A la flota naval que Trump envió al Caribe -alrededor de 4.500 efectivos estadounidenses, siete buques de guerra y un submarino de ataque de propulsión nuclear-, ahora se suman aviones F-35 que quedarán apostados en base militares que mantiene en Puerto Rico.
Pete Hegseth -actual Ministro de Defensa de los Estados Unidos y expresentador de Fox News- visitó por sorpresa Puerto Rico y el USS Iwo Jima, el mayor buque militar que Estados Unidos tiene desplegado cerca del país caribeño -y enclave colonial yanqui- para anunciarle a sus marines que no están viviendo ningún simulacro y que todas las operaciones que llevarán a cabo son conflictos de la vida real. En lo que puede considerarse como una amenaza de muerte para cualquiera que circule por el Caribe, antes había declarado en Fox News que “Cualquier otra persona que trafique en esas aguas y que sepamos que es un narcoterrorista designado correrá la misma suerte”, en referencia al barco que hundieron la semana pasada.
Desde el 31 de agosto, la XXII unidad expedicionaria de la Infantería de Marina desarrolla ejercicios aéreos y anfibios en los alrededores de Puerto Rico, para lo que ha vuelto a utilizar las pistas aéreas de la antigua base naval Roosevelt Roads, en Ceiba, y la base Ramey, ahora bajo el control de la Guardia Costera estadounidense, reportó el diario puertorriqueño El Nuevo Día. (La Nación, 09/09)
Además, usaron la base Muñiz de la Guardia Nacional de Puerto Rico y han desembarcado tropas en el balneario del municipio de Arroyo. En el pasado, el pentágono utilizó Roosevelt Roads como parte de su plataforma para las invasiones de Panamá (1989) y Granada (1983) (ídem).
La visita de Hegseth se produce casi una semana después de que Trump anunciara -con un video confuso como evidencia- que las fuerzas militares norteamericanas habían atacado una supuesta embarcación narco del grupo venezolano Tren de Aragua. A esta acción militar en la región, que es la primera en los últimos 35 años, Trump anunció que le seguirán otras. De esta manera, y con la excusa absurda del narcotráfico -puesto que Venezuela no tiene plantaciones de coca- Trump está metiendo a América latina en el escenario de la guerra mundial.
Para este cometido, Trump cuenta con cierta oposición interna. Los demócratas le cuestionan que la acción violó la Constitución norteamericana, ya que necesita de autorización del Congreso para atacar a otro país, de no mediar un ataque previo que justifique una acción de defensa inmediata. La ley antiterrorista post 2001 no le da un aval legal al ejecutivo para actuar a discreción, por lo que la legalidad está cuestionada dentro mismo de los Estados Unidos. Esto a Trump lo tiene sin cuidado, ya que forma parte de su plan de llevarse puesto el estado de derecho y consolidarse como un régimen fascista.
La administración Trump se había anticipado a esto despidiendo a las principales autoridades legales del Ejército y de la Fuerza Aérea a principios de este año, como forma de amedrentar al resto del plantel para evitar que cuestionen los ataques desde su propio gobierno y, posteriormente, Hegseth comisionó a su abogado personal, Timothy Parlatore, como responsable de ese mismo cuerpo de abogados del ejército.
El contralmirante Milton “Jamie” Sands III, jefe del Comando de Guerra Especial Naval, también habría sido despedido por Hegseth a fines del mes pasado por cuestionar inminentes ataques a buques civiles en aguas internacionales.
Además, más de 30 grupos humanitarios, de interés público, de derechos de los inmigrantes, religiosos, de defensa de los veteranos y de reforma de la política de drogas pidieron al Congreso que se oponga al uso de la fuerza militar contra los cárteles de la droga en América Latina por parte de la administración Trump y alertaron sobre todos los perjuicios que la guerra fallida contra el terrorismo y contra el narcotráfico ya ocasionó sin lograr nada a cambio.
En cuanto a la inmigración, el martes, un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos dictaminó que Trump no podía usar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, vigente durante la guerra, que él utilizó para detener y deportar a personas de una “nación o gobierno hostil” y deportarlos o detenerlos en una prisión de El Salvador. A pesar de que Trump controla la Corte Suprema, no tiene suerte con los tribunales intermedios. Por el intento de desplegar la guardia civil en distritos demócratas, también tiene un fallo en contra que se lo impide.
Para aumentar la teatralidad bélica, el gobierno norteamericano también denunció que aviones cazas F-16 venezolanos sobrevolaron uno de sus buques y amenazó con derribarlos.
De momento, todas estas maniobras le están sirviendo a Trump para imponer condiciones en la región.
Marcos Rubio, asesor de seguridad nacional de Trump, se reunió con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México y anunció nuevos acuerdos en materia de seguridad.
Por su parte, la CELAC -la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños- se limitó a reafirmar a la región como “zona de paz”.
El objetivo estratégico de Trump -quien pretende cambiarle el nombre a su Ministerio de Defensa por el de Ministerio de Guerra-, es meter a América latina en el escenario de la guerra, en un enfrentamiento que en realidad es contra China.
Esta escalada se da al mismo tiempo que Israel bombardea Qatar, Francia prepara sus hospitales para un posible escenario bélico en marzo de 2026, Alemania aumenta su cantidad de efectivos militares y Polonia pide activar el artículo cuarto de la OTAN tras derribar, supuestamente, 19 drones rusos que sobrevolaban su espacio aéreo. El artículo cuarto implica analizar la pertinencia de aplicar el artículo cinco, el cual reconoce cualquier ataque a un país miembro como ataque a toda la organización y obliga a todos los países parte -incluido Estados Unidos- a intervenir en su defensa. Es decir, lo que la Unión Europea estaba buscando desde que se inició la guerra en Ucrania, para forzar a Trump a intervenir con efectivos, cuando lo que este pretende es replegarse militarmente en América latina.
En la Argentina, pretende una base militar en Tierra del Fuego, y en Brasil reclama la propiedad de las instalaciones de la isla de Fernando de Noronha para asentar otra.
Es en Panamá donde se iniciaron las movilizaciones y las huelgas más importantes en contra de la presencia militar yanqui. Solo la movilización de las masas puede frenar este escenario de guerra que amenaza a todo el continente.
Aldana González
12/09/2025
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