La suba de alimentos lideró la inflación de marzo.
Como era previsto, la inflación de marzo saltó al 3,7%, empujada por el rubro alimentos que se ubicó en el 5,9%. La corrida cambiaria produjo efectos inflacionarios, los cuales se agravarán con una eventual devaluación a pedido del FMI. Mientras tanto, persisten los topes salariales del 1% promovidos por el gobierno, consagrando un duro golpe al bolsillo popular.
El informe del Indec también arrojó una inflación del 8,6% acumulada en el primer trimestre del año y del 55,9% en comparación interanual. El ensanchamiento de la brecha cambiaria durante marzo está detrás del crecimiento inflacionario, sobre todo en el caso de los alimentos cuyos precios son muy sensibles a las variaciones del dólar. El panorama a futuro es desalentador, teniendo en cuenta que se avizora un salto en el tipo de cambio, lo cual forma parte de las exigencias del FMI para otorgar el nuevo préstamo.
El encarecimiento de la comida afecta con más fuerza a los sectores de menor poder adquisitivo, los cuales destinan la mayor parte de los ingresos en la compra de alimentos. Así las cosas, los trabajadores debemos enfrentar este nuevo ascenso de la inflación con salarios que no se recuperaron del shock devaluatorio de diciembre 2023 y siguen evolucionando por detrás de los precios, debido a la pauta del 1% dictada por el gobierno en favor de las patronales y acatada por la burocracia sindical.
Lo anterior también revela la estafa del gobierno, que presentó al ajuste como el remedio para la inflación, no obstante, el pueblo padeció los efectos de la motosierra sin evitar con ello que los precios vuelvan a subir. Lo cierto es que no habrá estabilidad inflacionaria sostenible en el tiempo mientras persista la fuga constante de divisas al amparo del poder político, agudizando la crisis de reservas y sus consecuentes tensiones cambiarias.
No podemos omitir que, en términos interanuales, la inflación en el rubro Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles aumentó muy por encima del índice general (149%), como resultado de los tarifazos y la suba en el precio de los alquileres, los cuales se dispararán todavía más en caso de devaluación. Según un análisis de Mate, si la fórmula de cálculo del IPC ponderara correctamente el peso de los servicios en la canasta de consumos de los hogares estaríamos frente a un índice de inflación interanual 20 superior al que publica el Indec.
En este cuadro, es necesario romper el cepo salarial del gobierno con una intervención decida de los trabajadores. Las jornadas del 9 y el 10 de abril deben ser el preámbulo de un plan de lucha a fondo, impulsado desde las bases, para recuperar el poder de compra perdido y conquistar aumentos acordes al costo de vida.
Sofía Hart
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