lunes, julio 25, 2022

¿Hay en marcha un golpe en Argentina?


En un video ´viral´ el carapintada Aldo Rico ha convocado al ejército a “prepararse para las circunstancias de violencia”, ya que “todos están en la calle y no hay gobierno”. La llamada a “una reunión antes de la crisis y la batalla (sic)” fue correctamente interpretada como una arenga al golpismo aunque este todavía no se asiente sobre una base política definida. 
 Las declaraciones de Rico ilustran la temperatura de la crisis política. Cuando ninguna de las fracciones oficialistas presentan una salida y la oposición se refugia para que no se la pidan aparece este elemento retirado del Ejército a exhortar que las fuerzas armadas cumplan esa función. La convocatoria pide por la “recuperación de la autonomía política” como llamado a una intervención que resuelva este enorme impasse político de la burguesía nacional y sus partidos. Actor decisivo durante 100 años de historia Argentina los intentos para recuperar esa función política exceden a Rico como lo probó, en su momento, la designación de Cesar Milani por Cristina Kirchner y su campaña de ´politización´ del Ejército. La “disolución nacional” y las convocatorias, por el momento periféricas, a una salida extrema o de fuerza contra la voluntad popular, ilumina por completo la crisis argentina.

 Reunión de La Rural

 El video de Rico, de todas formas, no acompaña la opinión general de la clase dominante. La reciente reunión de empresarios en la Sociedad Rural se desarrolló en una clave distinta: el reclamo al Frente de Todos a que “tome medidas” y el temor anunciado de un “estallido social en las calles” (La Nación, 21/7). En la cena de los principales popes de Arcor, Techint, el Grupo Clarín y toda la plana central de la burguesía nacional primó la idea de ´ayudar´ al gobierno exhortándolo a que ordene su coalición. El “problema político” que reconocen todos continua para la burguesía dentro de los márgenes del actual oficialismo, “hasta que las cosas confluyan en el partido gobernante esto va a seguir así” (Werthein, ídem). 
 La oposición repite este dictado y reclama contra “las internas del gobierno” que “le echan leña al fuego” exigiendo un “plan del oficialismo'' (La Nación, 19/7). Frente al descalabro del gobierno en Juntos por el Cambio son conscientes de que ellos mismos no reúnen condiciones para candidatearse como solución política actual. En eso consiste los llamados a Cristina y Alberto a que “se hagan cargo” del ajuste. Esta oposición -y decididamente tras la fallida experiencia macrista- se exhibe agotada para siquiera enunciar cuáles serían las medidas frente a la crisis. Todo esto un año y medio antes de la posibilidad del recambio electoral. 

 Peronismo 

A despecho de Aldo Rico la expectativa y la apuesta del capital se mantiene en el peronismo. A su ´favor´ siendo el último y el único aparato estatal presente en la Argentina. En eso consisten sus intendentes y gobernadores, pero especialmente la burocracia sindical y los llamados movimientos sociales que actúan como quinta columna del Estado en los movimientos de trabajadores.
 El equilibrio, de todas formas, es delicado. Así lo prueban las discusiones al interior de la CGT de una marcha que comenzó “contra la inflación y los remarcadores” y termina anunciándose como una movilización de directo apoyo al gobierno, El deshilachado Alberto Fernández convocó, en su ´respuesta´ a los ´especuladores´ a “movilizaciones”, demostrando una pretensión de jugar políticamente todas la próximas protestas que considera inevitables. El fracaso anunciado de todas estas operaciones políticas puede terminar con una implosión del aparato del gobierno y del propio peronismo. A diferencia de lo ocurrido luego del rodrigazo, donde la dictadura de Videla sustituyó al peronismo de tener que aplicar él las exigencias económicas de envergadura que reclamaba la clase capitalista, ahora tendrán que recorrer todo el camino de una confrontación de proporciones contra la clase obrera.

 Estallido 

En el video de Rico, pero también en La Rural e incluso en declaraciones de ´piqueteros´ oficialistas lo que resalta es el anuncio de un estallido. El problema político y económico es de fondo porque el gobierno corre detrás del dólar y por los planes que anuncia asegura un descontrol de toda la situación. La devaluación, ya sea en dosis como en la actualidad o bruscamente como se pretende, no tiene ningún tipo de respaldo porque el país se encuentra quebrado. Sin reservas y sin ningún préstamo de envergadura a la vista. Esto significa que cualquier devaluación sería sin ancla alguna, llevando el tipo de cambio a niveles impredecibles. En este sentido Argentina se encuentra por detrás de Sri Lanka que ya negocia un préstamo en conjunto del FMI y China para intentar blindar al país de la disolución económica. 
 Las insinuaciones de golpes y estallidos configuran un escenario de enorme necesidad de intervención política por parte de la clase obrera. Política Obrera prepara en ese sentido la campaña por una convocatoria a un congreso de trabajadores y la huelga general. Los ritmos de la reacción al impacto de la crisis lo establecerán las masas.

Fede Fernández
24/07/2022

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