martes, septiembre 12, 2023

La pelea ya empezó


Panorama político de la semana.

 En una escena que ilustra en buena medida la situación política del país, la semana comenzó con el homenaje de Victoria Villarruel a los represores de los ’70 y una contundente movilización en repudio. Es que así como avanza la derecha y pretende con un discurso negacionista preparar las condiciones para rehabilitar la utilización de los milicos en la represión, también es sintomático que la semana haya concluido con una importante reunión convocada por la Unidad Piquetera que aglutinó al sindicalismo combativo, organismos de derechos humanos y la izquierda para preparar una gran jornada nacional de lucha contra el ajuste y la derecha.
 El acto de Villarruel en la Legislatura porteña para homenajear a las “víctimas del terrorismo” tiene un sentido político muy preciso. La candidata a vice de Milei sería también la que controle los ministerios de Seguridad y Defensa en un eventual gobierno “libertario”. En su negación de que haya habido terrorismo de Estado, esta abogada defensora de genocidas postula que los juicios a los represores “no se atuvieron a derecho, revelando que ya tienen un argumento ‘jurídico’ para decretar indultos o amnistías. El objetivo estratégico es volver a darle a las Fuerzas Armadas un lugar protagónico en la represión interna y en la política en general, recuperando el lugar que han perdido luego de la dictadura y la derrota de Malvinas”, papel para el cual los militares “piden que se les asegure que no serán juzgados por sus acciones”. Así lo define Gabriel Solano en el editorial semanal de Prensa Obrera, cuya lectura recomendamos. 
 Ese es el rol que jugaría esta integrante de la “familia militar”, cuya trayectoria se limita exclusivamente a defender a genocidas, incluso condenados, como las visitas al mismo Jorge Rafael Videla. Milei y Villarruel buscan explotar el desprestigio del kirchnerismo, que hizo de los derechos humanos un slogan de gobierno y se dedicó a cooptar distintas personalidades. Así, presentan que el Estado impone una “memoria incompleta”, cuando en realidad hay menos criminales de lesa humanidad condenados que la cantidad centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que funcionaron durante la dictadura. La realidad es inversa, porque los juicios fueron arrancados en una larga lucha popular contra el Estado, que dictó las leyes de impunidad de Alfonsín y los indultos de Menem, que en los gobiernos de los Kirchner encubrió la causa por la desaparición de Julio López y con Macri buscó instaurar el beneficio del 2×1 para liberar a los genocidas. 
 Ante la población que canalizó su bronca al régimen político votando a los supuestos “libertarios” es necesario demostrarle que, con esta negación del exterminio planificado por el poder y los capitalistas contra la clase obrera, revindican un Estado totalitario y opresivo en su máxima expresión. El próximo aniversario de la Noche de los Lápices será una instancia fundamental para dar esta pelea en la juventud, impulsando movilizaciones estudiantiles en todo el país. Es que solo con la movilización popular podemos enfrentar esta ofensiva, la cual se apoya en el cuadro de atomización y desmoralización de los trabajadores. 
 Por este motivo es un error político garrafal que el kirchnerismo y el peronismo hayan boicoteado la movilización en repudio al acto de Villarruel. Pero es un error que constituye una definición política, y revela la incapacidad de combatir a la derecha de la mano del acuerdo devaluacionista y ajustador de Massa con el FMI, de la burocracia sindical que ya está tendiendo puentes con la reforma laboral de Milei, de los gobernadores que hambrean al pueblo mientras promueven el lobby de los capitalistas de sus provincias. Son estos sectores quienes integraron el relanzamiento de campaña de Unión por la Patria en Tucumán, celebrando nuevos beneficios a los exportadores mientras los precios de los alimentos se disparan. 
 Este panorama deja descolocado a Juntos por el Cambio. Bullrich viene de presentar a su equipo de gobierno y su plan económico por medio de Carlos Melconian, dejando en evidencia la incómoda posición de estar a mitad de camino entre sus dos contendientes. Su planteo de ir a un sistema bimonetario aparece como una dolarización a medias, y mientras se rodea de represores y personeros del Opus Dei como Joaquín De la Torre a la vez busca cubrirse con una “verde” como Silvia Lospennato. Corre el riesgo de no satisfacer a nadie. 
 Toda la situación revela que el cuadro de derechización política, que la burguesía aprovecha para instalar que es indiscutida la necesidad de un mayor ajuste del gasto público y barrer con los derechos laborales, convive a la vez con la preocupación de cómo pueden ser llevados adelante semejantes planes antiobreros. Esto, cuando la docencia protagoniza importantes paros y movilizaciones por el salario a pesar de la burocracia, se discute en el movimiento de mujeres la urgencia de volver a ganar las calles, se realizan masivas asambleas estudiantiles que expresan un estado de deliberación, se desarrolla el movimiento por la cultura, y la Unidad Piquetera prepara una gran jornada de manifestaciones para el jueves 14. La convocatoria para organizar estas acciones fue muy representativa en cuanto a sectores en lucha de todo el país, y definió como consigna “¡Abajo el ajuste del gobierno y el FMI! Paremos la ofensiva de Milei y la derecha”. Será una nueva instancia de esta pulseada estratégica.
 La campaña electoral del Frente de Izquierda debe partir de este llamado a la acción contra los ataques fondomonetaristas de Massa y la demagogia “libertaria” con recetas que fracasaron en el pasado y cuyos resultados fueron desastrosos para los trabajadores. Lo dejó en claro categóricamente Carla Deiana en el debate de candidatos a gobernador de Santa Fe, tras el cual despertó la adhesión de cientos de docentes y activistas de la provincia. Es que mientras la izquierda organiza en los barrios la lucha contra los narcos, los gobiernos son cómplices del crimen organizado y Milei propone un “amplio perdón fiscal” a los fugadores que funcionaría como un masivo lavado de dinero malhabido. Lo mismo puede decirse de la presentación de Vanina Biasi del programa para afrontar la crisis de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires, mientras todos los bloques políticos son tributarios de la especulación inmobiliaria. 
 A prepararse entonces para las grandes luchas que se vienen. Buen domingo. 

 Iván Hirsch

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