miércoles, julio 09, 2014

Notas autobiográficas. Cartas de José Peiratsí

Allá por mitad de los años 80, mantuve una cierta correspondencia con José Peirats. Le había pedido que me ayudara en lo posible en la composición de Libertarios, libertarias, un diccionario…
Esta trabajo estuvo a punto de aparecer en varias editoriales (Libertarias, anthropos, Hacer), pero finalmente se quedó en el cajón de sastre, la época no daba para más. Años más tarde lo pude publicar en la Web de L´Espai Marx, desde la cual ha sido reproducido por otras páginas, normalmente de signo libertario. Una parte de la correspondencia (muy difícil de descifrar en ocasiones, Peirats reciclaba papel y añadía toda clase de notas y rectificaciones en sus márgenes), estuvo orientada para una entrevista que tenía que aparecer en la revista Ciutat, de L´ Hospitalet, pero tampoco pudo ser. Durante años, estos papeles durmieron en carpetas hasta que los he recuperado en aras de un retrato de Peirats para un próximo libro mío, titulado Retratos en rojo y negro.
No he nacido en L´Hospitalet sino en Valí de Uxó un 15 de marzo le 1908. A mis padres y hermana, junto conmigo, ríes trajo a Barcelona el hambre, en 1911. Pueblo Seco, Hostafranchs y Sants, total seis años. Cumplidoslos 9 de edad, nos instalamos en Coll-Blanch. Todavía quedan allí familia­res, sobrinos que nacieron en el mismo piso.
La Torrassa era un lugar de peregrinación por los barceloneses en fies­ta de carnestolendas. El solo núcleo urbano- la carretera o Coll-Blanda pro­piamente dicho y la calle Progreso con torrecillas ajardinadas (de ahí po­siblemente La Torrassa) que ascendía en cuesta hasta lo que es hoy Plaza Española. Era la cumbre de un montículo con hierba rala ideal para la me­rendola o entierro de la sardina. Limites: Torrente Gornal y Riera Blanca. Al fondo un brusco desplome frente al Prat Vermell. No muy lejos, la cinta azul del mar, desde el legendario Port a. la desembocadura del Llobregat, El montículo estaba cubierto de viñas y trigales, algunas casas de pagés y el que supongo aún cementerio de Sants. Por el norte, la romana Travesera y al fondo el Tibidabo, Vallvidriera ySan Pere Mártir. Extramuros, de este a oeste, bosque de chimeneas de ladrillerías o bóvilas y no hay que olvidar, lindando con el Torrent Gornal, la zona de basureros o escombrarías con ronquidos de cerdos y nubes de moscas.
L´Hospitalet era casi ignora/lo . Estaba a media hora o más; mientras que de Barcelona sólo nos separaba un puente de piedra bajo el cual hacían sus urgentes necesidades los carreteros que aguardaban turno mientras se despa­chaban los cachazudos consumeros o panzudos burots. Nos considerábamos, pues, barceloneses de 2ª (categoría).
Inmigrante o catalán adoptivo tanto monta. Sin dejar de sentirme valenciano no politizado, guardo un eterno agradecimiento por Barcelona. Ahí transcurrió mi niñez, primera y segunda juventud y me hice culto» No me limi­té a comer el pan de lo- catalanes como oí indignado reprochar a otros in­migrantes. Trabajé como un bruto para ganármelo en un oficio brutal, pero grato, al aire libre, con los pies descalzos en contacto con la tierra madre, desde los 9 años hasta, el 19 de julio heroico. Pasan de veinte las ladrillarías (hoy desaparecidas) en que he sudado el pan que me comía. Entre ellas las cuatro que hoy cubre el campo del Barca: Cosme, Damians y además Quinot. Quien me llame "charnego" con su pan se lo coma.
¿Formación? Ingreso en la CNT a los 14 años, en la calle del Cristo, no lejos de Olçinellas 52 (mi casa entonces, PG-A), conducido a empujones por cenetistas de pelo en pecho. Allí oí hablar de cultura. Como escolar me había destacado como insigne "novillero". Los punterazos y patadas de los maestros, oficiales o con sotana, me llevaron a vagabundear por los desmontes yrieras. Los curas, cuando me cocían, por su cuenta, me ponían en la cabeza unas orejas de burro. Las hu­millaciones me hicieron más daño que lo palos.
Hay una época, en mi primera juventud vergonzosa, sumergida en el ambien­te, de la que me libró la vergüenza por mi ignorancia. La dictadura había impuesto elcerrojazo de los sindicatos. Estos habían sacado a los obreros de las tabernas; de los bailes de chulos y nos hablaban de cultura. Reac­cioné al hacerme buenos amigos de más o menos mi edad en el oficio. Supe de obreros que se pudrían en la cauceles a título de "gubernativos" por es­tar “fichados”. Desde Coll-Blanch vi conducir por la Travesera,racimos de hombres atados. Los voceadores de periódicos destacaban títulos sangrien­tos que despegué de amigachos y obtuve nuevos amigos que iban siempre con un libro bajo del brazo. Visité con ellos los barracones de lance de Atarazanas. Allí estaba Tomás Herreros rodeado de Zola, Sué, Andreiev, Dostoiewski, Víctor Hugo. Concurrí de alumno nocturno la escuela de Juan Roigé. Era un veterano de los calabozos de Montjuich. Más que pedagogo era un excelente iniciador. Estábamos en la. agonía de la dictadura, de Primo. Mi fiebre de lectura había llevado hasta Volney (Las ruinas de Palmira, 1791), Darwin (El origen de las especies, 1859), Ernest Haeckel (Enigmas del Universo,1899), pasando por los clási­cos griegos. A los veinte años publiqué mi primer artículo en "Boletín del Ladrillero": una violenta arremetida contra los frecuentadores ladrilleros de timbas, music halls (para verle los “balcones” de la Bella Dorita) y repro­charle sus borraclh eras .
Nada de "empollón". Vergüenza de mi rezago, voluntad de hierre. Lo que otros aprendían tácitamente a mi me costaba, sudores de tinta china. No poseo ni un simple certificado de primera enseñanza. Pero he vivido mucho y via­jado, visto mundo trabajando en duras tareas codo a. codo con los humildes, y el vivir a pie me ha enseñado mucho.
Es todo por el momento y ahí va otro s saludo,
Un grupo de jóvenes procedentes de la escuela nocturna de Juan Roigé (Alcolea 80, Sants), avecindados en el área y aledaños, nos pro­pusimos contrastar aquel agobiante racionalista abocando los conocimientos que al reparo de una paz de camposanto habíamos ido adquiriendo. Si se me permite, mi protagonismo consiste escuetamente en un recuerdo de in­fancia. Recordaba muy claramente la obra positiva, popular y casi fami­liar, del Ateneo nacionalista de Sants, sito en la calle Vallespir, del cual fue vástago lejano la propia escuela de Roigé. Prepusimos resucitar aquella obra recién el 14 de abril a los propios compañeros de Sants, Quienes declinaron la invitación en aras de una revolución que creían ver a la vuelta de la esquina,. Fuimos, pues, con los cachivaches a La Torrassa, y senta­mos nuestros reales en una humilde tiendecita deshabitada, al final de la calle Llansá, en la intersección con la de Montseny.
En el núcleo original, y entre los que se nos fueron agregando, había, naturalmente ladrilleros, pintores, carpinteros, ebanistas, electricistas, algún que otro estudiantuelo de capa, raída y todos más o menos leídos. Lo primero que fabrica­mos fue un armario-biblioteca. Siguieron mesas con bancos. Una mesa, pre­sidencial, un enorme pizarrón. Previamente los pintores habían hecho pri­mores con su brocha más o menos fina.
Contratamos con Espasa—Calpe una vasta colección de libros: la famosa colección universal de clásicos y modernos, los Manuales Gallada, diccionarios y otros libros de consulta, Ídem de texto para primera enseñanza. Y dimos la voz al barrio para que acudieran por las noches cuantos jóvenes inquietos quisieran quitarse la, sarna, del analfabetisrno.
Los profesores éramos nosotros mismos, los del núcleo, que enseñando aprendíamos. Conectamos con elementos intelectua­les de Barcelona, que fueron pasando los sábados, por nuestra tribuna. Renuncio a fastidiarte con los nombres. Siguió de cerca el Cuadro Escé­nico.
Las cuotas de los socios no bastaban. Había que agenciarse otros medios. Y empezamos a representar en el teatrillo de la Sociedad Coral "El Universo", cita en un. primer piso de la. Plaza Española (en mis va­gabundeos por el barrio me ha sido imposible localizarla). Tanto era nuestro atractivo que se impuso el logro de un local más amplio. Fue el local "La Alegría", una doble sala de baile y refrescos, venida a menos. Los ladrilleros aportamos gratis las piezas de alfarería, necesaria para, cambiar el tablado apolillado en un pretencioso teatrillo. Entraron de nuevo en escena carpinteros, pintores, electricistas. Había que impro­visar decoraciones; las rituales de salas pobres y ricas. Y se hizo el mila­gro merced a, nuestra propia improvisación pictórica e inventiva. Varias mujeres se encargaron del telón de boca, y unos y otras nos multiplicamos, cosiendo trajes, pintando decorados e incluso escribiendo obras; atendi­endo a la escuela nocturna, ensayando y representando incluso en lenguas vernáculas, catalán y valenciano. Actuábamos en las tablas sábados y do­mingos. Los sábados para, los gastos; los domingos para el tesorero. Ha­bía, que pagar el loca! cuyo alquiler era cuantioso. Acudía al espectácu­lo mes gente que deseábamos, sobre todo los domingos Intercambiábamos representaciones con otros grupos de Barcelona y su radio. Las conferen­cias eran intercaladas. Y estas suscitaron problemas. Los "viejos" sindicato las querían revolucionarias. Que por qué no invitábamos García Oliver o a Durruti. Respondíamos que nos interesaba la divulgación cultural sobre la agitación y demagogia. Y no bajamos del burro. Tuvi­mos que rechazar ofensivas feas. Se nos apedreaba con calificativos de mal gusto: "tolstoianos", "comeberzas". Y de ahí que "algunos de nosotros fue­ran, vistos con las armas en la mano” en los lances antes aludidos más que por convicción (excepto el 19 de julio) para que vieran los sec­tarios que lo mismo servíamos para un fregado que para un barrio o.
3.- He colaborado en toda, la prensa anarquista y anarcosindicalista de la, época bajo diversos pseudónimos y fui redactor del diario 'Solida­ridad Obrera" durante dos años. Entre la mecánica periodística mi predi­lección era el reportaje. Llegué a especializarme en los antros judicia­les. No fui propiamente un cronista político. Repudie el manifiesto de los “Treinta” no por sus tesis sino "por su fermento escisionista”, y estu­ve dentro de la FAI contra la prepotencia, desquiciada que siempre tuve por no anarquista y bolchevizante.
Y termino por hoy. Siempre a tu disposición, vaya un abrazo

Valí de Uxó 12 julio 1985

Apreciado amigo:

En mi poder tu carta, del presente 3 que correspondo. Presumo por tu estilo que en achaques de edad debo de llevarte más de una cabeza de caballo. Ello no me da derecho a presumir de mayor experiencia. Sería tonto, que no ingenuo, en un viejo que ya sabes los que cuenta. En co­rrespondencia con ello, contrario al uso, no me corresponde impartir lecciones. También ha decaído mucho mi antigua, propensión a. la polémi­ca, en la que si no fuerte sí he sido bastante duro. Duro, sobre todo, con el fariseísmo y la frivolidad dialéctica. Como suelen decir los fran­ceses "je dis en chat un chat", no una liebre. Lo que tal vez no com­prendas es que he gastado más cartuchos contra los propios que con los otros. Lo cual me ha producido en gaje una leyenda de díscolo. Creo que por no haberme dolido prendas en arrimar el santo grial a, las cuerdas. Quiero decir que si es verdad que el cristo ha existido su mérito mayor fue haber arrojado del templo a los mercaderes a, latigazos. No me han dolido prendas en atacar de frente, y subrayo, a los presuntos santones "non sanctos" de mis propios medios. De ahí una cierta leyenda de si gustaba ensañarme con los propios preferentemente. Sin una retaguardia limpia no hay vanguardia que tenga. Mi ventaja, no ventajismo, fue que, salvo malos entendidos perdonables o imperdonables aviesidades, procuré siempre no ofrecer blanco para lo que decía Ascaso "'meterme el dedo". Y termino este artículo de fondo remitiéndome a los que en esa área hospitalense tuvieron ocasión de tratarme a. fondo. En cuanto a los otros nos veremos en el valle de Josafat y discutiremos. Atiendo a tu cuestio­nario.
1.- "Detallarte" la pequeña historia de mi militancia en L´Hospitalet, si dejamos aparte lo del Ateneon, es eso mismo que dices: pequeña. Por mi ubicación en el área y mi profesión hube de intervención en algunos de aquellos alzamientos pírricos que dieron mítica fama revolucionaria a La Torrassa. Esta fase turbulenta podríamos jalonarla a partir del es­treno de la, II República. Con anterioridad era la calma, chicha si bien se iban acumulando los ingredientes de futuras explosiones esporádicas, no pocas de ellas forzadas. Los ingredientes eran la, acumulación de un subproletariado procedente mayormente de minas cerradas al sur del Se­gura. Un servicio de autobuses muy frecuente fue el llamado "Correo de Murcia" . A los del oficio ya, nos habían creado graves problemas las le­vas famélicas cuando la famosa huelga, ladrillera de principios de 1923, que, por cierto, cercenó la Dictadura. Fueron un foco de esquirolaje y hubo que tratarlo mediante procedimientos harto expeditivos. Por mi edad no me cabe ninguna responsabilidad en aquella operación de "cagar" a tiros a los intrusos que custodiados por la guardia civil, somatenistas, mozos de escuadra y policía nos traicionaban. Por cierto que, pa­sado el turbión, la inmensa, mayoría que no fue a la fosa, se rehabilitó con creces, ingresando en la CNT, distinguiéndose, desgraciadamente, la mayoría machucha, en lo que habían aprendido en cabeza propia: el embiste ciego. De ahí la, fama de La Torrassa de "murcianismo" que hizo las delicias de libelos catalaneros como "El Be Negre", "Mirador", la Liga, la. Lligueta, levadura más tarde de Casáis que eran quesos gruyere de "escamots" a las órdenes de Dencás y Badía cuando el traspaso del or­den público a la Generalidad. Es obligado pasarles el tanto de culpa a los aprendices deMartínez Anido-Arlegui. Si mal no recuerdo hay dos alzamientos de L´Hospitalet "llevat el dinou de Juliol". El primero me pilló en Valencia. Fue el 8 de enero de 1933. El segundo, 11 de diciembre del mismo año. Cuando el primero se contentaron con plantar una bandera rojinegra en la tenencia de alcaldía de Santa .Eulalia y resultó un poco chamuscada, en La Torrassa, la Cámara de la Propiedad Urbana. En la segunda edición, me encontré involuntariamente involucrado a causa de un, si quieres, estúpido lance de honor. Si recuerdo aclararé esto.

Vall de Uxó 9 sept. 1985

Atento amigo Gutiérrez:

Ya es hora de corresponder a la tuya un tanto enrevesada, mi. si va post-v niega. Lo de enrevesada puede que se corresponda con el dolce far niente del paréntesis vacacional. Ante tamaño barullo me va a ser trabajoso, como di­cen los catalanes, "trocar el cap de fil de la troca". Allá va, pues, “a vas cabás", mi respuesta.
Victor García estuvo en Barcelona, después aquí, luego otra vez en Bar­celona y, definitivamente (es un suponer), otra vez en Francia. Comuniqué con él hace dos días, bien que brevemente. Como tiene casa, en Barcelona y no creo que vuele hacia Venezuela hasta octubre, allá va su dirección en Francia: Germinal Gracia: Villa Canaima, Plaine des Astres, Montady, 34310 Capestang.
Supongo que tus contactos con extranjeros no tienen que ver con lo mío. No tengo el libro de Kaminski a mano y ni remotamente recuerdo lo esen­cial que traté en la, edición (pienso que doble: castellano y catalán) en prólogo. Lo que del mismo me atribuyes me suena a copla de Calaínos.
Si, como dijiste, has leído la, mayor parte de mis cosas, supongo que
te habrás dignado a posar tus ojos en mi obra fundamental (La CNT en la revoluciona española en tres tomos y dos ediciones y en su filial (Los anarquistas en la crisis política española, cinco ediciones si contamos la italiana y la. inglesa). Hay también en italiano una, edición (re­edición, si prefieres en cuatro tomos, en italiano, de la obra grande.
Tendrías, pues -como dicen los franceses, “le ambras de choix”-, Item, más. Por lo que respecta a Johann Most. Trato de él con alguna extensión, en mi Emma Goldman anarquista de ambos mundos, reeditado por Laia con un título comercial que desnaturaliza. Pero ya tengo apuntado que como acérrimo marxista y tal vez trotskista-leninista, la puesta en la picota del despotismo bolchevique se te haya indigestado.
En los libros antes citado puedes encontrar, si te lo propones, todo eso de la “gimnasia revolucionaria” tratado con una, óptica crítica, no por haberlo leído en. los libros sino por haberlo vivido.
No sé dónde nos hubiera, conducido el "circunstancialismo" (negación de la "gimnasia revolucionaria"), pero sí sabemos dónde ha conducido el "circunstancialismo marxista" (léase “dictadura, del proletariado") . Pero orinas fuera del tiesto cuando lo pegas con saliva en ayuno con el” trade-unionismo radicalizado". El "rara avis" que conozco fue el Partido Laborista, Independiente de Fenner Brockway que tuvo su prematrimonio a la gre­ña con los bolcheviques londinenses en 1937-38.
Conozco muy poco de Vladimir Muñoz salvo las colaboraciones que me remi­tía desde Montevideo siendo yo director del semanario "CNT" en Toulouse. Su fuerte es ser rata, de biblioteca. Le perdí de vista cuando mi dimisión como director y el golpe de los milites uruguayos producto, el golpe, en gran parte, de la "gimnasia revolucionaria" de los Tupamaros marxista-leninistas.
Tu última, parrafada no sé por donde tomarla. Es lo más verde de la, en­salada. Juegas al tun-tun con una serie de nombres ante la "ambivalencia unitarismo-separatismo” Ignoro si te refieres a posiciones sindicales co­mo la planteadas en el congreso confederal de 1919 (sí o no ala fusión CNT-UGT) o a la que se planteó en 1931 con respecto al brote nacionalista cata­lán. Hay todavía un sí o no a la. Alianza revolucionaria preconizada por Valeriano Orobón Fernández y la demagogia, en parte electoralista, de Lar­go Caballero como espoleta o detonante de la revolución de octubre de 1934.
Lo que no comprendo es qué pintan aquí Camilo Berneri y Gastón Leval.
Aclárame eso de "a mirar a. las demás corrientes del movimiento obrero como una masa manipuladora y reaccionaria". Dime por ejemplo, a qué otras corrientes obreras o del movimiento obrero (de la época) te refieres. Dime o precísame, también, a cual o a quien te refieres cuando acusas de teoriza­ción instalada "en un sentido u en otro".
Lamentando no haber podido contestarte a alguna propuesta coherente y sólida, me reitero afectuosamente tuyo

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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