lunes, abril 07, 2008

Las siete vidas de Gaitán


ELN al 60 aniversario de su asesinato

A la 1:05 de la tarde de ese viernes 9 de abril de 1.948, con tres disparos hechos contra Gaitán, la oligarquía colombiana y la naciente Central de Inteligencia Americana (CIA), pretendieron detener la avalancha de cambio, que encabezaba el líder popular.
Su programa de cambios era su propia vida, pero al perderla apenas cumplidos sus 50 años, Jorge Eliécer Gaitán Ayala lanzó hacia las generaciones venideras sus semillas de lucha por la dignidad del pueblo y la nación colombiana.
Hoy 60 años después, una tras otra, las siete vidas de Gaitán se recrean en los luchadores que mantienen sus banderas de justicia social, servicio al pueblo, política con grandeza, defensa de la patria, construcción de democracia, guía socialista y conducta moral.

1

Gaitán se hizo abogado penalista, en su afán por hacer realidad que ‘abogado es el que aboga por otro’, pero no por cualquier otro, sino principalmente por los humildes y desheredados.
La pasión por la justicia era su forma de ser humanista, recogida en esta inolvidable sentencia suya, “sólo comprendiendo el sufrimiento ajeno, nos hacemos dignos de un poco de amor”.

2

Aún retumba en los oídos de todos los latinoamericanos, su tesis del 22 de febrero de 1946, cuando dijo que, “el pueblo es superior a sus dirigentes”.
En función de lograr la supremacía de los intereses del pueblo, colocó Gaitán el centro de su actividad política y de su gestión de gobierno, por tal razón tantas veces expresó, que “no soy un hombre, soy un pueblo”.

3

Decía que un político es un defensor del pueblo, dedicado a forjar la grandeza de la nación, magnificándola dentro de sus fronteras, en afanosa búsqueda por el bienestar de sus compatriotas.
Mientras que un politiquero es un habilidoso aprovechador de las posiciones y las preeminencias, experto en maniobras y logrerías, que divide al pueblo en su afán por ganar disputas burocráticas. Por eso afirmó, que el paludismo no es liberal ni conservador, es mortal y mata sólo al pueblo.

4

Su defensa de la patria fue clara con ocasión de la agresión peruana a Leticia, en 1933, en la que demostró un nacionalismo totalmente contrario al sustentado por el fascismo.
Para él la política internacional debe buscar el entendimiento y alianza con los partidos democráticos y populares del continente, de los organismos de izquierda de América Latina, para lograr una solidaridad que contrarreste el contubernio de los movimientos derechistas, que perforan los linderos de las naciones y continentes.

5

Gaitán era la voz del pueblo, era la materialización posible de sus sueños de redención, era la revolución al alcance de la mano.
Para el líder, la democracia es cumplir con la voluntad popular, así lo dice en sus escritos sobre Sociología y Antropología:
"La realidad democrática es esta: desde la Revolución Francesa los pueblos hablan de cumplir con el querer democrático, de respetar la voluntad popular, pero ¿cuál es la opinión del pueblo? Las masas analfabetas no tienen capacidad para analizar ninguno de los problemas de la nación; la opinión del pueblo se reduce a la opinión de los periodistas, de las sociedades científicas y financieras y a la de una ínfima minoría estudiosa. Todas las opiniones de estas entidades no son sino conceptos plenamente personales. De esta manera la opinión de los periódicos no es sino la de sus directores vaciada en los lingotes del linotipo".

6

El desarrollo natural de la civilización humana debe llevar a la igualdad social, de ahí la necesidad de practicar las ideas socialistas, por esto Gaitán dedicó su vida al cultivo del tronco del Socialismo, como lo dijo en 1924 en su tesis de grado como abogado, llamada “Las ideas socialistas en Colombia”.
El líder hizo del Socialismo su guía de acción, su criterio sociológico y lo asumió como su estructura mental. De él se dice que fue el socialista del liberalismo.

7

Su campaña para la presidencia en 1944, la hizo al calor de sus consignas históricas, “Por la restauración moral y democrática de la república” y “Contra la oligarquía liberal conservadora… ¡a la carga!”.
De las miserias de Colombia responsabilizó a la oligarquía de los partidos tradicionales y al imperialismo norteamericano, cómplices ambos de haber llevado a la ruina al país; que en el campo moral, así la describe:
"La democracia presupone la selección en los regímenes representativos; y nosotros estamos operando una selección a la inversa. Los más incapaces, los más ineptos, los más ignorantes, los más corrompidos, han desalojado de la política a los altos valores. Y esta inversión moral tiene que reventar por alguna parte, tiene que parar en alguna cosa... Así nacen las revoluciones; y puestas en marcha nadie las ataja".
Por su ardorosa denuncia, por su claro compromiso con el pueblo y por el avasallador respaldo con que las mayorías nacionales lo siguieron, es que sus denunciados lo asesinaron vilmente, pretendiendo atajar la revolución con este crimen.

Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN)

Fuente: Resumen Latinoamericano - Diario de Urgencia / RedGlobe

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