“La careta del superávit fiscal se ha caído miserablemente”, observó Ramal, “porque se ha puesto en evidencia que es una superchería de caja, que no toma en cuenta el pago de deuda. El déficit de financiamiento del Tesoro, en semejante magnitud, abre las puertas a la hiperinflación. Los bancos y fondos comunes han boicoteado la refinanciación de la deuda ante la perspectiva de un default oficial”.
“El gobierno no cuenta con la posibilidad de utilizar las reservas internacionales del Banco Central, porque ellas son igualmente negativas”, continuó el candidato. “Las deudas del Central superan al efectivo por 8.000 millones de dólares, sin contar que han sido contratadas a tasas igualmente usurarias”.
“La solvencia financiera que Milei y Caputo se han empeñado en mostrar de cara a las elecciones es apenas un disfraz. Quienes llegaron al gobierno esgrimiendo el peligro de una hiperinflación representan ahora ese mismo peligro: el que a hierro mata, a hierro muere”.
“Para detener este desangre caudaloso de los recursos públicos”, concluyó Ramal, “es necesario un programa socialista, que desconozca la deuda con bancos y fondos nacionales e internacionales; establezca un monopolio estatal del comercio exterior; desarrolle un plan de obras públicas financiadas por impuestos progresivos a las corporaciones y a las mayores fortunas; y tome todas otras medidas, como suspender despidos y repartir las horas disponibles de trabajo, sin afectar los salarios”.
Marcelo Ramal
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