lunes, octubre 03, 2022

Milei en Tucumán: entre el negacionismo y la demagogia fascista


Acto de Milei con Bussi. 

Este domingo 2 se concretó finalmente el acto de Javier Milei en la provincia de Tucumán, con el patrocinio de Ricardo Bussi y Fuerza Republicana. El periplo del “libertario” comenzó el día anterior al acto con una recorrida por los medios de comunicación y una conferencia de prensa. Ante numerosos periodistas, Milei comenzó con sus ya remanidas definiciones con respecto a la dictadura militar. Ante una pregunta sobre los desaparecidos volvió con la teoría de los dos demonios acuñada por la derecha para justificar los asesinatos y las desapariciones. Le exigió a una periodista que le “mostrara la lista donde están los 30.000 desaparecidos”, todo esto sentado al lado de Ricardo Bussi, hijo del genocida condenado Antonio Domingo Bussi y defensor de la dictadura militar. 
 Milei fue empleado del genocida cuando este tuvo un breve paso por la Cámara de Diputados, antes de ser condenado por crímenes de lesa humanidad y por tener cuentas clandestinas en Suiza. La relación entre el economista y los asesinos y expropiadores de bebes viene de larga data.
 En la misma conferencia de prensa reivindicó nuevamente al gobierno de Menem como el mejor de la historia de la Argentina. Importa recordar acá que en la época del riojano se privatizaron decenas de empresas estatales y miles de trabajadores quedaron en la calle. La reivindicación a un gobierno privatizador no es casual, Milei responde a un sector patronal que ve con buenos ojos hacerse de lo que queda de la propiedad del Estado pagando migajas como ocurrió en los 90. 
 La conferencia terminó cuando Milei tuvo que hacer malabares para explicar que Bussi no es parte de la casta que el execra. “Ricardito” ocupa cargos en el Estado desde hace 34 años en forma ininterrumpida. Empezó como asesor del senador correntino Feris, luego lo fue del peronista santiagueño José Figueroa, continuó como empleado de su padre en el gobierno provincial y así hasta legislador y concejal en Tucumán. Sus vínculos con Alperovich, Manzur y Jaldo siempre le consiguieron fondos para poder armar sus campañas electorales, más casta no se consigue.
 El acto público se realizó en la Plaza Alberdi de la capital y contó con una buena concurrencia, aportada por los colectivos que puso Fuerza Republicana desde el interior (dicen que ofrecían $2.000 por la jornada) y por varios jóvenes que querían escuchar a Milei, pero que claramente no se identifican con Bussi. El hijo del genocida habló apenas un par de minutos durante la larga espera y cuando Milei le agradeció la organización del acto en su discurso surgieron silbidos de varios sectores de la audiencia. 
 El discurso del liberfascista comenzó hablando del ajuste en marcha, está claro para toda la población de que el ajuste existe, el tema en discusión es quién lo paga. Para Milei lo debería pagar la “política”. Esta generalidad está dirigida a ciertos sectores políticos, evidentemente no a Bussi o a Patricia Bullrich, con los que el economista tuvo acercamientos. Milei se cuida de no atacar a los empresarios o al FMI, y usa una entelequia sin distinción cuando al ajuste lo están pagando los trabajadores y desocupados con más inflación y tarifazos. 
 Milei utilizó más de 10 minutos de su discurso para hablar de Carlos Marx, su obra y de los socialistas en general. Con datos inexactos y algunas mentiras, el liberfascista habló de la vida privada del padre del socialismo científico, se metió con la Revolución Rusa que sacó a millones de personas de la guerra y la pobreza extrema y terminó comparando sus teorías con las de varios economistas de la escuela austriaca, bastante intrascendentes. La obsesión del empleado de Eurnekian con el marxismo requiere algunas sesiones con el psicólogo. Milei hizo alusión a los gobiernos de Venezuela, Estados Unidos, Brasil y varios más. Le tiró flores a Donald Trump y a Jair Bolsonaro. Le echó la culpa de la pobreza en el país al lenguaje inclusivo, habló de ideología de género y hasta se atrevió a reivindicar a Julio Argentino Roca cuando hablaba de los Mapuches. Las matanzas de nativos del sur del país pareciera que le causan gracia a este personaje y sus seguidores. 
 En varios pasajes de su discurso hizo alusión a la ley de oferta y demanda, a la desregulación total de los mercados y a la no intervención del Estado. Habló en varias oportunidades de conceptos técnicos de economía que solo pueden entender expertos en el tema, un discurso jactancioso que no explica absolutamente nada, posiblemente esa fuera su intención; posar de intelectual sin revelar que se quiere hacer con los problemas reales de la economía.
 Milei cerró su discurso reivindicando figuras como la de roca, Alberdi o Sarmiento. Reivindico la meritocracia diciendo que “si trabajamos duro seguramente nos va a ir bien”, como si los argentinos no trabajaran duro todos los días para luego recibir salarios miserables en medio de una inflación galopante. En toda su alocución, de más de 30 minutos, utilizó largo tiempo para hablar del socialismo y de Marx pero un minuto para decir que hay que hacer ahora en Argentina, mucho menos que hacer en Tucumán. Las ideas fueron todas generalidades y arengas para gente agotada de gobiernos que nos empobrecen. Los últimos 40 años de gobiernos que han destruido la Argentina le dan lugar a la creciente influencia de estos pequeños fascistas con pocas ideas y mucha demagogia, un movimiento popular con banderas socialistas servirá para borrarlos de la escena. 

 Martín Correa

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