domingo, mayo 23, 2021

La improvisación frente a la pandemia es la regla


La semana estuvo dominada por el crecimiento de los contagios a cifras récord y, lo peor, por el fallecimiento de cientos de personas diariamente. Argentina volvió a ocupar así el podio de los países con más muertes diarias por millón de habitantes. La situación confirma el fracaso de las medidas que el gobierno venía tomando. La pelea por la «presencialidad» entre el kirchnerismo y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta pretendió ocultar que las condiciones para que los contagios se siguieran produciendo imperaban en todo el país. A esta situación se llega por varias razones. No se evitaron las vías de contagios (que todos reconocen tienen como principal factor la circulación). La vacunación se produce a cuentagotas. Y el sistema de salud no está preparado para atender las consecuencias de no cumplir con los dos requisitos previos. 

 Los anuncios 

Finalmente el jueves Alberto Fernández salió a anunciar una restricción a la circulación que es una suma de improvisaciones. Las restricciones anunciadas no están garantizadas, primero porque no hay recursos para que los trabajadores (sobre todo los informales) puedan quedarse en sus casas. Los anuncios de ayuda económica «son viejos y aun así gasta menos» como sostiene nuestro redactor Marcelo Mache en su artículo. Por otro lado la inflación está carcomiendo los ingresos familiares y en medio de ello el gobierno aflojó la presión: redujo el listado de precios máximos, y los precios cuidados suben más que la inflación. La restricción a la exportación de carnes terminó en un lock out de los frigoríficos dejando a los consumidores como rehenes. El empobrecimiento generalizado, con su especial incidencia sobre la juventud golpeada por la desocupación y la precarización, es el peor escenario para sostener una cuarentena que logre poner un freno a los contagios. 
 A su vez, las empresas que no lograron entrar en la larga lista de esenciales (donde la inmensa mayoría no lo es) no están dispuestas a cumplir con los 9 días de cierre de la actividad. Las patronales del neumático (la actividad no figura como esencial) están decididas a sostener la producción, esto no lo lograron porque la directiva clasista del Sutna lo impidió. Si esto sucede en el trabajo formal, sin que el gobierno intervenga, qué queda para el informal, el que está en negro o el precarizado. 
 Por otro lado, limitar las restricciones a 9 días (solo 3 días hábiles) no aparece como útil al objetivo declarado. Todas las evidencias científicas establecen un período no inferior a 15 días. ¿Entonces? Lo que sí queda claro, es que la orientación del gobierno es que la restricción se limite a los momentos no laborables de los trabajadores: feriados y fines de semana. O sea del «quedate en casa» al «andá a laburar», pero luego volvé y encerrate. 

 La estrategia oficial

 El gobierno apostó su estrategia a la vacunación masiva; pero en esto también fracasó. Primero porque fue avaro a la hora de encargar vacunas (si vienen todas no cubrirán a toda la población con dos dosis) cuando todos los país encargaron por valores muy superiores a su cantidad de habitantes. Luego fue tolerante con los incumplimientos de AstraZeneca a pesar de haberle pagado por adelantado el 60% del contrato. Para más, AstraZeneca fabrica su principio activo en la Argentina, en la planta de Hugo Sigma en Garín; el gobierno dejó que la producción migrara hacia EE.UU, sin abrir la boca. 
 El reclamo de vacunas tensiona al conjunto de los trabajadores que son obligados a trabajar sin estar inmunizados y que son quienes hoy encabezan los contagios y muertes como lo revela el descenso de la edad promedio de los afectados. Los choferes autoconvocados han llevado este reclamo a las calles con cortes y movilizaciones, también lo han hecho los docentes y los trabajadores de los comedores populares que sostienen las organizaciones sociales. 
 Sin restricciones a la circulación y sin vacunas, la consecuencia directa es el recargo del sistema de salud, para esto el gobierno tampoco se preparó. Lejos de ello, se redujeron los fondos para salud tanto para la ampliación de camas y respiradores como para la situación del personal de salud que es escaso, mal pago y hostigado. En los hospitales falta personal y sobre todo especialistas. Los reclamos llueven por doquier. La provincia de Neuquén es una de las que más avanzada está en el colapso. Mientras en los hospitales las directivas van a quién debe dársele el oxígeno o mandarlo a la UTI, el gobierno deja afuera de la estructura a cientos de precarizados. En La Matanza el intendente Fernando Espinoza persigue y sanciona a los trabajadores por reclamar que les paguen lo que les deben: 5 meses de un miserable salario de $ 51.000. El gobierno nacional, al igual que los provinciales, incluidos Larreta y Kicillof, no anunció recursos para el sistema de salud manteniendo los recortes a pesar de reconocer que es el peor momento de la pandemia. 
 Toda la improvisación que los gobiernos manifiestan en el manejo de la pandemia es el resultado de que están atados a un par de premisas inmodificables: no afectar los ritmos de producción y trabajo tal como requieren los capitalistas, por un lado, y por el otro retacear fondos y recursos para atender la pandemia, mientras cumplen rigurosamente con los especuladores y buitres, como exigen el FMI y los gobiernos a los cuales AF visitó en su gira europea para venirse con nuevos y más costosos compromisos. Y en esto no hay grieta.

 América Latina 

Las condiciones de la pandemia y de la crisis social emparentan a Argentina con Colombia casi como un calco. Colombia está siendo sacudida por huelgas y movilizaciones populares; como resultado de esta situación, es un espejo donde mirarse. Nuestro compañero Néstor Pitrola ha volcado en el editorial de esta semana estas conclusiones, sobre todo en una América Latina donde las sublevaciones populares están a la orden del día y dejan huellas, como lo reflejaron las recientes elecciones de Chile donde se derrumbaron los que vienen gobernando desde hace décadas: la Concertación y la derecha. 
 Todo esta situación es la base de la acción cotidiana de nuestro partido y las organizaciones que construimos para impulsar los reclamos y luchas de las masas víctimas de la crisis. Este 26, 27 y 29 se realizará el II Congreso del Plenario de Trabajadoras, una instancia que moviliza a miles de mujeres y disidencias, donde se procesará y se resolverá la intervención de este colectivo. Un aporte sin duda alguna a la lucha de todes les trabajadores. 

 Eduardo Salas

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