domingo, noviembre 13, 2022

La COP 27, el escenario de un nuevo fracaso


Otra cumbre de gobiernos incapaces de reducir la emisiones de gases de efecto invernadero. 

 La conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, la COP 27, comenzó el domingo en Egipto con la presencia de 30.000 delegados de unos 200 países, reunidos en la ciudad de Sharm el-Sheikh. Como muestra de que estas instancias despiertan cada vez menos expectativas en lograr los objetivos que declara, esta vez no participa la joven Greta Thunberg denunciando que “el evento es una oportunidad para que las personas de poder usen el greenwashing, mientan y hagan trampa, en un país que viola los derechos humanos y reprime a los ambientalistas, que no podrán realizar la contracumbre”. 
 Un informe de Naciones Unidas publicado días atrás alertó que la mayoría de países no están cumpliendo sus compromisos para reducir la producción de carbono ni las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales aumentarán un 10,6% para 2030 en comparación con los niveles del 2010. A pesar de que los científicos han dicho que las emisiones se deberían reducir un 43% para 2030 con el fin de limitar el calentamiento global a 1,5º C, si se quiere evitar que la “situación se salga de control”. En una agenda internacional dominada por los conflictos, varios de las principales economías y más contaminantes del mundo, como Rusia, la India o China, no estarán presentes en la cumbre con representantes de alto rango (Reuters); mientras que entre los presentes y más convencidos asistentes se encuentran los integrantes de la Otan y su ofensiva guerrerista. 
 Según la agencia climática de la ONU, tan sólo 24 de los 200 países que asistieron a la COP26 de Glasgow han presentado sus planes de reducción de emisiones actualizados. Chile, México y Turquía han anunciado que publicarán sus nuevos planes durante la conferencia en Egipto y aún no se sabe si las principales economías en desarrollo como China e India presentarán sus planes. Se suman este año las consecuencias nefastas de la guerra en Ucrania en cuanto a la generación de gases en la escena de operaciones bélicas y la consecuencia de la conversión en la producción y transporte del combustible y los alimentos.
 La Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) nació en 1992, en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. En esa importante cumbre sobre desarrollo sostenible, se identificaron tres procesos biofísicos en alto riesgo: la desertificación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Transcurridas tres décadas, la realidad es que, con los compromisos actuales de todos los países, el escenario más probable es una subida de la temperatura por encima de los 3.2ºC a final.
 A su vez el Acuerdo de París de 2015 que se puso en marcha 2020, tuvo como propósito la elaboración de un reglamento que está prácticamente terminado, excepto el Artículo 6°, que abordaría uno de los problemas más delicados: cómo medir las emisiones (de modo que todos los países midan de la misma manera) y cómo garantizar un comercio de emisiones entre países que sea transparente. A su vez han creado este año la expectativa de conseguir fondos para aportar a la transición energética y a las medidas de mitigación, veremos cómo continua la farsa.

 Y por casa cómo andamos

 El martes 1 de noviembre el presidente argentino Alberto Fernández junto a su ministro de Ambiente Juan Cabandié presentó en el Museo del Bicentenario el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (PNAyMCC) hacia 2030, que en los papeles propone metas y líneas estratégicas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ayudar a que territorios, ecosistemas, sectores y comunidades vulnerables se adapten a los impactos de la crisis climática. Pero en los hechos la política ha sido la contraria, es decir, aumento de la deforestación, invasión del agronegocio, la ganadería, la minería, aumento de la actividad petrolera y las inversiones inmobiliarias sobre los humedales, es decir promoción de todas estas actividades primarias como forma de conseguir dólares para concentrar la riqueza de los grandes capitalistas y pagar le deuda externa. Como si esto fuera poco, represión para las comunidades que intentan proteger sus territorios. 
 Para presentar este Plan de Mitigación una gran comitiva de políticos, funcionarios y ambientalistas cooptados por el gobierno viajaron y permanecerán dos semanas en un resort de lujo con lagos artificiales, patrocinado por la Coca Cola. No se menciona esta vez la propuesta llevada el año pasado a la COP27 de Glasgow, Escocia, donde Fernández proponía el canje de deuda por reducción de emisiones. 
 Corresponde de describir el escenario local ante una aumento de 2,5 a 3 °C y para ello citamos a la investigadora especialista Inés Camilioni que respondiendo a un reportaje de Pagina 12 dijo: “Muchos de los cambios que ocurrirían son irreversibles en un horizonte temporal de cientos a miles de años. Para la Argentina, una proyección de calentamiento de 3 grados implica que la retracción de glaciares que ya estamos viendo se va a acelerar en forma muy significativa. En las regiones donde las lluvias estuvieron aumentando, en el centro del país, la tendencia se va a acrecentar. En cambio, en la región de Cuyo y la Patagonia va a continuar la retracción en las precipitaciones, lo cual acompañado por el aumento generalizado de temperatura determina condiciones más favorables para que ocurran incendios. 
 El nivel del mar en algunas regiones también puede ser una amenaza, con consecuencias sobre la costa del Área Metropolitana de Buenos Aires, ya que el nivel del mar es uno de los determinantes del nivel del Río de la Plata. Esto puede no implicar inundaciones permanentes pero sí más frecuentes junto a olas de calor más severas. Sin dudas es un clima más peligroso del que tenemos ahora”. Y agrega una serie de medidas para contener la emisión de gases de efecto invernadero: el pasaje de la generación de energía de combustibles fósiles a renovables, nuevos métodos de producción agropecuaria favorables a la captación de carbono del suelo, conservar ecosistemas como bosques y selvas, reforestación, mejorar la eficiencia energética, apoyar a circularidad de la economía a través de la reutilización y desincentivar el descarte de productos finales en favor de la reparación.

 Cómo seguimos 

Ya son muchos los ambientalistas que han dejado de concurrir a estas conferencias y los activistas preferimos manifestarnos en los territorios y en los ámbitos de decisión, como forma de presionar y organizarnos. Ya sabemos que la lucha por la defensa del ambiente no puede ser separada de la lucha contra el capitalismo, y esta exige mantenerse en el campo de la independencia de los trabajadores de la burguesía y los gobiernos que la representan. 

 Alicia Rodríguez

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