domingo, mayo 30, 2021

Los gobiernos aprovechan la pandemia para vaciar la educación


Fernández, Kicillof, Larreta, Perotti y compañía.

 La implementación de la enseñanza –si presencial o virtual- es uno de los grandes conflictos derivados de la histórica crisis sanitaria a la que los Fernández y Larreta han arrastrado al país. 
 La ministra de Educación de la provincia de Buenos Aires, Agustina Vila, reconoció que, en medio de la pandemia, la presencialidad es muy acotada porque las condiciones edilicias de las escuelas no permiten, justamente, la presencia de muchos alumnos en los establecimientos. Aceptó también que bajo la virtualidad la situación también es muy precaria, por las dificultades de una porción muy grande de los alumnos de acceder a internet (reportaje con Nancy Pazos, en FM Rock and Pop). 
 Por su parte, en una actitud criminal, en la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta insiste en volver (a partir del 31) a la educación presencial en las escuelas porteñas, que tienen los mismos problemas edilicios que esgrime su par de la provincia de Buenos Aires. 
 En Santa Fe, el pejotista Omar Perotti amagó con hacer lo mismo que Larreta, lo cual –según palabras de la ministra de Educación provincial Adriana Cantero- habría consensuado con los gremios, es decir, con la kirchnerista Sonia Alesso, secretaria general de Amsafe y de Ctera. El despropósito se abortó por la resistencia de la comunidad educativa, pero colocó luz en los motivos del gobierno de Santa Fe para intentar mantener bajo condiciones sanitarias insostenibles las clases presenciales. En la Circular Número 12 del Ministerio de Educación santafesino, la ministra Cantero afirma: “en nuestra provincia sólo es posible sostener con un grupo mínimo la educación virtual, ya que la inmensa mayoría de nuestra población escolar carece de conectividad; por lo tanto, dar continuidad con esos recursos, implica la posibilidad de unos pocos”. 
 En Santa Fe, el porcentaje de acceso a internet fija es del 68% por cada 100 hogares (Cámara Argentina de Internet-Cabase-). ¡Qué queda para provincias como Formosa o Catamarca, pero también Santa Cruz, en las cuales el porcentaje varía entre el 30 y el 35%! 
 Buenos Aires ($7.573.803.120), Ciudad de Buenos Aires ( $3.632.024.902 ) y Santa Fe (1.831.470.122) encabezan los principales Productos Geográficos Brutos del país. Ni a Vila-Kicillof, ni a Larreta-Acuña ni a Perotti-Cantero se les ocurrió resolver el problema de la educación volcando los recursos necesarios para ello. 

 Pobreza digital 

De acuerdo al último informe de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), al tercer trimestre de 2019, el 43,9% de los hogares argentinos no contaba con acceso fijo a Internet. 
 Según el Registro Nacional de Barrios Populares hay 4416 asentamientos o villas en todo el país. De acuerdo este organismo, en un informe del 2017, el 65 por ciento de los habitantes de esos barrios, que suman más de cuatro millones de personas, carecen de conectividad, cifra que hoy es muy superior.
 Esta realidad impacta, particularmente, en CABA, la jurisdicción con el porcentaje más alto de conexión cada 100 hogares, que alcanza el 111,7%, es decir que en promedio hay más de una red por familia. Pero en los pagos de Larreta, al mismo tiempo, los barrios populares sufren un 80% de desconexión. Es por esta razón –y no por la defensa de la educación de niños y adolescentes- que Soledad Acuña justificó la suspensión de las clases virtuales en CABA la semana que pasó: «la presencialidad no puede ser reemplazada por la virtualidad», dijo la ministra de Larreta. 
 El intenso lobby por la apertura de las escuelas, además, responde a que éstas se conciben como depósitos de niñas y niños, que permiten a los padres cumplir con sus obligaciones laborales. Es decir, forma parte de un operativo de normalización capitalista.

 Millones desvinculados 

A escala nacional, en el nivel primario, el 20 por ciento de los chicos y chicas carecen de conectividad (un millón de alumnos/as), y en la secundaria el 16% (640 mil alumnos). Brindar Internet a los que no lo tienen, en caso de que pudieran pagarlo, de acuerdo al ritmo de crecimiento de las instalaciones, llevaría más de 12 años. 
 En el resto de la población laboriosa, más de la mitad (54.11%) de las conexiones son de una velocidad menor a 20 Mbps, lo que no asegura actividades sincrónicas. Tener Internet, entonces, tampoco es sinónimo de estar conectados en términos de un acceso a la educación virtual. Sólo con una computadora por chico y banda ancha (más de 20 Mbps.) se puede garantizar la continuidad escolar.

 Pobreza presencial 

Al ajuste brutal en conectividad y equipos, le corresponde otro equivalente en ausencia de escuelas seguras y adecuadas a la pandemia. En la provincia de Buenos Aires, sobre un presupuesto educativo aprobado en 2021 de 82.469 millones de pesos, sólo 6.561 irán a infraestructura educativa, que incluye desde bancos hasta escuelas, pasando por refacciones. 
En la provincia existen 15.815 establecimientos. El gasto sería de alrededor de 440 mil pesos por escuela. “El portal especializado Arquitectura Simple consigna, citando a expertos en la materia, que el valor de construir una vivienda promedio en la Argentina es de 63.000 pesos por metro cuadrado de construcción” (IP, 1/5). Un gasto equivalente a 7 metros cuadrados de vivienda. 
 En CABA, el presupuesto para infraestructura escolar fue reducido en un 70% para 2021. Pasó de 3068,7 millones a 1140,4 millones (Tiempo Argentino, 18/4). 
 En Santa Fe, “el gobierno provincial ejecutó en los primeros 9 meses del año pasado el 9% del presupuesto que tenía para invertir en infraestructura educativa. Según los números recién publicados por la administración santafesina, el gobierno provincial usó 620 millones de pesos cuando tenía un presupuesto asignado de $6.593 millones (Rosario 3, 3/2).

 Sobreexigencia laboral y avasallamiento de los estatutos 

Vila declaró también que para suplir la pérdida de contenidos preparan un plan de “recuperación” que incluye sostener “espacios de encuentro” presencial en las escuelas, para reforzar a los estudiantes que integran lo que denominó “promociones acompañadas”, y luego de que la pandemia decaiga, clases a contra-turno e incluso los días sábado. Una gota de agua de la política de Soledad Acuña. La burocracia sindical de Ctera es copartícipe de este ajuste histórico. 
 La defensa de la educación pública está en manos de los planes de lucha que impulsan los sindicatos combativos multicolores junto a los estudiantes y padres.

 Daniel Sierra

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