lunes, mayo 25, 2009

España: balance del paro del 21-M, primera aproximación


El mismo día 21, antes de que tuvieran tiempo de poder ver el verdadero alcance del paro, la patronal declaró las mágicas palabras que siguen a una huelga general: "ha sido un rotundo fracaso". Como sigue siendo habitual también, a este mismo coro se unen los gobiernos y los medios de comunicación. Lo que no suele ser tan habitual, y además es un error tremendo, es que sean dirigentes de sindicatos de clase como CCOO y UGT los que se hagan eco de esas palabras sacando las peores de las conclusiones del supuesto "fracaso evidente" de la huelga. Damaso Casado, Secretario General de UGT-Euskadi, dijo: "En UGT estamos hoy con normalidad. La gran mayoría de nuestros delegados no han secundado la huelga, lo mismo que los trabajadores vascos, que han decidido ir a sus trabajos. Y eso debe obligar a los sindicatos convocantes a hacer una reflexión seria". Luego continuó su discurso insistiendo en la necesidad del diálogo con el gobierno y la patronal.

Las cifras

Antes de sacar la conclusión de si ha sido un fracaso o no, debemos ir a las cifras. Según los sindicatos convocantes, del total de empresas industriales con más de 50 trabajadores de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV), ha habido un paro total en el 55,20% de ellas. En ellas se incluyen grandes empresas como la CAF, que entre empleos directos e indirectos ronda los 4.000 trabajadores. Además, cerca de otro 20% de las empresas industriales de la CAPV tuvieron un paro superior al 30%. Los medios ponen el ejemplo de que Mercedes y Michelín de Vitoria no cerraron, pero no dicen que en ellas la mayoría del comité es de UGT y CCOO y que el papel de la dirección sindical ha sido el de hacer una vergonzosa campaña contra la huelga. Otros datos importantes que dan ELA y LAB son que en el sector textil, la huelga ha sido prácticamente total en el Grupo Inditex (Zara, Pull and Bear, Massimo Duti, Bershka, Stradivarius, Oysho, y Kiddys Class) y en H y M. Cerraron a cal y canto grandes superficies como Carrefour Olaberria, Carrefour Oiartzun, Alcampo; también los mercados centrales y de abastos. Respecto al sector de limpieza el paro ha sido masivo en la limpieza viaria y en la limpieza de los edificios públicos y privados. El paro ha sido importante en la Administración Local y Foral. Ha sido secundado ampliamente en la mayor parte de los ayuntamientos, con la salvedad de la margen izquierda y muy significativo en los ayuntamientos de Bilbao y Donostia con incidencia superior al 60 %, y un seguimiento menor en Gasteiz. Las empresas cementeras y las productoras y distribuidoras de hormigón han parado mayoritariamente (Lemona Industrial, Financiera y Minera de Añorga y Amorebieta, Hormigones Lazkano, Altuna y Uria, Amenabar.....).
A esto hay que sumar las enormes manifestaciones de la mañana: 35.000 en Bilbo, 15.000 en Donosti, 10.000 en Gasteiz, 13000 en Iruña. Una verdadera demostración de fuerza que por la tarde volvió a repetirse con más de 35.000 personas en decenas de manifestaciones por toda Euskal Herria.
Es evidente que a este día, desde el punto de vista de los trabajadores, no se le puede llamar "fracaso", sino por el contrario, a pesar de todas las tremendas dificultades con las que han tenido que contar los trabajadores, ha sido un éxito.
No es casualidad que la huelga haya tenido una incidencia más importante en la industria. La escalada de EREs que afectan a la industria parece no tener límite. Cerca de 40.000 trabajadores están afectados por ellos en la CAPV y se prevé que puedan convertirse cerca de 30.000 en despidos antes de que el año acabe. La caída de cerca de un 3% del PIB en Euskadi muestra como a pesar de tener una economía con una industria fuerte, la crisis de sobreproducción capitalista se está llevando por delante una parte importante de las fuerzas productivas. Estos datos, unidos a los cerca de 150.000 parados en Hego Euskal Herria [CAPV y Navarra], son los que demuestran porqué había y sigue habiendo motivos para una huelga general: la crisis la estamos pagando los trabajadores.

¿Podía haber sido mucho más fuerte esta huelga general?

La actuación de todos los dirigentes sindicales de las grandes organizaciones de clase en Euskal Herria (ELA, CCOO, LAB y UGT) es fundamental a la hora de conseguir que una lucha sea o no un éxito. Hay que decir que esta lucha ha sido un éxito a pesar de las algunas direcciones. Cuando los marxistas decidimos apoyar esta huelga, lo hicimos porque cualquier movilización y lucha que sea un paso adelante, que ayude a aumentar el nivel de conciencia de la clase obrera, es nuestra lucha. De ahí que muchos compañeros y simpatizantes, afiliados a CCOO y UGT firmaran su apoyo al 21 de mayo. Pero también fuimos críticos con la dirección de ELA y LAB por no haber convocado esta lucha antes e insistimos en la necesidad de la unidad de acción. No es correcto que las direcciones de estos sindicatos no llamaran a CCOO y UGT a secundar el paro.
Pero uno no se queda fuera si no quiere. Algunas declaraciones de los secretarios de UGT y CCOO diciendo que "no nos han llamado para esta huelga" parecen pataletas infantiles. Un dirigente del movimiento obrero debe tener como prioridad la defensa de los intereses de clase y por tanto la obligación, te llamen o no, de unirte con tu propio punto de vista crítico a una lucha que lejos de perjudicar ayuda a fortalecer la lucha contra los ataques que sufrimos. La actitud desmovilizadora de los dirigentes de CCOO y UGT ha hecho que sean responsables directos de que la huelga no haya tenido un éxito mayor.

Contra la división de la clase obrera en líneas nacionales

Lo que ha demostrado esta huelga es que, a pesar de los enormes obstáculos, el potencial de lucha de la clase obrera es enorme y en el próximo período va a tener que ponerse todo él de nuevo en marcha. Otra lección ha sido que la clase obrera pide unidad, pues correctamente en ella está la fuerza. Es un error, provenga del sindicato que provenga, dividir a la clase obrera en líneas nacionales. Un obrero de la margen izquierda que no ha salido a la huelga porque el ejemplo de sus direcciones ha sido vergonzoso, no es un esquirol. Este obrero no va a tener más remedio, más temprano que tarde, que participar en la lucha, y lo hará sin ninguna dura.
La huelga del 21 ha sido una primera respuesta, pero los sindicatos deben ahora extenderla y generalizarla a todo el Estado.

Nagore Agirre
domingo, 24 de mayo de 2009

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