sábado, abril 16, 2022

La represión en el Incaa y el ajuste del FMI


La semana empezó con la represión a los trabajadores y trabajadoras que se convocaron frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales -Incaa. La concentración convocada por distintas organizaciones de realizadores y documentalistas, estudiantes de la escuela de cine dependiente del instituto -el ENERC- y la Junta Interna de ATE Incaa, tenía por objeto rechazar la eliminación de los fondos de fomento para la cultura y reclamar la renuncia de Luis Puenzo, actual director del Instituto.
 En 2017, con el acuerdo del gobierno macrista con el Fondo Monetario Internacional, se votó una reforma tributaria que eliminó a los organismos de cultura del financiamiento que surge de la recaudación de un impuesto que se aplica a las entradas de cine y a las cableoperadoras. Entrará en vigencia a partir de diciembre de este año. A partir de entonces, lo recaudado pasará directamente al Tesoro Nacional y su destino dependerá de lo que determine el gobierno. Desde hace meses distintas organizaciones de trabajadores de la cultura se están reuniendo para tratar de voltear la norma sancionada durante el macrismo y preservada por los Fernández. 
 La represión por parte de la Policía de la Ciudad no se diferencia en nada a la de semanas atrás contra las trabajadoras desocupadas que cortaban la Autopista 25 de Mayo y los que acampaban en Desarrollo Social. Conforme crece el ajuste y el ataque a las condiciones de vida crece la represión. Pero lejos de amedrentar a los realizadores, la detención de tres jóvenes estudiantes durante el día lunes 11 llevó a que la manifestación se extendiera hasta entrada la noche. Los funcionarios Tristán Bauer, ministro de Cultura de la Nación, cartera de la que depende el Incaa, se presentó en el Instituto. Después de reunirse con funcionarios, el consejo asesor y con los representantes de ATE Incaa y Ate Capital, dio una conferencia de prensa en la que ofreció "una mesa de trabajo". Pero la ley no es el único problema. Puenzo limitó los subsidios que se otorgaban al cine nacional. En un comunicado que emitió ayer repudió la violencia y se refirió a los manifestantes como "productores que tienen sus negocios, quienes siempre hicieron sus proyectos con fondos del INCAA y no estamos dispuestos a dejarnos extorsionar con pedidos de renuncia por parte de los mismos” (LN, 11/04). Los únicos productores que a Puenzo le gusta cómo hacen negocios son los de las plataformas multinacionales y los realizadores y productores que responden a la industria y al capital del entretenimiento. Horas después de la represión se difundió el rumor de que a Puenzo le habían pedido la renuncia desde el Ministerio, lo que fue entendido como una victoria por los manifestantes que se movilizaron ayer, aunque luego fue desmentido. 
 Las autoridades de otros organismos que también son alcanzados por el recorte presupuestario están motorizando proyectos de ley que introducen modificaciones o la retrotraen a la ley anterior. La verdad es que en comparación el presupuesto de organismos como el Instituto Nacional de la Música (Inamu) o la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) es muy inferior al costo de sostener una producción cinematográfica nacional y eso explica la movilización callejera de los involucrados. Así y todo, el recorte está en marcha. 

 No sólo es al cine 

Para el Inamu la ley significa el cierre del organismo que tiene registradas a nivel nacional a 47.600 "personas músicas" según el censo de 2019. Un comunicado del oficial reconoce que: "estos fondos resultan casi la totalidad del presupuesto del INAMU, más de 90%. Por eso su carácter de imprescindible para la existencia y funcionamiento de nuestro Instituto". (https://www.inamu.musica.ar/comunicado-fondos-cultura). 
 En el caso de las Bibliotecas Populares, con el fin del financiamiento se prevé el cierre del 70% de las 1.200 que funcionan en todo el territorio nacional. 
 La "reforma tributaria" además alcanza al Instituto Nacional del Teatro (INT), a la Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado (RTA), el ENACOM, la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, y al FOMECA (fondo creado para proyectos especiales de comunicación audiovisual y el apoyo a medios comunitarios, de frontera, y de Pueblos Originarios).
 Para enfrentar el ajuste a la cultura, y todos los ajustes que vendrán, es necesario organizarnos en asambleas interdisciplinarias, que convoquen a los artistas, realizadores, creadores y a los trabajadores y trabajadoras del Estado. Salgamos a las calles en defensa de la cultura y de nuestros puestos de trabajo. 

 Valu Viglieca 
 12/04/2022

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