domingo, abril 25, 2021

El agravamiento de todos los frentes de crisis

 
Panorama político de la semana.

Durante la semana que pasó, todos los factores de crisis que se combinan en Argentina no hicieron más que agravarse. 
 Se pasó el umbral de las 500 muertes diarias por Covid-19, y en total ya suman más de 60.000 desde el inicio de la pandemia. Los ministros de Salud del AMBA hablan de un amesetamiento de la curva de contagios, pero no dicen que si se mantiene en este nivel vamos a una saturación total del sistema sanitario, alcanzando en dos semanas el 100% de ocupación de las camas UTI en todo el Gran Buenos Aires. Como expresaron trabajadores de distintos hospitales a Prensa Obrera, están al tope las salas Covid y se realizan internaciones en las guardias. En el interior del país la segunda ola también está haciendo estragos, como tétricamente se reflejó en Mendoza con la creación por el gobierno de Rodolfo Suárez de una unidad para retirar cadáveres de los domicilios particulares víctimas de Covid-19, en medio de un colapso sanitario. 
 A la par de la crisis sanitaria escaló la crisis política, con epicentro en la judicialización de la cuestión educativa. Nadie debe confundirse acerca del contenido de este choque. Alberto Fernández advirtió que si no decretaba la suspensión de la presencialidad escolar ello iba a ser impuesto por la docencia y sus medidas de fuerza, por lo cual reculó y dejó tan en off side a su ministro Nicolás Trotta que este debió acuarentenarse por varios días. Por el otro lado, como sintetiza el editorial de Eduardo Salas: «La derecha vio en las idas y vueltas de AF y la coalición gobernante la posibilidad de aparecer con iniciativa e incluso abroquelarse en el marco de sus propias divisiones y crisis. Es así que los defensores a ultranza de la virtualidad hace un año ahora son partidarios de la presencialidad como un principio irrenunciable». Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires los contagios de coronavirus entre niñes y adolescentes en edad escolar superan en un 50% el promedio general. Así como ninguno de los gobiernos garantiza condiciones seguras para la presencialidad, menos aún brindan recursos para sostener la educación en la virtualidad. Como testimoniaron las juventudes piqueteras que volvieron a movilizarse a los ministerios de Educación porteño y nacional, en el marco de un paro estudiantil en apoyo a la lucha docente, «ni Larreta ni Fernández garantizan conectividad en los barrios». Un reciente relevamiento apuntó que el cuadro es crítico a nivel nacional, ya que uno de cada cuatro estudiantes pobres se vio obligado a dejar sus estudios por el abandono de los gobiernos. 
 Salta a la luz entonces el carácter criminal de las acusaciones cruzadas y pases de factura entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, cuando los platos rotos los paga la población trabajadora. El ejemplo más lúgubre es el de los chispazos entre la titular del Pami, Luana Volnovich, y el gobierno de Larreta, que solo evidencia que ni unos ni otros son capaces de garantizar la vacunación siquiera de los adultos mayores, y tampoco su atención médica. 
 Más aún, en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado Alberto Fernández sentó posición en favor del sostenimiento de las patentes que detentan los grandes laboratorios, las cuales les permiten un negocio fenomenal en base a la escasez de vacunas a nivel mundial. Con ello se para en la vereda de enfrente de lo que reclaman especialistas, e inclusive Médicos Sin Fronteras y hasta el director de la OMS, pero por sobre todo sienta postura cuando el anuncio de la producción de Sputnik V en Argentina por el laboratorio Richmond refleja que existen en nuestro país las condiciones para desarrollar todo el proceso de fabricación, revelando el fraude antinacional que representa que se mantengan los contratos leoninos con Sigman a pesar del alevoso incumplimiento en la llegada de las dosis AstraZeneca. Todo esto revela la justeza de la campaña del Frente de Izquierda por la intervención de la producción de las vacunas. 
 El presidente participó también de otra cumbre internacional, la que fue convocada por Joe Biden en ocasión del Día de la Tierra. El verdadero objetivo del mandatario yanqui es hacer de su «ambición climática» un arma contra China, en medio de la escalada de la guerra comercial. Alberto Fernández -que reafirmó su «compromiso ambiental» mientras siguen detenidos los luchadores de Andalgalá contra la megaminería contaminante- lo tenía clarísimo: fue a pedir créditos internacionales y que desembarquen nuevas empresas a explotar el litio del norte argentino, todo dominado por la preocupación principal del pago de vencimientos al FMI y el Club de París. La depredación ambiental seguirá siendo una política de Estado, porque tiene sus raíces en el saqueo del capital imperialista y la deuda externa sobre las naciones del mundo (lo cual a su vez hizo fracasar todas las promesas de las cumbres internacionales por el clima). 
 El punto es que la destrucción del ambiente y el saqueo agravan una crisis social que parece no tener fondo. Los últimos datos del Indec revelan que la canasta de pobreza aumenta incluso más rápido que la inflación ya galopante. La línea de pobreza ascendió en los últimos doce meses un 48%, mientras que los sueldos en blanco del sector privado lo hicieron un 28%. Esta disociación se refuerza con los topes paritarios indicados por Martín Guzmán y acatados por la burocracia sindical. Se acrecienta al mismo tiempo la escandalosa brecha que aleja la línea de indigencia ($25.685) del salario mínimo ($21.600) que se toma como referencia para los trabajadores informales y la jubilación mínima ($20.571) que cobra la mayoría de los jubilados. 
 Estos números reafirman la oportunidad de la convocatoria del Plenario del Sindicalismo Combativo y el Frente de Lucha Piquetero a movilizar el 27 de abril al Consejo del Salario Mínimo, contra el ajuste del gobierno y el FMI que condena a los trabajadores a la miseria, incluso aquellos con empleos registrados.
 Es en este panorama que resalta la oferta salarial que arrancó el Sutna a las patronales del neumático, con una actualización del 54% anual y una cláusula que garantiza una recomposición de 5 puntos por encima de la inflación. Esta conquista de un gremio con una dirección clasista, que se dio los mecanismos para recoger el mandato de las fábricas a pesar de no contar con condiciones sanitarias para realizar asambleas, contrasta con el accionar de la burocracia de la UTA que en medio de empantanamiento de la paritaria del transporte anunció un paro con la suficiente anticipación como para terminar acatando la cantada conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo; el único objetivo es actuar como factor de presión de las empresas que exigen mayores subsidios públicos. 
 Estas dos orientaciones que chocan dentro del movimiento obrero tuvieron una expresión clarificadora en Neuquén, donde el burócrata petrolero Guillermo Pereyra pidió el desalojo de los piquetes de los trabajadores de la salud y hasta amenazó con «darles una lección», y lo hizo en el marco de que los pulpos del sector anunciaron descuentos salariales para los obreros que no pudieran llegar a los yacimientos por los cortes de ruta. Es decir que no solo ataca la huelga del personal sanitario en plena pandemia, sino que se solidariza con las patronales que acusan pérdidas millonarias para forzar una salida represiva al conflicto que tiene en vilo la provincia. 
 Pero mientras al gobernador Omar Gutiérrez lo respaldan las cámaras patronales y la burocracia de la CGT, la lucha de la salud recoge un enorme apoyo popular. Es por ello que arrancaron el paro por tiempo indeterminado a la misma condición de ATE que había firmado el acuerdo ruinoso, la cual fue ahora citada el gobierno para abrir una mesa de negociación, pero los autoconvocados reclaman discutir en forma directa la recomposición salarial y todas las demandas. La heroica huelga de los trabajadores de la salud neuquinos expresa el enorme potencial de lucha de la clase obrera cuando se organiza contra el lastre de la burocracia sindical.
 Entre estas dos perspectivas se debate el futuro de los trabajadores y de la Argentina. A redoblar cada pelea, y pujar por una gran jornada obrera y socialista del Frente de Izquierda este 1 de Mayo. 

 Buen domingo.

 Iván Hirsch, editor de Prensa Obrera. 

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