lunes, abril 28, 2025

Tuberculosis, una enfermedad en aumento


Hace unos días se difundió la noticia de que una persona en situación de calle falleció a causa de un cuadro de Tuberculosis en la zona de Costanera Sur (Capital Federal). A su vez, uno de los Centros de Inclusión Social que depende del Gobierno de la Ciudad, el parador Costanera, tuvo que cerrar preventivamente unos días a raíz de la detección de un caso de dicha enfermedad. Estos hechos son el reflejo de una enfermedad que se encuentra en aumento y que tiene una estrecha vinculación con las condiciones de vida de la población. 

 En Argentina 

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa, prevenible y curable, causada por una microbacteria conocida como Bacilo de Koch. Su contagio se produce por la inhalación del bacilo que una persona enferma transmite a través del aire cuando habla, escupe, tose o estornuda. Para que se produzca el contagio el contacto entre personas debe ser frecuente. 
 En los primeros tres meses de este año se confirmaron 3488 casos. La tendencia al aumento de la enfermedad se mantiene constante desde la pandemia de Covid, cuando el promedio era de 2530. A su vez, el Ministerio de Salud de la Nación( https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2024/04/boletin_n_8_tuberculosis_y_lepra_en_la_argentina.pdf ), dio a conocer 16.647 casos de tuberculosis (más del 90% nuevos diagnósticos o recaídas) en 2024. En el Gran Buenos Aires, nueve municipios concentran el 30,6% de los casos. Junto con Jujuy, Salta, Formosa y Chaco, fueron las jurisdicciones que más casos notificaron al tener en cuenta la cantidad de población (por encima del promedio nacional de 33 casos por cada 100.000 habitantes). Es decir que estamos ante una situación alarmante. “A pesar de la importancia de la evaluación del tratamiento, en la Argentina, uno de cada cuatro pacientes no cuenta con información sobre su resultado terapéutico. En la provincia de Buenos Aires, esta proporción aumenta a uno de cada tres y en la región sanitaria [de nueve municipios del conurbano], uno de cada dos pacientes no tenía registrado su resultado final del tratamiento”, concluye el boletín difundido el mes pasado por el Ministerio de salud de la Nación a propósito del Día Mundial de la Tuberculosis. Pero lejos de reforzar el sistema de salud para hacerle frente a esta situación, el Ministro de Salud Mario “prepagas” Lugones, impulsa un feroz ajuste a través del cual se desmantelaron áreas estratégicas claves como la dirección de Vacunas y la de ITS, VIH, HEPATITIS Y TUBERCULOSIS, entre otras. 

 Una tendencia mundial 

La Organización Mundial de la salud (WHO por sus siglas en inglés, 14/03/2025), por su parte, alertó que la tuberculosis probablemente ha vuelto a ser la principal causa de muertes por patógenos infecciosos a nivel global, superando incluso a la Covid-19 en los últimos años. Este organismo relevó que, en 2023, 1,25 millones de personas murieron de tuberculosis en todo el mundo, incluidas 161.000 personas infectadas por el VIH. Es decir, estamos ante una tendencia a nivel mundial. 

 Las condiciones de vida, un agravante 

Profesionales refieren que las personas con VIH tienen 16 veces más probabilidades de contraer tuberculosis e identifican que el mayor riesgo hoy se encuentra en las personas institucionalizadas, que viven en barrios con hacinamiento, que trabajan en talleres clandestinos y, también, la desnutrición. La constancia en el tratamiento es muy importante, ya que se necesita la constancia de seis meses de tratamiento (La Nacion, 16/04/2025). Un problema creciente asociado a la discontinuidad del tratamiento es la resistencia a una o más de las drogas utilizadas, lo que empeora los cuadros. Pero ocurre que pese a que la tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable, en un país donde la pobreza oscila por encima del 38% (datos oficiales del INDEC), la mayor parte de la población asalariada no llega a cubrir la canasta familiar (valorizada por encima de 1.500.000) y se ve un aumento de personas viviendo en la calle producto de los precios exorbitantes de los alquileres, habitaciones de hoteles y pensiones, resulta casi imposible sostener una vida saludable y mantener constancia en la realización de controles y tratamiento, aumentándose las barreras de accesibilidad. A esto hay que sumar el desguace que atraviesa el sistema de salud pública (Nota Asiner). 

 Opongamos una salida 

 Como venimos desarrollando en estas páginas, la destrucción del derecho a la salud, parte estratégica del ‘ajuste’ del capital para hacer frente a la crisis potencial más grande de la historia, es el principal responsable del aumento y la propagación de enfermedades; del ‘estado de bienestar’, la humanidad ha pasado al estado de la miseria social. En este sentido, la nacionalización del sistema de salud (atención médica y monopolios farmacéuticos), en el marco de una planificación de conjunto por parte de un gobierno de trabajadores, debe ir acompañada por un aumento sustancial de salarios y jubilaciones, y de una modificación radical de los sistemas de trabajo, y una reducción de la jornada laboral, acompañada de una política de vivienda e infraestructura urbana, en beneficio del conjunto de la población trbajadora. 

 Daniela Magoc 
 28/04/2025

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