miércoles, febrero 16, 2011

La gran batalla de las ideas


La verdad y la mentira, la intención sana y verdadera contra la mala intención, el dominio y la libertad, la contradicción de una sociedad se expresa a diario en campos de batalla llenos de humo, de enfrentamientos, en los que la palabra se levanta como un arma fundamental y necesaria. Gran verdad la del sabio comandante Fidel Castro: hay que dar la batalla de las ideas.
Cuando nos convocó a esta batalla, Fidel entendía que la gran humanidad estaba siendo sometida por el imperio mediático, que generaba sucesos, pagaba o compraba violencia, narcotráfico, o cualquier episodio para luego elaborar con su maquinaria infernal de la prensa en manos de los ricos, la desinformación y manipulación de los pueblos. Hoy ese llamado del nuestro padre comandante constituye el ejército de mujeres y hombres nuevos que se expresan, que insurgen, críticos ante todos los intentos de distorsionar el pensamiento colectivo, y sin embargo, el enemigo es poderoso. CNN, FOX más todos sus aliados desinforman y construyen mentiras cada día, que preparan la dominación sicológica, generan las excusas para invadir, para poner o quitar gobernantes, o sustituirlos por nuevos esbirros como hoy lo intentan en Egipto.
Grandes laboratorios donde trabajan palangristas de toda talla, son pagados en todos nuestros países. El paramilitarismo hace el trabajo sucio, asesina gente en las calles para decir que en Venezuela impera la violencia, degolla familias y de inmediato comienza la maquinaria a imprimir y publicar noticias que giran por el mundo. Crear matrices de opinión para desplazar sus políticas intervencionistas y sus jugadas infernales.
La mentira tiene patas cortas,es cierto, pero tiene patas; muletas, sillas de rueda y lazarillo, políticos vendidos y sacerdotes que la propagan como cierta, por todas partes. Todas las ayudas técnicas para tratar de que envenene a cuantos pueda.
La verdad, en cambio es cierta, es la memoria de lo que realmente pasó, es el reto que a diario hay que desenmascarar, una a una cada nueva patraña construida por estos centros de manipulación mediática. La batalla es cotidiana, es el gran esfuerzo colectivo que encuentra así y denuncia las fosas en Colombia, o los aviones cargados de drogas y armas en Argentina, enviados por el mismo pentágono.
La contraofensiva cada día se fortalece. Los teléfonos móviles se convierten en armas de la revolución en las calles de Egipto a Grecia, los mensajes de texto unen las mentes concientes que van llegando a miles de conciudadanos. Hay una conciencia planetaria que despierta y asume la defensa del futuro, que entiende al abrir sus ojos, como somos dominados por los mercados de las transnacionales y los intereses de wall stret, que enarbola banderas de lucha al ver a las papeleras españolas destrozando a los pueblos originarios de Chile, el heroico pueblo Mapuche, para talar sus bosques e imprimir sobre el papel en que lo convierten este concierto de palabras narcóticas con las que pretenden anestesiarnos.
Por eso leo y escribo a diario, por eso lucho cotidianamente en defensa de la revolución de los pueblos, por eso incito a la revuelta, mis esfuerzos se unen a la de miles en mi planeta, mi palabra se hace victoriosa sumada a las palabras de todas y todos los que militan en la revolución mundial que presenciamos a diario. Los tiempos están cambiando, debo dejar la casa y el sillón, la madre vive hasta muere el sol y hay que quemar el cielo si es preciso: por vivir!!! Canto los himnos que abren las puertas del tiempo, escribo los versos que dibujan el futuro, me uno a la lucha incesante que derrota al pasado.
Esta gran batalla de las ideas, de las marchas, de las plazas teñidas con la sangre de pueblos armados de conciencia, de despertares, de unión entre todas y todos los humildes y explotados que se levantan al fin a enfrentar un enemigo que insiste en destrozar nuestro planeta con sus delirios de guerra y poder,con su insaciable sed de riqueza y sus desquicios.
Le pido a cada mujer y cada hombre que me lea, que despierte, que asuma, que se una a esta gran marcha final en la que lograremos la victoria para que comience la nueva era de los sueños de nuestra especie escogida para ser la luz del universo. Seguiré escribiendo hasta después de muerto, aunque mi cuerpo caiga acribillado por balas asesinas, correrán mis sueños por las esquinas de las ciudades convulsas, estará mi grito en las gargantas de ustedes, mi felicidad en las voces que canten canciones en la gran victoria.

Venceremos!!!

Raúl Bracho

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