domingo, noviembre 15, 2015

Masacre en París, Hollande decreta el estado de excepción



La izquierda revolucionaria francesa frente a los brutales atentados en París. Publicamos la declaración de la Corriente Comunista Revolucionaria, integrante del Nuevo Partido Anticapitalista de Francia.

Un centenar de muertos solamente en el teatro Bataclan, una verdadera masacre. Los ataques casi simultáneos se llevaron a cabo en 5 distritos de París, en las calles y en los alrededores del Stade de France en Saint-Denis.
El balance provisorio eleva a 118 personas las muertes al azar, sin contar las decenas de víctimas que están en grave estado de emergencia. Diez meses después del atentado a Charlie- Hebdo y al supermercado kosher de Vincennes, terroristas (islámicos, según la prensa) habrían elegido responder de manera asimétrica y bárbara a la barbarie imperialista que se abate desde año y medio en Siria e Iraq en nombre de la libertad y los derechos humanos contra el Estado Islámico. Francia vive, esta noche, lo que ya vivió Beirut el 12 de noviembre, y que es la vida cotidiana para las poblaciones de Siria, Iraq y Yemen.
Sincronizado, el terror asesino se volvió total poco antes de las 21:30 hs: rafagas de ametralladora en cervecerías, toma de rehenes en el Bataclan, una de las salas de espectáculos más concurridas de la capital, ataques con granadas en las proximidades del Stade de France, donde jugaban los seleccionados de fútbol de Francia y Alemania con la presencia del presidente Hollande. La conmoción es completa, de cara a este asesinato en gran escala. Condenamos firmemente estos brutales atentados y nos solidarizamos con las víctimas y sus familiares.
Del lado del gobierno, apoyado por el conjunto de las fuerzas del arco político, la crisis es completa, incluso si Hollande y sus ministros tratan de responder a través de medidas en el marco del estado de excepción. Poco antes de la medianoche, de manera breve, la presidencia ha anunciado que el ejército estaba preparado para intervenir al lado de las fuerzas especiales de la policía. El estado de emergencia se declaró en todo el territorio nacional, por primera vez desde el fin de la guerra de Argelia, y no solamente para la “Ile-de-France” (región metropolitana de París) como en 2005 en los días de las revueltas de los suburbios. Esto otorga prerrogativas especiales a los prefectos y a las fuerzas de la policía, para suspender el transito, cerrar establecimientos, y sobre todo detener a cualquiera, en la región parisina, sin ningún marco jurídico regular. Las fronteras por último, están bloqueadas.
Es una hoja de ruta reaccionaria, la que Hollande desarrolla para reforzar las prerrogativas del poder ejecutivo sobre el conjunto del Estado y relanzar un giro bonapartista. Políticamente, sabe que será seguido de cerca por Sarkozy y Marine Le Pen, quienes querrán tomar ventaja de la situación de cara a las elecciones regionales próximas, a pesar de que desde varios de los "estados mayores" de los partidos políticos anunciaron la suspensión de la campaña. Mientras, en el exterior, se puede esperar también un estruendo general de ruidos de sables, por la intensificación de las operaciones militares contra el “terrorismo islámico”. Es lo que se desprende de la primera declaración de Barak Obama.
Hollande apela a la unidad nacional, como después de los atentados de enero, y nos demanda que tengamos “confianza en nuestras fuerzas de seguridad”. Pero estas fuerzas de "inseguridad" no solamente son incapaces de prevenir este tipo de ataques, sino que llevan adelante su propio “terrorismo” contra las clases populares y los inmigrantes. Y son las operaciones imperialistas exteriores del Estado francés, dos por año promedio desde que Hollande está en el poder, las que siembran el terrorismo islamista. Un enemigo de la liberación de los pueblos del yugo imperialista y sionista, y, en última instancia, un reflejo distorsionado de la barbarie militar occidental.
Es por esto que sólo oponiéndonos fuertemente a este giro “securitario”, reaccionario, racista y bonapartista, es que será posible resistir a toda forma de terrorismo, empezando por el más institucional, rechazando el racismo y la islamofobia, que se incrementarán, y rechazando toda amalgama contra los refugiados que son acusados por algunos medios de comunicación por el terrorismo en Europa. Esto implica que las organizaciones de nuestra clase, del movimiento obrero y de la juventud, rechacen integralmente, esta vez sí, el mismo chantaje que vimos luego de los atentados a Chalie-Hebdo. Esta es la condición para pensar una posible resistencia, rechazando cualquier bloque con el gobierno y sus aliados, que son los que siembran las guerras, la miseria, el desempleo, la xenofobia y la explotación.

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