domingo, mayo 18, 2008

A cuatro décadas de un hecho singular


Por Iraida Campos

Periódicos amarillos por el paso del tiempo hablan de un hecho, de una fecha y un sitio de la geografía cubana que desde hace varias décadas pertenecen a la historia.
En un abrupto paraje de la Sierra Maestra, en La Plata, el 4 de septiembre de 1958 se libró un singular combate donde fueron vencidas la injusticia y la discriminación con poderosas armas: las palabras y la razón. Las fotos de la época muestran rostros jóvenes, algunos que no habían perdido aún la candidez de la infancia.
Son los rostros de las Marianas, las mujeres que tuvieron el privilegio de ser las primeras cubanas en formar un pelotón de combate para luchar por la patria. a muchas mujeres tuvieron un destacado papel en la Sierra Maestra. Celia Sánchez Manduley, señalada en la foto, fue una de ellas.
Dicho así puede creerse que todo fue fácil, pero nada más alejado de la realidad. Aquellas compatriotas tuvieron que demostrar su temple heroico en medio de las duras condiciones de la vida en campaña.
Isabel y Lilia Rielo, Teté Puebla, Angelina Antolín, Rita García, Ada Bella Acosta, Normita Ferrer y Flor Pérez junto a Eva Palma, Orosia Soto, Juana Peña, Edemis Tamayo y Olga Guevara ya llevaban meses "alzadas" en la Sierra Maestra en septiembre de 1958.
Para ellas, y otras muchas, estaban destinadas útiles y necesarias tareas: atender los hospitales de campaña del Ejército Rebelde, lavar y coser ropa, impartir clases, preparar los alimentos...pero ellas querían hacer más, reclamaban su puesto en la primera línea, fusil en mano, como los hombres.
Por eso, cuando conocieron de la posible constitución de un pelotón de combate femenino se dispusieron a romper mitos que hablaban de debilidad física y del subconsciente, que supuestamente hacían a la mujer proclive a cuidar de los hombres y no a disparar sobre ellos.


Una ardua batalla

Cuando Fidel dio a conocer su decisión de crear un pelotón de mujeres combatientes en septiembre de 1958, halló algunos oponentes a su idea. Por ello convocó a una reunión en el hospital de La Plata (comandancia rebelde en la Sierra Maestra), donde defendió con vehementes palabras el audaz proyecto.
Desde las 6:00 PM hasta la 1:00 AM del siguiente día se prolongó aquella singular batalla en la que el líder de la Revolución realizó un recuento de las luchas de la mujer cubana y explicó cuál sería el papel de las féminas tras el triunfo revolucionario.
Ese día, hace 40 años, el camino de la igualdad de géneros comenzó a despejarse en Cuba.
Siete horas explicando, tratando de hacer comprender que las mujeres, que al final integraron el pelotón de combate Mariana Grajales, se habían ganado ese derecho. ¿Por qué el nombre de Mariana Grajales?, porque era un tributo y a la vez una reafirmación del espíritu de una gran mujer, la madre de Antonio Maceo, que en la guerra de independencia, en el siglo XIX, había ido a la manigua junto a sus hijos para pelear contra las fuerzas coloniales españolas.
Al terminar la reunión, el comandante rebelde y los demás participantes subieron hasta donde estaba ubicada Radio Rebelde, la emisora del ejército revolucionario, para dejar constituido oficialmente el pequeño destacamento.
Mientras ascendían, Fidel dijo: "Muchachitas, han visto cómo he tenido que discutir para que ustedes puedan combatir. No pueden hacerme quedar mal". Y ciertamente no lo hicieron quedar mal. Las Marianas demostraron sus dotes y su valentía en acciones como la de la presa de Holguín, Cerro Pelado, Los Güiros, Velasco, La Cedena, Gibara, Las Uñas, Puerto Padre, Guisa y Maffo...

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