miércoles, junio 23, 2021

Perú: la derecha amenaza con “guerra civil”


Movilizar a los trabajadores contra el fraude exige levantar sus reivindicaciones. 

 El establishment reconoce a “regañadientes” el triunfo electoral de Pedro Castillo, pero el fujimorismo, a la cabeza de la derecha política, agita por la “nulidad de las elecciones del ballotage”.
 A pesar que el empresario minero Roque Benavides, la Confiep (central empresaria) y la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) hablen de “irregularidades”, pero dicen que al final se debe reconocer al ganador de las elecciones, el fujimorismo y su aliado neofascista, Rafael López Aliaga, (que agitó por la “muerte al comunismo, Vladimir Cerrón -exgobernador de Junín- y Castillo”), siguen aportando falsas e inconsistentes “pruebas” de que Perú Libre hizo fraude, pidiendo por tanto revisar y anular la elección.
 La estrategia del golpismo fujimorista implicaría también “ganar más tiempo”, planteando un habeas data “para obtener el padrón electoral”, así como la nulidad del ballotage, y por otro, elegir al nuevo y antiobrero Tribunal Constitucional (TC), para consumar el objetivo de declarar ilegal e ilegítimo a Castillo.

 “Los dinámicos del centro” y el vacío dejado por Perú Libre

 Es en este contexto de arremetida del golpismo fujimorista que la justicia realizó un “operativo anticorrupción” días atrás deteniendo a 23 funcionarios de la gerencia de transportes del Gobierno Regional de Junín (GRJ), que está bajo el poder de Perú Libre (PL). Entre estos habría algunos militantes de PL, como dos cuadros importantes, que eran parte del círculo de Castillo: Arturo Cárdenas (secretario nacional de organización) y Eduardo Bendezú (secretario de prensa), quienes se encuentran prófugos. El que le llevaba la agenda al líder de la centroizquierda ya no acompañaría al profesor Castillo.
 Hay una nueva correlación de fuerzas al interior del círculo de confianza de Castillo, donde los “caviares”, estalinistas (que dirigen la CGTP, central obrera) y los maestros, así como los “ronderos” [las rondas campesinas son patrullas de seguridad] y familiares cercanos al ex rondero chotano [Castillo], estarían desplazando al PL de Vladimir Cerrón.
 La derecha apunta a vincular a Cerrón con la corrupción en el GRJ, lo que podría producir su encarcelamiento y/o vincular la corrupción de la bolsa de campaña con el propio Castillo. 
 Es en este contexto que las fuerzas castillistas decidieron convocar a una marcha contra “el golpe de Estado y por la democracia”.

 Reuniones preparativas de la “Marcha contra el golpe de Estado” 

El miércoles 15, hubo una reunión de organizaciones sociales convocada por el Frente Político Magisterial. La misma estuvo moderada por la maestra Mery Coayla, representante del magisterio tacneña y brazo derecho de Castillo. Estuvieron representantes sindicales de la CGTP, Aidesep (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana), FENMUCARINAP (Federación Nacional de Mujeres Campesinas), Sintrahogar (sindicato del personal doméstico), Sitobur (sindicato de la limpieza pública) y Sitomun (sindicato de trabajadores de la Municipalidad Metropolitana de Lima), además de algunos colectivos como Integración Estudiantil, Juventud Progresista, etc. El único tema fue cómo enfrentar la arremetida de la derecha fujimorista que quiere desconocer la victoria popular de Castillo, certificada por la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales), al 100% del conteo de votos. La profesora Coayla fue explícita en que ella era de Tacna y no conocía a los movimientos sociales de Lima y pedía apoyo para poder identificar a las organizaciones respectivas. 
 Algunas intervenciones fueron muy emotivas y expresaban el hartazgo con el modelo económico. Aunque también, con el cansancio de estar casi dos semanas en Lima y en las vigilias frente a la Junta Electoral, sin obtener la proclamación de Castillo como presidente. 
 Roberto Rodríguez, secretario de organización de Nuevo Perú, señaló que había un golpe en marcha y que por lo tanto lo que había que hacer es convocar a una marcha pacífica, con pasacalle [estilo musical interpretado por músicos ambulantes] y celebración de la victoria del profesor para evitar caer en las “provocaciones de la derecha golpista”.
 Gerónimo López, secretario general de la CGTP, planteó la “necesidad de crear una estructura nacional y de levantar la consigna de la asamblea constituyente”, sin proponer, ni disponer, ninguna medida operativa de movilización, que organice desde las bases para que la misma sea una marcha contundente (la última marcha convocada por la CGTP no pasó de los 2.000 trabajadores).
 Al final, se convocó a una conferencia de prensa para el día siguiente en el mismo local del sindicato de telefónicos. En esta estuvieron presentes algunos ex congresistas del Frente Amplio y otros actuales, así como la propia Verónika Mendoza (que según algunas versiones sería nominada como primera ministra del próximo gabinete de Castillo) y algunos representantes de las rondas campesinas. Pero brillaban por su ausencia varias organizaciones de ollas comunes, comedores populares y los sindicatos obreros combativos. 

 La medición de fuerzas del sábado 19 de junio 

Según el especialista, Hernán Chaparro, el 90% de la población pide un “cambio del modelo económico neoliberal” (un tercio, un cambio radical, y el restante un cambio moderado). Pero Castillo y PL “desconocen” esta tendencia popular. Su política es la de “apaciguar” a la derecha y a los factores de poder (Fuerzas Armadas, empresarios). 
 El día de la marcha, la Plaza San Martín estuvo casi llena pronosticando unos 40,000 participantes, destacándose delegaciones de ronderos y maestros de las provincias, así como colectivos juveniles y algunos secundarios combativos. De igual forma, se realizaron marchas en todo el país. En Tacna, se movilizó estrictamente gente de PL convocando aproximadamente unos 1,500 militantes. Algo similar en otras provincias. En el caso de Keiko Fujimori, como se aprecia en la foto, también tuvo una convocatoria de varios miles, difícil de cuantificar.
 Fue una medición de fuerzas, un “empate catastrófico”, que reproduce el “empate técnico” en votos. Las fuerzas castillistas se autolimitan, no quieren o no superan las vacilaciones y no querrían tomar medidas más radicales de movilización. La debilidad invita a la agresión, dice el dicho. 
 Todas las actas de “garantías” firmadas por Castillo con las Iglesias y la Proclama Ciudadana no han calmado los ánimos de la derecha golpista.De desconocer los resultados electorales, pavimentan el camino para producir un presidente “sin legitimidad”, y al menor atisbo de plantear éste una reforma -convocatoria a una nueva constitución, tocar a las AFP, etc.- pedir su vacancia con la mayoría congresal de un frente derechista en el parlamento. 
 En los mítines de la derecha fujimorista se agita “por guerra civil” y el desconocimiento de los cómputos y las “instituciones” electorales. 

 El paro indefinido de los obreros rurales de diciembre del 2020 marca el camino 

En provincias, los trabajadores hablan de “guerra civil” para imponer la victoria de Castillo contra la derecha golpista. No obstante, Castillo no apareció en el mitin del sábado y envió a Verónika Mendoza, quien llamó a luchar contra los golpistas y el respeto al voto de todos “los ricos y pobres”. Castillo, en un pragmatismo espectacular, está más preocupado por buscar aliados como Daniel Salaverry (ex aprista y fujimorista) y César Acuña (empresario y político), entre otros, para “buscar gobernabilidad”. 
 Por estas razones convocaron a la marcha “con pasacalle”, “de celebración”, “sin caer en provocaciones”, etc. La marcha del sábado fue importante por la participación de varios colectivos y la base social magisterial/rondera del profesor Castillo, pero es limitada e insuficiente para cambiar la correlación de fuerzas.
 Para sumar masivamente al pueblo trabajador hay que convocarlo a movilizarse en defensa de los resultados electorales que le otorgaron el triunfo a Castillo. Pero hay que hacerlo llenando de contenido social ese reclamo: aumento salarial de emergencia; derogación de la llamada “suspensión perfecta” que habilita a las patronales a despedir masivamente; negociación colectiva por rama; reincorporación de los despedidos; vivienda popular (financiadas por las sobreganancias de poder inmobiliarias); anulación de las AFP: sistema previsional único estatal bajo control de los trabajadores y financiado por las patronales; convocatoria general a paritarias libres; subsidios a los desocupados; triplicación del presupuesto de salud bajo gestión directa del personal sanitario; impuesto a las grandes fortunas; pago de más de 9,000 millones en impuestos de las grandes empresas; que la banca privada pase al poder público; no al pago de la ilegítima deuda externa, etc.
 Urge un congreso coordinador de delegados de sindicatos, barrios, movimientos sociales, comunidades. Para los que militamos en la agrupación Vilcapaza, a la derecha golpista no la vamos a derrotar con “flores ni pasacalles” (es como “si quisiéramos darle de comer lechuga a un tigre”), sino con la organización desde la base obrera y popular y con medidas contundentes: con un plan de lucha y el paro nacional. 
 El paro indefinido obrero rural de diciembre de 2020, que al cabo de cinco días de huelga impuso una victoria histórica al derogar la ley de explotación agroindustrial, es un ejemplo del camino que debería seguir la lucha contra el golpismo fujimorista. Hay que tomar nota que la huelga obrera rural, en una semana, puso de rodillas a los poderosos grupos agroindustriales. 
 Llamamos al activismo militante a defender este planteamiento en las calles y asambleas. ¡No al golpe de Estado!, ¡Plan de lucha y paro nacional!

 César Zelada
 Agrupación Vilcapaza

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