lunes, septiembre 30, 2024

Milei y el Estado empobrecedor


Para revertir este escenario hay que dar la pelea contra el gobierno.

 El Indec dio a conocer el índice de pobreza, el cual se ubicó en el 52,9% para el primer semestre del año, y de indigencia, la cual se duplicó ubicándose en el 18,1%. Esto quiere decir que el gobierno de Milei hizo que la pobreza saltara un 11,2 puntos porcentuales en solo 6 meses, sumiendo en ella a más de la mitad de la población. 
 Esta panorama es aún peor en regiones como la Provincia de Buenos Aires, lugar donde se concentra más del 50% de la pobreza y la indigencia del país. Allí la pobreza alcanzó el 59,7% y la indigencia un 17,5%, un salto interanual del 12,7 pp. Otro caso es Formosa, donde la pobreza se incrementó en 37,9 pp, La Rioja, con un incremento del 26,8 pp, o Santa Cruz, donde la pobreza creció un 20,3 pp, por citar algunos ejemplos.
 Esto es producto del plan motosierra del gobierno que descarga el ajuste sobre laburantes y jubilados, manteniendo pisados los salarios y los haberes previsionales, promoviendo la recesión, los tarifazos, los boletazos, los despidos masivos y la precarización laboral. 
 De esto dan cuenta los datos del CEPA, que informa que en la evolución del SMVM del primer semestre del 2024 se percibe un valor 28,5% menor que el primer semestre de 2023 y una retracción de 28,1% en relación al semestre inmediato anterior. La licuadora del gobierno mantiene pisado el Salario Mínimo para imponer rebajas salariales que depriman el consumo y así anclar los niveles de inflación. 
 En paralelo, las paritarias a la baja negociadas por la burocracia sindical con las patronales mantienen los salarios pisados, e incluso el gobierno ha llegado a intervenir para evitar que superen la inflación, garantizando, al mismo tiempo, mano de obra cada vez más barata para los capitalistas. En ese sentido, el índice Ripte, que mide el salario promedio de los trabajadores registrados, muestra en el primer semestre de 2024 una desmejora en términos reales de 20,7% respecto al primer semestre del año 2023 y una retracción de 15,6% respecto al último semestre del año anterior. La situación es aún peor para los trabajadores no registrados, un espectro que crece al ritmo de la recesión, cuyo salario cayó un 29,5% en términos reales respecto del primer semestre del año anterior y 24,8% respecto al semestre inmediato anterior, según el mismo informe del CEPA. 
 Al mismo tiempo crece la desocupación, y con ella la necesidad de asistencia social. Según el mismo informe, durante el primer semestre de 2024, la desocupación se ubicó en el mayor valor desde la pos pandemia, 7,6% (IS2024), superior al primer semestre de 2023 (6,6%). Paralelamente disminuyó la tasa de empleo que pasó de 44,8% en el primer semestre de 2023 a 44,6% en el mismo período de 2023. Sin embargo, el informe da cuenta de una fenomenal reducción en el poder adquisitivo del Potenciar Trabajo, el cual percibió una caída del 48,6% respecto al primer semestre de 2023 (como resultado del congelamiento del programa en $78.000) y con respecto al semestre anterior, el derrumbe alcanza el 50,3%. 
 Otro sector fuertemente golpeado por el plan oficial son los jubilados. Durante el primer semestre de 2024, la jubilación mínima con bonos muestra una sensible desmejora de 19,7% en relación al primer semestre de 2023. Respecto al semestre inmediato anterior se observa una disminución de 17,2%. Recordemos que el gobierno viene de vetar la Ley de Movilidad Jubilatoria que suponía un miserable aumento del 8% en los haberes previsionales, donde la mínima no supera la línea de indigencia. De esta forma también mantienen aplastadas las jubilaciones. 
 Queda claro que la feroz campaña de desprestigio contra las organizaciones piqueteras, la represión y la persecución política y judicial tenía como único objetivo imponer la reducción de los planes sociales. La golpiza que aplica la policía cada miércoles contra los jubilados y contra los trabajadores que se movilizan por salario tiene como fin último imponer la rebaja en los haberes previsionales, los despidos y las paritarias a la baja. 
 Lejos de limitar su intervención en la economía, el Estado interviene para imponer por la fuerza el programa antipopular y antiobrero del gobierno que tiene como consecuencia el incremento exponencial de la pobreza. Para revertir este escenario hay que dar la pelea contra el gobierno, el cual, lejos de enarbolar algún tipo de solución promete la profundización del programa que está hundiendo en la miseria a toda la población. 

 Camila García

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