sábado, julio 26, 2014

Willi Müzemberg, la bestia negra de Goebbels (y de Esperanza Aguirre)



Con la impunidad, el desparpajo y el cinismo que la caracteriza, Esperanza Aguirre ha extraído de algún cursillo del pensamiento único una amalgama entre Goebbels y Müzemberg para disparar más basura contra Pablo Iglesias y Podemos. Aunque sumariamente, quizás valga la pena recordar algunos de los trazos biográficos de este genial y trágico personaje.
Willi Müzemberg(Erfurt, 1889-¿1940), obrero en una fábrica de zapatos; joven socialista en Alemania y Suiza, donde se refugió durante la Primera Guerra Mundial, creó las Juventudes Socialistas; en 1914, líder de la Asociación de Juventudes Socialistas de Zurich; en 1915, secretario de la Organización Internacional de Juventudes Socialistas. Participé en las Conferencias de Zimmerwald y Kienthal durante la Primera Guerra Mundial.; en 1917 estuvo presente, también, en la Conferencia de Paz de Estocolmo. Durante la revolución de noviembre de 1918 se hallaba en Würtemberg. Desde 1919, miembro del Partido Comunista de Alemania.
De noviembre de 1919 a julio de 1921, jefe de la Internacional Juvenil Comunista en Berlín: “La historia no se olvidará nunca que fue la juventud la primera en comprometerse en el combate- contra el oportunismo de los par­tidos socialdemócratas en todo el mundo. Con estas palabras dichas par Gregory. Zinóviev en el segundo Congreso de la ICJ se cerraba toda una época. Entre 1919 y 1921 la organización internacional, que lideraba Willy Münzenberg, había intentado ocupar el lugar de otro partido comunista queriendo ser la "vanguardia de la vanguardia", una garantía contra las inclinaciones oportunistas de las mayores. El fracaso de la “acción de marzo” de 1921 en Alemania demostró que este no era el camino. En II Congreso abría un nuevo período basado en el frente único que iba a frustrar el desarrollo del estalinismo.
En esa misma ciudad y en 1921, fundó el Socorro Obrero Internacional. Creó varias editoriales, periódicos y empresas cinematográficas (el “Konzern Münzenberg”). Desde 1924, miembro del Reichstag. En 1923 huyó a París, donde publicó el Braunbuch liber Reichstag Sbrand und Hit!erterror.
Willi Münzenberg fue el organizador más brillante que tuvo el comunismo. Lenin encomendó la más trascendente misión para extenderlo internacionalmente: la propaganda. De aspecto rudo, cuadrado y recio, contaba a la vez con un talento versátil, casi literario, con una ilimitada capacidad de acción y una determinación despiadada e inteligente. Emanaba una autoridad tan hipnótica que Arthur Koestler dijo sobre él: “He visto a banqueros, ministros, duques y jerarcas inclinarse con obediencia de escolares ante él”. Parecía lo contrario a un estrecho doctrinario. Forzado a seguir las directrices del partido, las bordeaba con imaginación.
En Londres organizó un “contrajuicio” al juicio por el incendio del Reichstag. En 1935 fue juzgado en Alemania, en rebeldía y ausencia, y condenado a muerte. En abril de 1937 organizó, en París, el primer Congreso del Frente Alemán y fundó un Partido Libertario Alemán. Entró en conflicto con el Partido Comunista de Alemania.
Münzenberg fue creador de un complejo sistema para la seducción de los intelectuales y de Occidente. Era la bestia negra de Goebbels, quizás por la familiaridad de técnicas comunes. La inevitable traición, una de tantas, en las que tan pródigo era el sistema, acabó de la peor manera con este inteligente estratega y experimentado propagandista que, de hacer nacido en América, como dice Antonio Muñoz Molina, habría llegado a ser uno de aquellos empresarios colosales, al estilo de Hearst, Morgan o Ford. Estaba hecho de la misma pasta, de una irresistible inteligencia Willi Münzenberg, un desconocido para la mayoría, prácticamente olvidado para la Historia, fue, para muchos, el creador de la moderna propaganda.
Deslumbrado por el conocimiento de Lenin y Trotsky, acabó convirtiéndose en un revolucionario "profesional". Participó en la fundación del KPD (Partido comunista alemán) y de la Komintern (Internacional Comunista). Lenin le encargó la dirección de la Ayuda Internacional Obrera (o Socorro Rojo Internacional, según la traducción), desde la que recaudó dinero y alimentos para combatir la hambruna en la Rusia Soviética en 1921. Desde la AIO, creó un conjunto de empresas (periódicos, productoras y distribuidoras de cine...), el llamado por sus enemigos "trust Münzenberg", desde las que organizó campañas antiimperialistas y a favor de la paz, aunque su objetivo era captar a intelectuales y famosos occidentales para que simpatizasen y apoyasen a la Unión Soviética.
Diputado en el Reichstag, y obediente a Stalin a pesar de sus diferencias, la llegada del nazismo al poder le sorprendió, como a todos los comunistas, que creían que estaba más próxima la revolución marxista que la fascista. Huyó a Francia, donde siguió llevando a cabo su trabajo; uno de sus mayores éxitos fue la creación del Libro Pardo, donde se culpabilizaba a los nazis del incendio del Reichstag y se difundían los terrores del Tercer Reich, y su defensa de los acusados de provocar el incendio, a través de un contraproceso en Londres.
Enfrentado abiertamente a Stalin desde 1939, repudiado por sus antiguos camaradas, fue, como todos los residentes alemanes, internado en un campo por las autoridades francesas ante el ataque nazi. Con la debacle, fue liberado y huyó, pero fue encontrado meses más tarde, ahorcado en un árbol en mitad del monte. Se dice que murió en 1940 en Francia cuando huía ante la llegada de las tropas alemanas. En realidad su muerte fue un misterio, pero parece evidente que fue por orden directa de Stalin, así lo confirma Alejandro Andreassi en el trabajo mejor informado que se ha publicado por estos lares sobre el personaje: Willi Müzenberg, el gran comunicador rojo o “La propaganda como arte”. La lucha por la opinión pública del Frente único al Frente Popular, aparecido en la recopilación De un Octubre a otro. Revolución y fascismo en el período de entreguerras, 19171934 (El Viejo Topo, Mataró, 2010)

Pepe Gutiérrez-Álvarez

1 comentario:

Cecilia Molinero Flores dijo...

En el fin de la inocencia de Stepheb Koch se habla de él y no sale muy bien parado, se suicidó lo "suicidaron"