en abundancia para ellos en una tierra donde no hay ley y que sufre por causa de un gobierno débil cuya autoridad no se extiende más allá de la zona verde.
Pero lo más importante en el fenómeno de la invasión usamericana son los agentes de seguridad privada, el número de los cuales ronda los cientos de miles. Un informe del periódico Washington Post ha revelado que el ejército usamericano ha llegado al punto de apoyarse fuertemente en las empresas de seguridad para la recogida de informaciones sensibles, y en el propio carácter de los servicios de información, considerado como una misión de las agencias de espionaje nacionales.
Por otra parte, un nuevo informe en el Los Angeles Times afirmaba que la cantidad de contratados por el ejército usamericano ha llegado ya a superar la cantidad de soldados del ejército regular; todo ello según nuevas estadísticas que han sido publicadas, las cuales sugieren muchas preguntas sobre el extremo al que han llegado los esfuerzos para la privatización de la guerra, esfuerzos que fueron desarrollados intensamente por el ex secretario de defensa Donald Rumsfeld.
Según las nuevas estadísticas hay más de 180 000 trabajadores civiles, usamericanos y extranjeros, que trabajan con contratos con el ejército de USA y en las bases usamericanas.
Al mismo tiempo, con el nuevo incremento de tropas la cantidad de soldados ha aumentado hasta más de 160 000 y, además, hay una pequeña cantidad de empleados, trabajadores de la embajada; de hecho, la mayoría de los agentes de seguridad privada ofrecen sus servicios al ejército. Esta cantidad es superior a las cifras anteriores. Así, se puede ver cómo la administración de Bush ha utilizado a las grandes empresas para la ocupación de Iraq. Un investigador del instituto Brookings (de tendencia conservadora) ha dicho que estas cifras son realmente enormes. Y afirmó que ésta no es la alianza de “los estados dispuestos” como a la administración Bush le gusta que se diga, de una pequeña cantidad de estados que estuvieron de acuerdo, y participaron en la operación libertad iraquí, sino que es, según la expresión del informador, una alianza de “pago de las facturas”.
Las cifras suman 12 000 usamericanos, 43 000 contratados extranjeros y 118 000 iraquíes, todos ellos empleados en Iraq y con sueldos que provienen del dinero pagado con los impuestos en USA. El periódico afirmaba, además, que la cantidad de agentes de seguridad privada será un factor importante en cualquier discusión sobre la política relacionada con Iraq.
Pero, por otro lado, el periódico dice que esta cifra no incluye a los civiles contratados, los cuales vigilan los puestos civiles y los centros gubernamentales. Algunos expertos militares usamericanos han criticado la falta de claridad en relación con la cantidad de agentes de seguridad privada, que llevan armas y van en vehículos blindados. Un experto dijo que Washington no controla todos los fusiles de “las fuerzas de la alianza en Iraq”, y que éste es un asunto peligroso. También dijo que el Pentágono alquila fusiles y que, sea cual sea la justificación, esto hace sentir vergüenza, según sus palabras. Aunque en el pasado el ejército usamericano ya se apoyó en los contratistas, se considera que la de Iraq es la guerra en la que más los han usado en la historia de las guerras de USA. Los contratistas de seguridad privada llevan a cabo muchas misiones, entre ellas la construcción, la vigilancia y la protección de las armas. Algunos responsables militares dicen que la utilización de los contratistas disminuye los gastos y le da al ejército la oportunidad de concentrarse en el combate, en lugar de concentrarse en la realización de las misiones. Un responsable dice que la causa fundamental para la presencia de los contratistas es apoyar el combate. Dijo que ellos, básicamente, apoyan las misiones de combate. Pero algunos críticos con la utilización de los servicios de los contratistas dicen que han influido en la misión del ejército, por ejemplo, cuando se niegan a transportar los materiales y el aprovisionamiento durante el combate.
En el año 2004, el ejército se vio forzado a perfeccionar los esfuerzos de distribución de alimentos, cuando los conductores se negaron a llevar los aprovisionamientos a las zonas de combate. Pero el problema con los contratistas es que no existe ninguna agencia que lleve a cabo un seguimiento de los movimientos y del lugar donde se encuentran estos agentes de seguridad privada. El periódico ha tenido acceso a estas cifras bajo la ley de libertad de informaciones, en las cuales ha descubierto que como mínimo 130 000 agentes, que son de varias nacionalidades, trabajan en las bases usamericanas. A petición del Congreso, el mando central ha comenzado a hacer un cálculo de la cantidad de contratistas, pero muchos de los responsables creen que las estadísticas no incluyen la cantidad de agentes contratados por otras agencias, como la Agencia Internacional del Desarrollo y el Crecimiento, y el Departamento de Estado (ministerio de asuntos exteriores).
El mes pasado, “US AID” dijo que emplea a 53 000 iraquíes dentro de sus proyectos para la reconstrucción, pero la Secretaría de Estado dijo que no tiene cifras disponibles, pero que la cantidad de trabajadores que dependen de ella y los que trabajan en la embajada alcanza los 5 000, de los cuales sólo 300 son empleados de la embajada. También dijo que las empresas que tienen empleados extranjeros, de Oriente Próximo están asociadas mediante contratos con las grandes empresas usamericanas, por ejemplo con KPR. Algunas empresas de Oriente Próximo se han asociado con empresas usamericanas, como la “Kulak” de la construcción, una empresa turca (International Iuf Dabi), la cual pone a disposición de la empresa KPR trabajadores baratos. Y se usa a extranjeros en vez de a iraquíes por miedo a que constituyan grupos de la resistencia, por su infiltración. 14 000 trabajadores dependen de la empresa KPR. De la misma manera trabajan en otra empresa, que pone traductores a disposición del ejército usamericano, y en AAT, una empresa de servicios tecnológicos. Pero los contratistas que generan más polémica son los que trabajan con las empresas de seguridad, como “Blackwater” y otras. Las críticas se han dirigido a su uso excesivo, y algunos expertos han dicho que los trabajos que llevan a cabo debería realizarlos el ejército, especialmente cuando los agentes de seguridad privada, armados, se han lanzado a la batalla contra grupos de la resistencia, en los momentos en los que han hecho frente a ataques de los combatientes iraquíes. Muchos observadores opinan que estos grupos de contratistas no se exponen a ningún control ni a ninguna petición de cuentas, y sin embargo sólo se han formulado acusaciones contra unos pocos. No se sabe la cantidad de agentes de seguridad privada que hay en Iraq a pesar de los intentos del mando central. Según los datos del periódico hay en total 21 empresas de servicios de seguridad que trabajan en Iraq, y en ellas trabajan 108 000 personas, y este número es superior al de los cálculos del Pentágono, según los cuales su número se estima en 6000 contratados, y estos dos cálculos son diferentes a los de quienes trabajan en el campo de la seguridad, los cuales estiman una cantidad que oscila entre 30 000 y 40 000 personas. Los iraquíes constituyen una gran proporción de los trabajadores en las empresas, en las cuales el Pentágono ha estimado su cantidad en aproximadamente 22 000 trabajadores, pero este número se ha elevado repentinamente hasta 65 000.

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