lunes, diciembre 08, 2014

Imperialismo hacia fuera y hacia adentro



Análisis de las editoriales de algunos de los principales diarios del mundo. El New York Times sobre EEUU en Afganistan.The Guardian/The Observer de Londres sobre la quiebra del sistema judicial norteamericano. Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre la llegada de Die Linke al gobierno en Turingia.

Reincidiendo en Afganistán. El editorial del New York Times de hoy escribe que Obama de alguna manera está replanteándose su estrategia en Medio Oriente, dando un nuevo golpe de timón a lo que había decidido poco tiempo atrás.
“Nadie parecía más decidido a sacar a los Estados Unidos de Afganistán que el presidente Obama. ‘Es tiempo para dar vuelta la página’, dijo en mayo cuando anunció planes para reducir las fuerzas estadounidenses a 9.800 soldados para finales de diciembre, hasta llegar a una retirada total a finales de 2016. Ese objetivo parecía encaminarse… hasta hoy. El giro reciente del Sr. Obama y otros acontecimientos parecen estar llevando a EE.UU de nuevo hacia la guerra de Afganistán, un gran error.”
Obama autorizó un plan militar en Afganistán para 2015 de más alcance que el que se había estipulado originalmente. Esto incluye la entrada en combate nuevamente de tropas norteamericanas contra los talibanes. Sus órdenes también permiten la utilización de drones y cazas norteamericanos como apoyo de misiones de las tropas afganas. Antes de este giro, Obama había dicho que las tropas que había autorizado solamente se emplearían en operaciones de contraterrorismo contra grupos radicales islámicos.
Los nuevos planes de Obama llevarán al número de tropas desplegadas en Afganistán, incluyendo a contingentes adicionales de los países miembros de la OTAN, a un número entre 12 mil y 14 mil. Sin embargo, las tensiones en los países europeos sobre su involucramiento en misiones norteamericanas podría hacer que tal vez no lleguen esos refuerzos y EE.UU tenga que mantener permanentemente sus tropas allí e incluso desplegar más.
“[Obama] debe resistir el consejo de los comandantes militares, que presionan nuevamente para tener una mayor participación. No fueron capaces de derrotar a los talibanes cuando había más de 100.000 soldados norteamericanos en el país; no hay ninguna razón para pensar que una fuerza estadounidense tan limitada vaya a tener más efectividad ahora.”
El NY Times plantea que las razones por las cuales Obama podría haber dado este giro ante la crisis estatal brutal de Medio Oriente, donde surgió el Estado Islámico en Irak a partir de la crisis del ejército iraquí, donde gran parte de este se pasó a las filas del ISIS. El NY Times plantea que la única solución viable es el entrenamiento de las fuerzas represivas locales por parte de los norteamericanos, para que las primeras se hagan cargo de lidiar con los talibanes y el islamismo radical. El problema de EE.UU sigue siendo su sobre-extensión como fuerza represiva y ejército de ocupación mundial, mientras que le siguen apareciendo nuevos focos de conflicto que debe atender. Al mismo tiempo, desconfía de la capacidad de los ejércitos locales para lidiar con estas amenazas, habida cuenta de que el llamado “terrorismo islámico” no solo provino de fuerzas inicialmente financiadas por EE.UU contra sus antiguos rivales, sino que además se alimenta de la descomposición estatal de Medio Oriente.
El editorial de The Guardian/The Observer de Londres de hoy se dedica a “la quiebra del sistema de justicia norteamericano”. Se refiere a la actuación de la justicia, demostrando una evidente orientación racista, y toma como casos ejemplares los de las reacciones tras la absolución de Darren Wilson por el fusilamiento de Michael Brown en Ferguson, el mes pasado el fusilamiento de un niño negro de 12 años, Tamir Rice, en Cleveland, y en estos días el caso de Eric Garner, quien murió en Nueva York tras ser asfixiado por policías.
“No fueron las circunstancias que rodearon la muerte de Garner las que provocaron las manifestaciones callejeras en Nueva York y en otros lugares, sino la decisión incomprensible del jurado de no presentar cargos contra el agente de policía, Daniel Pantaleo, cuyo estrangulamiento, grabado en video, fue lo que lo mató. Una decisión similar en Ferguson de no procesar a Darren Wilson, que le disparó a Brown, también provocó llamados a reformar la justicia. Incluso en un país fuertemente armado y con una enfoque extrañamente permisivo hacia la violencia armada, esta confluencia de tres injusticias letales y de mucha repercusión tuvieron un impacto sorprendente. El sistema de justicia de Estados Unidos hizo famoso en el mundo la frase "tres strikes y estás fuera". Sobre esta base, deberían rodar varias cabezas. ¿No debería haber alguien que pague por todo esto? Al parecer no. La respuesta oficial a los asesinatos, tanto de Barack Obama como del fiscal general, Eric Holder, ha sido dilatoria, desapasionada y decepcionante. El presidente se muestra abatido en estos días posteriores a las elecciones de medio término.”
La respuesta del Guardian es que Obama debería hacer suyo el programa de reformas de la justicia levantado por los manifestantes de Ferguson. El punto central del manifiesto es el llamado a Obama a iniciar “un plan de acción nacional por la justicia racial”. Sin embargo, habría que decir, el problema de la reforma de la justicia y de las fuerzas represivas norteamericanas está en que, lejos de tratarse solamente de un problema de discriminación racial, el sistema la combina además con una justicia abiertamente clasista. Es la manifestación fronteras adentro de cómo actúa al Estado norteamericano como gendarme imperialista en el exterior, la contraparte necesaria del amurallamiento y la militarización de la frontera con México y de la existencia de campos de concentración como la base cubana de Guantánamo.
En el Frankfurter Allgemeine Zeitung la noticia más destacada se refiere a las repercusiones de la muy discutida llegada al poder del primer gobernador de un estado alemán perteneciente al partido Die Linke, Bodo Ramelow (el título propiamente es el de “ministro-presidente”, elegido por las legislaturas locales, a la manera del primer ministro a nivel nacional). Ramelow es desde el viernes gobernador del estado de Turingia, que hasta 1989 formó parte de la antigua Alemania Oriental. El gran escándalo fue armado por medios y sectores movilizados de la derecha, ya que el partido Die Linke es el sucesor aggiornado del antiguo Partido Socialista Unificado (SED), estalinista, que gobernó con una brutal dictadura burocrática que llegó a tener uno de los servicios de espionaje contra sus ciudadanos más numerosos del mundo, la Stasi, un equivalente de la KGB soviética. Esto llevó a la derecha a montar una campaña sobre la “vuelta al comunismo”, en un país como Alemania Federal (legalmente la antigua Alemana Oriental se disolvió para integrarse a la entidad estatal de la antigua Alemania Occidental), que luego de la Segunda Guerra Mundial se refundó en base a un mito de ser una democracia cuyo objetivo era superar a los “dos totalitarismos” locales, es decir, al nazismo y al régimen estalinista de la RDA, considerado como la expresión del “comunismo.”
Concretamente, el redactor del Frankfurter Allgemeine Zeitung habla de la desmentida, por parte de la democracia cristiana (CDU, el partido de la primer ministro Angela Merkel) local de haber formado una alianza con el partido populista de derecha AfD (Alternativa por Alemania) para intentar frenar la llegada al poder de Ramelow y Die Linke al gobierno de Turingia. La AfD es un partido que ha surgido en el último año al calor del fortalecimiento de las corrientes xenófobas y anti-europeas en el continente, como en Francia con el Front National de Marine Le Pen y en Gran Bretaña con el UKIP de Nigel Farage, entre otros. La AfD intenta ser la expresión electoral “moderna” que agrupe a las varias corrientes ultraderechistas que se expresan desde las distintas corrientes racistas y cercanas a los neonazis hasta el movimiento de hooligans o “barrabravas” que se manifiestan contra los inmigrantes, particularmente los provenientes de los países islámicos. Die Linke ya ha co-gobernado en distintos estados junto con la socialdemocracia aplicando recetas neoliberales, por lo cual no representa ningún peligro para el capitalismo alemán (el principal lema de campaña de Ramelow fue “No hay que cambiar todo el sistema, solamente debemos hacer las cosas mejor”). A Ramelow, que durante la existencia de las dos Alemanias por separado fue un ciudadano del sector occidental, los servicios de inteligencia lo consideran un antiguo agente de la RDA. Sin embargo, el escándalo sobre el caso Ramelow es un anticipo de las reacciones del Estado alemán ante un posible giro a izquierda dentro del electorado alemán, junto con una polarización incipiente hacia la derecha como podría encarnar un crecimiento electoral de corrientes como la AfD.

Guillermo Iturbide

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