miércoles, diciembre 14, 2022

En París, reprimen a los hinchas marroquíes


Un botón de muestra de la política de opresión a los migrantes del gobierno francés. La victoria del seleccionado de Marruecos frente a Portugal fue celebrada por hinchas del país africano saliendo a las calles de Rabat y de varias ciudades europeas, entre ellas París, donde se desató un encontronazo entre marroquíes y la policía francesa. Las fuerzas de seguridad reprimieron fuertemente a los hinchas, golpeándolos con bastones y lanzándoles gases lacrimógenos, y detuvieron a más de 70 personas. La saña con la que arremetieron es una expresión de la política racista, xenófoba e islamofóbica del Estado galo. Se trata de una orientación compartida por la mayoría de los gobiernos europeos. Esto calienta la previa del partido que Marruecos jugará contra Francia en las semifinales, más teniendo en cuenta que es la primera vez que un seleccionado africano llega a la semifinal de una Copa del Mundo. Los marroquíes, así como el resto de los migrantes que viven en Europa, son violentados sistemáticamente (y en todos los planos) por los gobiernos, lo que está produciendo un retroceso muy acentuado en sus condiciones de vida. 

 Crisis migrante en Europa 

Los migrantes componen uno de los sectores más oprimidos y explotados por el régimen capitalista.
 La cifra de migrantes en condiciones de ilegalidad que ingresan a Europa se ha disparado este 2022. Hasta finales de julio, de acuerdo a Frontex, alrededor de 155 mil personas cruzaron las fronteras, un 86% más que en el mismo periodo de 2021. 
 A su vez, solo en julio, los gobiernos realizaron 14.866 detenciones, casi tres veces más que el año pasado. La mayoría de los migrantes proviene de Siria y Afganistán, dos países carcomidos por la guerra imperialista. 
 Según Acnur, entre enero y mayo, casi 500 personas perdieron la vida intentando cruzar el Mediterráneo central, un 200% más que el año anterior. A finales de 2021, el número de personas desplazadas “por las guerras, la violencia, la persecución y las violaciones a los derechos humanos ascendía a 89,3 millones, un 8% más en comparación con el año anterior y más del doble en relación con la cifra de hace diez años” (Acnur, 16/6). 
 La respuesta de los gobiernos europeos y árabes a este problema viene siendo la represión, la masacre, el racismo, o directamente la construcción de muros. En Francia se construyó el muro Calais, con el apoyo financiero de Reino Unido (en 2022, más de 13.500 personas fueron detenidas por operativos represivos realizados entre ambos países). Las ciudades de Ceuta y Melilla, entretanto, están separadas del territorio de Marruecos por vallas dobles de seis metros de altura. También hay muros en Hungría, Bulgaria y Lituania. 

 Los marroquíes en Francia 

El número de trabajadores marroquíes que se encuentran en Francia es bastante considerable. La migración de estos pegó un salto en los años 60’, 4 años después de la independencia de Marruecos con respecto a Francia. Antes de esto, el éxodo de marroquíes a Francia fue incentivado por el imperialismo galo en el marco de las dos últimas guerras mundiales. La burguesía francesa contrató miles de soldados y trabajadores para asimilarlos a su aparato de guerra. 
 “Actualmente, Marruecos es uno de los países con más solicitudes de visados para viajar a Francia, con 24.191 peticiones durante el primer semestre de 2021, según el diario galo Le Figaro” (El País, 28/7/21). De estas, solo 18.579 fueron aceptadas. En ese mismo periodo, alrededor de 3 mil marroquíes que vivían en Francia recibieron una orden de expulsión.
 Por esto, París y Rabat vienen chocando. En septiembre, Francia redujo a la mitad los visados otorgados a marroquíes y argelinos, y criticó al reino alauí por su rechazo a recibir a los expulsados. 
 En Francia, una porción importante de marroquíes se ha instalado en los banlieues, barrios que se hallan en la periferia del país. En ellos reinan el desempleo y la pobreza, y las redadas policiales contra la juventud son moneda corriente. En 2005, el gobierno francés impuso en los banlieues un toque de queda, para reprimir a jóvenes que se sublevaron contra el gatillo fácil. 
 Una encuesta realizada por el Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero a 1.433 marroquíes de entre 18 y 35 años de edad dio cuenta de que, en Francia, el 67% de las personas procedentes de Marruecos tiene problemas relacionados con el acceso al empleo y un 63% posee impedimentos para acceder a una vivienda. En 2021, según Acnur, 14.929 personas oriundas de Marruecos han huido y solicitado asilo en otros países. Cerca de cinco millones de marroquíes viven fuera de su país, la mayoría diseminados en Bélgica, España, Francia, Países Bajos e Italia. 
 Detrás de todo esto subyace, entre otras cosas, la creciente pobreza y el aumento del costo de vida y del desempleo en Marruecos. La implementación de políticas económicas orquestadas por el FMI ha contribuido a este fenómeno. “En el caso de España, los ciudadanos de nacionalidad marroquí eran poco más de 100 mil en 1998 y en 2021 llegaban a casi un millón” (Prensa Obrera, 6/12). 
 El partido por venir tendrá estos condimentos. Que el equipo conducido por Walid Regragui gane en las canchas no aminora los dolores de la población trabajadora marroquí, aunque el partido contra Francia podría significar una revancha deportiva simbólica con respecto a la represión del gobierno francés. 

 Nazareno Kotzev

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