lunes, junio 27, 2011

El Salvador: a dos años de gobierno de Funes, sigue siendo necesario un programa socialista


Los efectos de la crisis siguen haciendo destrozos en las diferentes economías, y con mucho más fuerza en las economías débiles y dependientes del Mercado mundial, ahí donde las políticas o paquetes de reformas neoliberales se aplicaron de manera profunda, ahora sufren con mucha fuerza los embates de la crisis económica. Solo basta con darle una pequeña lectura a la situación internacional económica para darse cuenta de esto. Grecia sigue estando al borde de la quiebra y los organismos internacionales siguen presionando a los gobiernos para que apliquen reformas enfocadas a la austeridad económica, o sea apretar el cinturón de la crisis a los trabajadores en general para así tratar que los empresarios sigan aumentando sus ganancias a pesar de la crisis que ellos mismos han generado.
Últimamente el FMI y el BMI le han pedido a Grecia privatizar importantes instituciones públicas, entre ellas dos compañías de servicios de agua potable, Grecia se ha comprometido a recaudar 50,000 millones de dólares a través de las privatizaciones (LPG 16\05\11), situación similar atraviesan otros países de la zona euro que posiblemente sigan el mismo camino que Grecia. Esta es la manera cómo la burguesía a través de sus organismos serviles busca recargar la crisis en los hombros de los trabajadores/as y ni que decir en Medio Oriente, donde han sido las mismas medidas de neoliberalismo (que no es más que una faceta más del capitalismo voraz) las que han deteriorado la vida de millones de trabajadores en Túnez, Egipto y demás países del área. La acumulación de estos ataques ha desatado la cadena de revoluciones en estos países. Sin duda acontecimientos como estos se desarrollarán en muchos países del mundo entero y seguramente El Salvador no será la excepción, el contagio llegará tarde o temprano a América Latina.

A dos años de la gestión de Funes/FMLN: el plan anticrisis

En nuestro país la crisis del capitalismo ha golpeado desde la llegada de Mauricio Funes al poder, situación que ha hecho complicada su gestión. Ahora que se cumplen prácticamente dos años de su gobierno, es necesario analizar las políticas aplicadas para paliar los efectos de la crisis en nuestro país. Desde el principio Mauricio Funes respondió a la crisis. Con apenas dieciocho días de haber asumido el gobierno lanzó el plan anticrisis que consistía en una serie de medidas enfocadas a aliviar sus efectos en el país. El plan anticrisis consistió en: a) Apoyo a la producción y generación de ingresos y empleos, b) construcción del Sistema de Protección Social Universal, c) fortalecimiento y transparencia de las finanzas públicas y d) formulación de políticas de estado para el desarrollo. Sería un error grave plantear que este plan a corto plazo no ha resuelto necesidades elementales para los trabajadores. Si comparamos con los gobiernos anteriores nos daremos cuenta fácilmente que hay medidas realmente buenas que inmediatamente ayudaron a muchas familias salvadoreñas: la entrega de títulos de propiedad, la gratuidad de la salud, la dotación de medicamentos para hospitales y clínicas del país, la entrega de paquetes escolares y uniforme completo a millones de jóvenes estudiantes y el Programa de Apoyo Temporal al Ingreso (PATI).

Del Plan Anticrisis a la situación económica actual

En diciembre del 2010 el Plan Anticrisis cumplía dieciocho meses de vigencia y a partir de enero de 2011 empezaría concretamente el plan quinquenal de Funes que se inició con la eliminación y la racionalización de algunos subsidios como el del gas licuado. Este sirvió para erradicar el contrabando y evitar que muchas personas con capacidad económica se siguieran beneficiando, pero que por otro lado ha causado mucha molestia entre la población por la suba de los precios de los alimentos relacionados con el gas. También la eliminación del “drawback” (es la devolución de impuestos a las empresas por productos importados) fue una situación muy criticada por la derecha ya que manifestaban que esto afectaría las exportaciones. A pesar de esto las exportaciones han crecido como veremos más adelante.
La situación económica mundial, a pesar de la crisis, ha tenido cierta recuperación: “Pese a que aún existen ciertas fragilidades en las condiciones financieras internacionales, la recuperación económica mundial continúa, proyectándose una expansión de 4.4% en 2011. Sin embargo, dicha recuperación también sigue desigual entre países; así, mientras que en las economías desarrolladas el crecimiento llegaría a 2.5%, en los países emergentes y en desarrollo la expansión sería 6%. Ello ha impulsado las exportaciones y las remesas en nuestro país, las exportaciones han tenido una recuperación del 28% dicho comportamiento es observado tanto en la maquila, como en las exportaciones no tradicionales y tradicionales, estas últimas determinadas, en gran parte, por el alza en las cotizaciones internacionales del café y el azúcar… La expansión de la economía mundial ha dado como resultado un efecto positivo en el empleo, particularmente en Estados Unidos, lo cual ha redundado, a su vez, en un incremento en las remesas familiares a El Salvador de 4.5% en lo que va del año”, según FUSADES.
Pero no todo es miel sobre hojuelas alguien podría decir que estamos saliendo de la crisis pero en la práctica la clase trabajadora aun sigue siendo atacada, el desempleo aumentó en el año 2010. Según el PNUD “el 48% de los salvadoreños está desempleado y más de 70 mil empleos se han perdido debido a cierres de fábricas por la crisis”, en el primer trimestre del 2011, según www.indexmundi.com. Contamos con una tasa de desempleo del 7,2%, además “se ha dado una considerable caída en la entrada de inversión extranjera durante el año pasado, siendo no solo la más baja de los últimos años, sino la más baja de Centroamérica.
Los ingresos tributarios experimentan un incremento del 13.6%, impulsados por la renta e IVA, este último favorecido por el aumento de las importaciones y la recuperación económica moderada. No obstante, el déficit fiscal se deteriora con respecto al año anterior y de cara a las metas programadas para 2011. El déficit fiscal aumentó en 28.5% en marzo, debido a la mayor expansión de los gastos. El gasto corriente se expande, mientras el de inversión se contrae. Una parte del gasto corriente, se está financiando con deuda por tercer año consecutivo. Las transferencias crecen en 58%, explicadas por los subsidios al gas, la energía eléctrica, y al transporte de buses y microbuses. La industria mantiene la dinámica favorable en ventas de 27.4%, impulsadas por la creciente demanda externa. Comercio, servicios y construcción que dependen de la demanda interna, siguieron con tasas negativas en ventas. El empleo se recupera lentamente y el costo de la canasta alimentaria aumenta. Los trabajadores cotizantes al ISSS han moderado la recuperación a 2.7% a febrero, comparado con el 5.2% de diciembre. Pero aún se encuentran por debajo de los empleados en septiembre de 2008. La inflación alcanzó 5.9% en abril, explicada por el aumento de los grupos de alimentos 9.1%, gas y electricidad 34.7%, y servicios de transporte 20%. La canasta alimentaria sigue encareciéndose, aumentando el problema de nutrición en las familias en pobreza” (Informe trimestral de FUSADES). Esto ha abonado a los índices de delincuencia que siguen en cifras rojas.

¿Los aumentos salariales han sido proporcionales?

A pesar de que este año ha habido dos aumentos salariales, uno de ellos en el sector público en el mes de febrero, “el proyecto de aumento, que será del 10% para aquellos con un sueldo entre $300 y $600 mensuales, y para los empleados que ganen entre $600.01 y $1,000 se les incrementará un 6%” (LPG Datos) y el aumento de abril del 8% del sector privado no han sido proporcionales a la actual situación que atraviesan los trabajadores. El Plan Anticrisis ha sido muy bueno, no lo negamos pero si aceptamos que ha sido demasiado carente de verdaderas soluciones, pero igual es un paso muy por delante de los gobiernos de ARENA. La derecha durante 20 años mantuvo a la clase trabajadora en una situación de calamidad total. Muy difícilmente este incremento salarial solucionará por lo menos algunos problemas económicos de las familias pobres ya que los precios de la canasta básica aumentan cada día aun mas debido a los precios internacionales de los alimentos y del petróleo que no bajan de las nubes. La burguesía no ofrece ninguna solución a estos problemas y nunca lo hará, eso es como pedirle peras al olmo.

El FMLN y el marxismo revolucionario

La dirección del FMLN debe hacer un llamado concreto a la movilización de los trabajadores para luchar por un verdadero plan revolucionario y olvidarnos de la bendita unidad nacional que tanto se menciona, lo que debe haber es unidad proletaria. El FMLN y Funes deben de ser los impulsores de esto y no debemos de buscar en la empresa privada las soluciones de los problemas económicos, si sabemos que en realidad quienes mueven los hilos de la economía somos los obreros, al fin y al cabo el burgués solo sabe sobarse la panza mientras viaja por el mundo con sus lujos.
Es claro que un programa marxista le lleva mucha delantera a cualquier otro, es necesario aplicar las medidas que Trotsky planteó hace muchos años ante la crisis de la segunda guerra mundial. “Frente al paro, ”estructural” o “coyuntural”, hay que oponer, junto con la consigna de más obras de interés social, la de una escala móvil de las horas de trabajo. Los sindicatos y demás organizaciones de masas tienen que unir a los que trabajan y a los parados en mutua solidaridad. Todo el trabajo existente debe distribuirse entre todos los trabajadores, determinándose así la extensión de la jornada de trabajo. El salario de cada trabajador debe ser el mismo que con la jornada antigua. Los salarios, una vez garantizado estrictamente un salario mínimo, deben seguir el movimiento de los precios. No se puede defender un programa distinto en la catastrófica situación actual” (El Programa de Transición).
Los precios del petróleo, dirán muchos y especialmente los empresarios, no se pueden controlar, pero recordemos que podemos tener un excelente aliado para este problema, la propuesta de incorporarse al ALBA como país, no como una unión de alcaldías como actualmente está, le podría dar muchas soluciones a nuestros problemas. Se sigue haciendo necesario hacer una amplia discusión en las bases del partido para tocar temas políticos enfocados a la lucha por un programa político socialista revolucionario.

La lucha por los aumentos salariales

No se puede planificar algo que no controlamos, en ese sentido cualquier intento de lucha salarial chocará con los intereses empresariales, es por ello que debemos avanzar unificando nuestro partido y los sindicatos para luchar por la nacionalización de la economía, de esta manera controlaremos los precios de los productos y acabaremos con la especulación del libre mercado; nacionalizando la economía y poniendola bajo control obrero evitaremos los despidos y solucionaremos el flujo de desempleados con la distribución equitativa del trabajo entre las manos existentes.

¡Por un programa socialista!
¡Si al aumento salarial!
¡Por el socialismo internacional!

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