miércoles, enero 13, 2016

Corea del Norte, ¿qué es?



Dirigida originalmente por Kim Il-Sung, quien había conducido en Manchuria la guerra de resistencia contra la ocupación japonesa, Corea del Norte nació como resultado de la ocupación parcial de la península coreana por el Ejército Rojo en el final de la Segunda Guerra Mundial, y le secesión del Sur en 1948. Al final del terrible conflicto entre Pyongyang y Seúl recién en 1953, el norte de la península fue devastado por los bombardeos liderados por Estados Unidos, cumpliendo una resolución de la ONU. Tiempo después, será el presidente Eisenhower quien enviará todo el arsenal nuclear al Sur, a principios del año 1958, a pesar del armisticio que prohibía la introducción de nuevo armamento. Las armas introducidas incluían una panoplia de artillería y misiles, los aviones americanos F-4 con bombas con cabezas nucleares, logrando un estado de alerta permanente. Todas estas provocaciones fueron realizadas por la única potencia que ha utilizado armas nucleares al final de la Segunda Guerra Mundial, en Hiroshima y Nagasaki.
Desde el principio, por lo tanto, Corea del Norte es un estado obrero deformando en el que la burguesía fue expropiada y la economía puesta bajo el control burocrático del Estado. Durante los primeros años de su existencia, Corea del Norte adoptó la estructura industrial y la dominación política de su vecino estalinista.
Más adelante, en su intento de encontrar una posición intermedia entre la URSS y la República Popular de China, Pyongyang comenzó a desarrollar una ideología autónoma en función de, primero, un alejamiento del vis-à-vis de Moscú en 1955, y luego de una manera abierta en la década del 60. La ideología “Juche” (“autosuficiencia” en coreano) es uno de los ejemplos más aberrantes y extremos de la teoría de la “construcción del socialismo en un solo país”. Esta concepción completamente opuesta a cualquier idea de internacionalismo proletariado se basa en la adaptación monstruosa de la burocracia a un contexto hostil, la presencia de poderosos aliados en sus fronteras como la antigua URSS y China, el peso de la herencia de un pasado como colonia japonesa, la agresión militarista norteamericana y surcoreana durante la Guerra Fría y el atraso económico general del país, todo teñido de referencias neoconfucianas.
El “pensamiento Juche” mezcla desde su origen el nacionalismo coreano y el culto a la personalidad del “Gran Líder”. Después su muerte en 1994, su hijo, Kim Jong-il fue quién lo sucedió como jefe del partido único, el PTC, y como presidente de la Comisión de Defensa Nacional. También fue el hijo de Kim Jong-il, Kim Jong-un, quién tomara el control en 2012, revelando la naturaleza dinástica del régimen que combina las formas tradicionales de legitimación y las estructuras de un Estado totalmente burocrático. Socialmente hay una enorme brecha que separa las condiciones de vida de los privilegiados y la elite gobernante de aquellas, extremadamente duras, de la población en las ciudades y el campo.
Desde 1990 con la desaparición de la URSS y el fin de la protección de Moscú, con la instauración de un viraje abiertamente restauracionista y pro-capitalista de la burocracia de Pekín y con el agotamiento de la dinámica extensiva de la industria norcoreana, el régimen de Pyongyang ha recurrido a maniobras político-militares también buscando diferentes vías para encontrar una nueva ubicación en un mundo cada vez más hostil y donde los aliados iban a echarse de menos. Así, aunque el país conservaba una economía centralizada, se establecieron contactos con el gobierno surcoreano de Kim Dae-jung entre 1998 y 2003 (por iniciativa de la llamada “Sunshine Policy”, con vista a mejorar las relaciones entre las dos Coreas, autorizando las visitas turísticas de ciudadanos del sur y llevando a la primera reunión, en el 2000, entre los jefes de Estado de ambos países). Se implementaron algunas zonas especiales abiertas a la inversión. El complejo industrial de Kaesong es uno de los últimos vestigios de este periodo.
Paralelamente, la necesidad de capital e inversión en la economía norcoreana y su apertura parcial ha creado enormes oportunidades para las empresas chinas. Sin embargo, estas tendencias a la transformación de la clase dirigente norcoreana en una burocracia como la china o un escenario de reunificación como la alemana no se podrán desarrollar hasta el final debido principalmente a consideraciones geopolíticas. Últimamente, sin embargo, las autoridades norcoreanas han declarado que iban a seguir el ejemplo de Singapur, un país que combina un fuerte desarrollo capitalista con un modelo político-burocrático basado en la disciplina y el orden, al tiempo que indica que la naturaleza represiva del régimen de Corea del Norte buscará perpetuarse, más allá de las crisis de la base social que está originando.
Más allá de las provocaciones y bravuconadas de Pyongyang, es Washington el mayor factor de desestabilización de la paz regional, utilizando las tensiones con fines geopolíticos, especialmente contra China. En este marco, los socialistas revolucionarios mientras peleamos por la revolución socialista internacional para extirpar al imperialismo, raíz de todas las guerras y de la acumulación suicida de armamento nuclear que podría borrar a la faz de la tierra varias veces, defendemos el derecho de Corea del Norte al desarrollo nuclear como elemento disuasivo a la política agresiva de Washington. Pero a la vez decimos abiertamente que la única solución efectiva que puede traer la paz a la región es que la clase obrera, a uno y otro lado del paralelo 38°, unifique sus fuerzas para echar al imperialismo norteamericano. Sólo por esta vía se podrá llegar a la única reunificación progresiva de Corea, la que resulte de la acción y la lucha de independiente de la clase obrera coreana, tanto del norte como del sur. Por el contrario, todo otro intento de forzar las cosas puede desencadenar una guerra.

Juan Chingo
París | @JuanChingoFT

No hay comentarios.: