domingo, noviembre 18, 2018

“La Vela sigue encendida”



La lucha de las mujeres, presente en el último recital de la banda uruguaya. Un síntoma de estos tiempos

El pasado sábado 3 de noviembre, con motivo de la presentación de su último disco de estudio, Destilar, se llevó a cabo en el Club Ciudad de Buenos Aires el recital de La Vela Puerca, banda uruguaya que recientemente cumplió 20 años en la música.
Si bien LVP nos tiene acostumbrados a los seguidores a encontrar en sus letras críticas al sistema, a la represión, al consumismo, y referencias a la cuestión ambiental, entre otras, este disco incorpora una problemática muy sentida por el movimiento de mujeres que a partir del 3 de junio del año 2015 (“Ni Una Menos”) se alzó ante los repetidos y aberrantes asesinatos de jóvenes que se está viviendo en el país y fue ejemplo de lucha para toda Latinoamérica; que sufre los mismos pesares, porque como es sabido la violencia de género tiene sus raíces en el régimen social, hoy el sistema capitalista, que se nutre de la violencia y la explotación para reproducirse y sobrevivir.
En este contexto, LVP toma posición. Sebastián Cebreiro (voz), con la colaboración de Ernesto Tabarez (voz y guitarra de Eté & Los problems) compusieron “De negro y rojo”. Una canción que “intenta hablar de todo el maltrato hacia la mujer y de los femicidios. Estamos en una cresta de la ola donde las mujeres están manifestando un malestar frente a la sociedad. Hay una revolución femenina, y hay que entenderla y aceptarla” (Clarín 20/5).
El recital se desarrolló como es habitual, la banda tocó tres temas seguidos antes de saludar al público, continuaron con varias canciones del último álbum, luego algunos clásicos, mientras se turnaban ambos cantantes en el repertorio. Lo interesante ocurrió cuando llegó el turno de tocar “De negro y rojo”. Entonces “El Cebolla”, apodo con que se lo llama al autor del mencionado tema, tomó un pañuelo verde y mientras cantaba lo apretaba con el puño en alto. Todo un gesto que fue devuelto por parte del público con el coro “aborto legal en el hospital” a la vez que se levantaron algunos pañuelos verdes.
Este no es un suceso aislado, unos pocos días antes en el recital gratuito que brindó Silvio Rodríguez en el municipio de Avellaneda se había dado una situación similar, lo cual da cuenta de que a pesar de la votación negativa al aborto legal aquel 8 de agosto, la lucha continúa y se enriquece con otras reivindicaciones: por la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral); para la aplicación de un protocolo y por licencias por violencia de género; para que se cumpla con la ley de los CIM (Centros Integrales de la Mujer). Una lucha que se da en las escuelas, los sindicatos y en las calles, donde cada vez son más los pañuelos verdes atados en las mochilas y carteras.
Por eso más que nunca la lucha sigue, en todos lados, contra la violencia de género, por aborto legal y todas las reivindicaciones del movimiento de mujeres.

Marilina Boedo

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