viernes, diciembre 16, 2022

El gobierno uruguayo y los chats que lo desnudan

Alejandro Astesiano y Sebastián Marset no son solo dos nombres de ciudadanos uruguayos sino carátula de dos de los casos delictivos y de corrupción más sonados en los últimos meses en Uruguay, que están haciendo mella al gobierno multicolor liderado por el derechista Luis Lacalle. 
 El primero, el del caso del jefe de custodia del presidente, tapó al segundo, al del narcotraficante sospechado de ser el asesino del fiscal paraguayo Marcelo Pecci e integrante de una red criminal internacional. Pero unos chats de altos cargos ministeriales revivieron el caso Marset y dejan en claro las desconexiones del gobierno y la falta de rumbo en estos casos que lo sacan de libreto. 

 Hola, te averiguo. 

 Las fechas en el caso Marset son muy importantes para entender cómo se desarrollaron los acontecimientos. En noviembre de 2021, el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, intercambió mensajes de WhatsApp con su par en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Carolina Ache. 
 “Hola Caro, podemos saber qué pasó con este delincuente detenido en Dubái por documento falso. Es un narco muy peligroso y pesado”, le escribió Maciel a Ache el 3 de noviembre de 2021 a las 17.36 horas. “(Quiero) saber si sigue detenido o si lo liberaron, lo cual sería terrible. Gracias beso”, agregó Maciel. “Hola, dale te averiguo. Beso”, replicó Ache. 
 Las palabras de Maciel sobre Marset que era un peligroso narcotraficante, contradicen las versiones de la cúpula del gobierno que llegaron a negar que sabían que era un delincuente de alto perfil en el propio Parlamento. 
 En conversación con el oficialista diario El País, Ache se sacudió cualquier responsabilidad y negó tener relación alguna con todo ese escándalo. “Yo no tuve ninguna participación en todo el trámite, ni en la solicitud, ni en la tramitación, ni en la expedición, ni en la entrega del pasaporte”. Y añadió: “Al momento de la tramitación del pasaporte Marset no tenía ni antecedentes ni orden de captura nacional ni internacional”. 
 En agosto del año corriente, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el canciller, Francisco Bustillo, fueron interpelados por el Frente Amplio en el Parlamento. Bustillo dijo que “en noviembre (de 2021) nadie sabía quién era Marset” y que el pasaporte uruguayo entregado fue un trámite administrativo como tantos otros que se hacen regularmente. 
 El Presidente Lacalle respaldó a Ache. “Primero, no es cierto que el Gobierno haya mentido o faltado a la verdad en el Parlamento”. “No quedaba otra que darle el pasaporte” a Marset en Dubái y agregó que la número dos de Cancillería, “actuó ajustada a derecho.” 
 Tras declarar en Fiscalía, el senador Bergara dijo que no le llama la atención que la investigación tenga tres líneas (pasaportes, vínculos con policías y presunto espionaje). “Los chats son un popurrí de posibles delitos de distinta naturaleza. Me parece razonable que las cosas se investiguen cada una por su lado”, aseguró. 
 Para Bergara, el espionaje político con fines extorsivos es un hecho de mayor gravedad, que la expedición de pasaportes con documentos falsos o el tráfico de influencias en licitaciones. 
 Mientras, hay mucha preocupación en filas de la multicolor coalición derechista: la bancada del Partido se reunió con la vicecanciller CarolinaAche para analizar lo que surge de los chats entre ella y el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, sobre el caso Sebastián Marset. 
 ¿Tampoco estaban al tanto los ministros de lo que hacían los primeros subordinados a su mando? ¿Negligencia, falta de comunicación, rencillas internas?

 Hacerse cargo

 El gobierno no sale de la encerrona que a sí mismo se impuso. Niega, justifica y a lo máximo que se arriesga es a decir que se cometieron errores. Como si se tratara de un niño que le pide perdón a su maestra en el recreo y no por haber facilitado la liberación de un narcotraficante internacional o por haber contratado a un jefe de seguridad con un prontuario delictivo conocido y que en su cargo seguía cometiendo ilícitos y nadie se daba cuenta. ¿Nadie se daba cuenta? 
 “Vamos a ver lo que se comprueba y lo que no se comprueba. Cuánto es realidad y cuánto es humo. Cuánto es unilateral, cuánto es bilateral”, afirmó sin siquiera sonrojarse el presidente en rueda de prensa. 
 El presidente del centroizquierdista Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, considera que el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, y del Interior, Luis Alberto Heber, así como los subsecretarios, deben renunciar. Y que en caso de que no sea así, el gobierno “se hará cargo de una salud democrática que se irá empeorando con el transcurso de las informaciones que vayan surgiendo, que cada una es peor que la anterior”. 
 Pereira se refirió así a los casos Astesiano y Marset. “Y cuando hay problemas de esta institucionalidad, ya no tendrían que estar ni los ministros de Relaciones Exteriores ni del Interior. El Frente Amplio cree que deben renunciar, y cree que el presidente les debe pedir la renuncia de inmediato por la salud democrática”, dijo. 
 Lacalle puede estar tranquilo porque hasta el momento sus correligionarios lo han respaldado y porque cuenta con más de un adláter que se han vuelto apasionados abrazadores de granadas. Ahora, los chats de Astesiano con Santiago González, director de convivencia del Ministerio del Interior decían que se tenía que portar bien si quería ser ministro, en referencia a una posible renuncia o destitución de Luis Alberto Heber, titular de la cartera ministerial. 
 Heber también estuvo a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas cuando se le otorgó por 60 años el puerto de Montevideo a la empresa belga Katoen Natie. Recientemente se supo por otros chats, esta vez los de Astesiano, que los senadores frenteamplistas Mario Bergara y Charles Carrera fueron espiados por el mismo Astesiano, por encargo de la empresa privada Vertical Skies -propiedad de exmilitares uruguayos- radicada en Estados Unidos, para presionarlos. 
 El objetivo era que los senadores retiraran las denuncias contra la empresa multinacional belga.
 El presidente Lacalle puso en tela de juicio este suceso y lo tildó “de manija” de la oposición. 
 El propio CEO de Vertical Skies confirmó que uno de sus gerentes le encomendó a Astesiano dicho seguimiento y que él mismo le había girado 1.500 dólares al ex jefe de seguridad de Lacalle como pago por su trabajo. Dichas declaraciones fueron en horario central en canal 4, un canal muy afín al gobierno. 
 Las balas pican alto y muy cerca del presidente, más cerca aún de Luis Alberto Heber que sigue defendiendo oficiales implicados en el caso Astesiano. Una sola renuncia, la del número dos de la policía, se cuenta hasta el momento. Heber señaló que esa renuncia “enaltece el uniforme”. Sin embargo, como muestran los chats, Heber resiste porque sabe mucho… o porque se aferra a su cargo que lo puede catapultar a la candidatura presidencial. 
 Los chats seguirán trayendo nuevos capítulos de la corrupción oficial. 

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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