jueves, junio 19, 2008

Aniversario 55 del asesinato de los esposos Rosenberg



















Crimen contra la humanidad

"Las horas están contadas. Los minutos están contados. No permita que se cometa este crimen contra la humanidad", escribió el pintor Pablo Picasso en uno de sus dibujos publicados por el periódico francés L¢ Humanité, acerca del inminente asesinato "legal" de los esposos Rosenberg en los Estados Unidos, ocurrido el 19 de junio de 1953.
Esta foto célebre muestra el último beso de los esposos antes de ser asesinados.
El mensaje de Picasso fue multiplicado desde todos los rincones del planeta. A Washington llegaron miles de cartas pidiendo respeto para las vidas de Julius y Ethel, acusados injustamente de vender, a la entonces Unión Soviética, secretos de la bomba atómica.
Delante de la Casa Blanca el pueblo estadounidense participó en las vigilias de clemencia por los Rosenberg. Desde el Vaticano llegó una apelación al presidente Eisenhower. La Cruz Roja polaca extendió una oferta especial de asilo.
Todos los esfuerzos fueron infructuosos. En la noche del viernes 19 de junio de 1953, en la sala de ejecución del penal de Sing Sing, el FBI mantuvo abierta una línea telefónica a Washington con la pretensión de que el matrimonio prefiriera confesar actividades de espionaje a ser ejecutados. La silla eléctrica segó la existencia de Julius y Ethel, quienes escogieron mantener su inocencia antes que salvar sus vidas.
Las últimas palabras de Ethel fueron: "No estoy sola, y muero con honor y dignidad, sabiendo que mi esposo y yo seremos reivindicados por la historia".
Sus dos pequeños hijos, de 6 y 9 años, fueron blancos del odio trazado por la política maccarthista al ser amenazados y expulsados de sus escuelas. Hoy ambos luchan contra la pena de muerte y por los derechos humanos.
Los esposos Rosenberg eran inocentes. Documentos secretos de la CIA, conocidos posteriormente, revelaron como Julius y Ethel habían sido víctimas inocentes de un plan diabólico tejido por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos.
La carta que a continuación se reproduce es una muestra del intercambio epistolar entre los esposos a partir de su arresto, en el verano de 1950, hasta junio de 1953.

31 de mayo de 1953

Ethel querida,

¿Qué le escribe uno a su amada cuando se enfrenta a la siniestra realidad de que se ordenó quitarles la vida en dieciocho días, en el 14º. Aniversario de sus bodas? La proximidad de la hora más negra de nuestras penas y el grave peligro que nos amenaza exigen todo el esfuerzo de nuestra parte para evitar la histeria y el falso heroísmo, para mantener una visión sobria y serena de nuestros más cruciales problemas...
Queridísima, una y otra vez he tratado de analizar de la manera más objetiva posible las respuestas a la posición del Gobierno en nuestro caso. Todo apunta solo hacia una respuesta: que los deseos de ciertos dementes son obedecidos para utilizar este caso como un garrote coercitivo contra todos los disidentes. Sin embargo, aún tengo fe en que los elementos más responsables de la administración permitan que se imponga la cordura y salven nuestras vidas. Me parece que en este momento todavía es una cuestión de suerte, y por lo tanto debemos procurar que se haga el máximo en nuestro favor...
Cariño, sé que nuestros hijos y nuestras familias sufren muchísimo en estos momentos y es natural que estemos preocupados por su bienestar. Sin embargo, creo que debemos concentrar nuestra fuerza en nosotros mismos. En primer lugar, tenemos que estar seguros de que resistiremos esa terrible presión; y, en segundo lugar, debemos tratar de contribuir de alguna manera a la lucha. Según mi modo de ver el problema esta es la manera en que podemos cuidar los mejores intereses de nuestros hijos [¼ ]

Todo el amor que hay en mí es tuyo.

Julie

René Castaño

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