jueves, diciembre 31, 2009

Crítica a las críticas al socialismo cubano


Durante el año 2009 diversos sitios de la Internet han dado espacio a una serie de analistas che han concentrado sus atenciones y sus escritos sobre la Revolución Cubana y sus problemáticas.
Llama la atención que en tales textos predominen de manera casi absoluta las sugerencias, con respectivas referencias a hechos históricos para avalarlas, basadas en la promoción de medidas inherentes a la "economía de mercado" ( omitiendo la palabra "capitalismo"), a "ciertos grados de liberalizaciones de fuerzas productivas", etc.
Llama también la atención que en tales escritos se pase por alto el hecho de que la historia del socialismo cubano se caracteriza desde sus inicios por haber apoyado la pequeña propiedad privada agrícola, favoreciendo su organización en la ANAP (Asociación Nacional de Pequeños Productores) y, durante su percurso evolutivo, el haber recurrido, más de una vez, a diversas formas de actividades privadas tanto en la producción (cooperativas, usufructo de tierras, etc.), como en la comercialización de los productos agrícolas (mercados "por la libre").
Referencia obligada a la cual se recurre a menudo para apoyar las propias críticas, es el marxismo, al que se llega a circunscribir a "doctrina" - conjunto de formulaciones ideológicas abstractas surgidas con la Restauración francesa - y, en cuanto tal, sujeto a "dialéctica interna", en lugar de reconocerle el valor de herramienta científica útil para la interpretación de las organizaciones, las estructuras y las dinámicas de las sociedades, y para guiar la acción revolucionaria de las clases subalternas en pos de su liberación y, por lo mismo, en lugar de asignarle una "dialéctica interna", reconocerle su utilidad para capacitarnos a distinguir las que caracterizan a las sociedades, las cuales, debido a sus propias dinámicas, están sujetas a constantes cambios o "aportes ligados al progreso", sin olvidar jamás la necesidad de distinguir los factores principales de los secundarios involucrados.
Si por "arcaico" algunos de estos críticos entienden la experiencia de capitalismo de Estado del siglo pasado y del actual (China, Vietnam), deberían reconocer que tales experiencias no han experimentado las sugerencias de Marx y Engels. Por lo tanto, para "sintonizarse con la realidad", habría que abandonar -superándolas -, las categorías del capitalismo.
Otros pasajes que llaman la atención de manera preocupante en estos textos críticos del socialismo cubano, son los del siguiente tenor: "el marxismo vino al mundo en medio del capitalismo salvaje, época en que también se desarrollaron el pensamiento socialdemócrata y socialcristiano.", pues pasan por altro que el salvajismo siempre ha caracterizado al sistema y que ahora asume connotaciones aun peores, por lo que uno que le lo lee podría deducir que ahora el capitalismo es menos salvaje y, por lo tanto, posee armas menos "melladas" para ayudar al socialismo cubano; pero la idea va más allá afirmando que: " Lo extremo de aquella situación explica el radicalismo de Carlos Marx y sus propuestas acerca de la supresión del poder de la burguesía y el establecimiento de la dictadura del proletariado que, casi 80 años después Lenin intentó aplicar y que Stalin descontinúo al adoptar la Constitución de 1930 aunque, en algunos lugares, el movimiento comunista se aferró a aquella tesis hasta los años setenta.", lo que demuestra tres "revisiones", la primera de contenido, la segunda de forma, y la tercera de afirmación no sustentada en realidades.
La primera, que el radicalismo de Marx y sus propuestas hayan sido meramente conyunturales y no, como lo fueron y lo son, temporalmente universales, por lo que siguen plenamente vigentes como tarea a realizar y establecer. La segunda, es la omisión de la prematura enfermedad de Lenin y su alejamiento de la política como el factor decisivo que consintió la afirmación de la desviación revisionista del stalinismo y la supresión de la verdadera "dictadura del proletariado" representada por "todo el poder a los soviets", o sea, de los comités de base formados por obreros, soldados y campesinos. Dicho sea de paso, este período inicial de la Revolución de Octubre requiere de un estudio detallado y contextual a su época, y no una simple referencia. La tercera, que no se conocen experiencias sucesivas a la intentada inicialmente por Lenin, de socialismos ejercidos "por todo el poder" en los soviets.
Otro de los pasajes que interpretan la historia de manera demasiado "subjetiva" para sustentar las críticas "constructivas" al socialismo cubano es el siguiente: " Hubo que esperar a la muerte de Maosedong para que en China, elementos que durante la Revolución Cultural Proletaria, fueron represaliados en nombre de la pureza de la doctrina, llegaran al poder para abandonaran los arcaicos enfoques tradicionales y, en pro del socialismo y según ellos de un Marxismo-Leninismo con características chinas, introdujeran reformas que salvaron al socialismo en ese gigantesco país", quando lo que en cambio realmente lograron fue el desarrollo económico capitalista de Estado con enorme ingreso de capitales fijos o constantes (tecnologías) extranjeros, bajo la rigida dirigencia del partido comunista chino, lo que provocó la más grande acumulación primaria de la historia (masivas migraciones desde los campos hacia las ciudades para constituir la nueva clase obrera sometida al capital en condiciones laborales de intensa explotación), sumiendo en pobreza aun más degradante a las masas que se quedaron en el campo. El impacto ambiental provocado por este desarrollo vigoroso e intenso ha sido puesto en evidencia en numerosos desastres que han cobrado cientos de miles de vidas.
Por lo tanto, al momento actual, no se puede afirmar con seguridad de que "el socialismo" haya sido "salvado". Lo más probable, en cambio, es que las desigualdades sociales se acrecienten bajo el desarrollo antitético de la burguesía china, tanto estatal como privada, y el capital gigantesco ya generado, del cual una buena parte ha sido empleado en la compra de fondos de obligaciones del Imperio, (en lugar de reinvertirlo en beneficios sociales) se desboque en sus procesos de concentración y centralización típicos del capitalismo liberal y neo-liberal. Obviamente, un proceso como el descrito irá generando su opuesto en la clase obrera, aunque es de temer que con el avance tecnológico, dicha clase siga el camino de las de occidente, esto es, flexible y precaria.
Pero este mensaje no se detiene; transmite aun más "En cualquier caso, se hizo evidente que la introducción de reformas liberalizadoras, no sólo en la economía sino en las estructuras de la sociedad, especialmente en el sistema político, pueden ser posiciones revolucionarias más coherentes con la época histórica que el extemporáneo radicalismo que apuesta por la pureza de la doctrina y corresponde a circunstancias sobrepasadas hace más de un siglo."
Cuando en la realidad no ha habido algún "radicalismo" ni "pureza de la doctrina" en ningún tentativo por construir el socialismo en el mundo. Tal radicalismo y pureza, cosa que en el texto se omite, fueron expresiones conceptuales y consejos de lucha revolucionaria de Marx, Engels, Lenin y Trotsky en sus respectivos tiempos, pero que representan valores universales. Por consecuencia, no cabe hablar de "extemporáneo" radicalismo ni "extemporánea" pureza. Al contrario, hay que luchar por aplicarlas e imponerlos, ya que ambos no corresponden al burocratismo ni al recurso a las "armas melladas del capitalismo".
Otro pasaje de tales escritos, esta vez referido a la historia socialista de Cuba, es el siguiente: "En los años noventa, para enfrentar la crisis, Cuba sobrevivió e incluso avanzó, entre otras cosas porque ante el dramático llamado de Fidel Castro de: “Salvar las conquistas de la Revolución y el socialismo”, a la capacidad de resistencia del pueblo y la cohesión de la vanguardia política, se sumaron la capacidad de maniobrar y la aplicación de reformas que propiciaron aunque discretas, eficaces aperturas que lejos de hacer peligrar el socialismo reforzaron su capacidad de supervivencia."
Aquí llama la atención la evidente intención de acentuar como factor decisivo para la sobrevivencia de la Revolución, la aplicación de las reformas y sus derivadas "aperturas", cosa que está aun por verse pues es probable que, en cambio, las susodichas "aperturas" hayan generado las bases de desarrollo de fuerzas anti-socialistas que actualmente están empujando para robustecerse cada vez más, como se deduce de los esquemas de otros artículos y noticias circulantes en internet subvencionadas por los aparatos de desinformación del imperio.
Con todo, la "cohesión" de la dirigencia politica, generadora y conductora de la mencionada "capacidad de resistencia" del pueblo, hicieron posible la sobrevivencia de "las conquistas de la Revolución y del socialismo", durante dicho período tan difícil. Dificilmente hubiese ocurrido lo mismo si en lugar de dicha cohesión de la dirigencia, Cuba hubiese sido gobernada por organizaciones políticas "democráticas" democraticamente fraccionadas y desparramadas tal como se caracterizan en las sociedades del mundo capitalista.
Pero a estos pasajes se agregan otros en los que se reconoce que si bien las reformas aplicadas fueron eficaces en lo inmediato y para los fines específicos señalados, " no se pudo impedir que a su amparo se abrieran espacios por los que prosperaron corrientes negativas que generaron despilfarro de recursos, cierto libertinaje económico, síntomas de reblandecimiento político, liberalismo y elementos de corrupción, fenómenos que dicho sea de paso también se presentan en Vietnam y China donde son combatidos sin que, como ocurrió en Cuba, las reformas fueran congeladas o descartadas."
En efecto, tales "espacios" son los que en la actualidad han prosperado tanto, que hace tan difícil llevar a cabo las actividades revolucionarias de corrección de la dirección cardinal del sistema. Lo que no se lee en este pasaje, es el debido reconocimiento de que tales "espacios" de mal-haberes y mal-haceres, eran el precio obligado a pagar por parte de la Revolución, toda vez que las medidas "melladas del capitalismo" introducidas llevaban en su seno los gérmenes ideológicos que han hecho de la burguesía la clase hegemónica de su sistema. Este es un aspecto esencial que pasa regularmente desapercibido por parte de los críticos del socialismo cubano -sean estos enemigos o "amigos" de él.
En estos tiempos los críticos del socialismo cubano denuncian el "estatismo", el "centralismo estatista", el poco bien precisado "burocratismo", reclamando en cambio, por "democracia" y "libertad", así, como simples substantivos, o "medidas liberatorias de fuerzas productivas", de modo que hasta resulta "normal" el leer aserciones, siempre referidas a Cuba, como la siguiente:"En medio de tan complejas circunstancias, cuando aparecían síntomas evidentes de recuperación y se asumían cifras de crecimiento económico optimistas, incluso se acariciaba la idea del “pleno empleo” se recuperaban y se ampliaban programas sociales; se desató una implacable crisis económica mundial que tiene efectos devastadores sobre la débil estructura económica cubana dependiente de las importaciones, incapaz de generar las divisas necesarias para realizarlas, excluida de todo tipo de ayuda al desarrollo y privada de fuentes de financiamiento.", pasaje en el que se omite reconocer que las medidas excepcionales adoptadas al comienzo del periodo especial para salvaguardar "las conquistas de la Revolución", si bien sirvieron para asegurar la sobrevivencia del sistema y de su sociedad, no aseguraban para nada el desarrollo pleno de la misma, pues fue creando desigualdades sociales que se agudizaron progresivamente con el pasar del tiempo. Si se reconoce la existencia de desigualdades sociales, se reconoce implicitamente el fortalecimiento relativo de una parte de la sociedad y el debilitamiento antitético de otra parte de la misma, habitualmente la mayor, lo que explica en buena parte, el por qué la Isla no haya logrado despegar en el plano agro-zootécnico y siga dependiendo en grado sumo de las importaciones de alimentos.
Esta es una cicunstancia persistente que debiera atraer la atención de cualquier analista del socialismo cubano: cómo es posible que Cuba, con los enormes avances logrados en diversos campos científicos y tecnológicos, con la riqueza humana que su Revolución ha generado, hasta ahora no haya logrado superar las limitaciones en estos campos. Podemos recordar que los tentativos por introducir actividades comerciales privadas en la distribución de alimentos, varias veces adoptados, pero igualmente suspendidos por obvios motivos, no pueden resolver los problemas de abastecimientos de manera justa para los consumidores ni tanto menos, de manera constante, pues llevan implícitas las categorías inherentes del capitalismo. Igualmente, las actividades privadas en el sector de la gastronomía, si bien no incorporan relaciones capitalistas, no dejan de establecer canales de reproducción del capital-interés que va minando las conciencias revolucionarias en los sectores sociales que de él prosperan. Son "los nuevos ricos" mencionados con amargura por Fidel. Todo esto, para estos críticos pareciera no existir. Al contrario, persisten en sus tesis de las reformas, por ejemplo, en pasajes del siguiente tenor: "En un contexto así, el juego se cierra y, otra vez las reformas parecen como la opción más viable por su capacidad para, en breves plazos y con medidas que pueden resultar populares, liberar las fuerzas productivas y permitir que el despliegue de la iniciativa económica haga un aporte sustantivo a la supervivencia del proyecto revolucionario. Esta vez, aunque tomándose su tiempo y sin ser explicita, la dirección revolucionaria ha ido más lejos refiriéndose a la necesidad de “reformas estructurales.”
Pasaje que luce reformismo recurriendo incluso al lenguaje que acomuna a las izquierdas "post-comunistas" de Europa, las que han dado un contributo decisivo al desarrollo de la fase neoliberalista del capitalismo, pero persistiendo en hacerlo aparecer como revolucionario: "liberar las fuerzas productivas" ¿de qué cosa?¿de ataduras estatales? Y si así fuese, ¿con cuáles recursos tales "fuerzas productivas" podrían "liberarse"? ¿Con sus propios ahorros en divisas convertibles a las cuales han tenido acceso gracias a remesas de parientes escapados hacia Miami al triunfo de la Revolución, o gracias a las utilidades percibidas por ejercer actividades comerciales en propio? ¿o con la riqueza socialmente generada por el trabajo abstracto, hasta ahora custodiada y administrada por las instituciones estatales? ¿Son estos los recursos que se proponen tacitamente para "liberar las fuerzas productivas" para que desplieguen sus "iniciativas económicas"?. ¿Por qué no se es más sinceros y se dice sin tapujos que lo que se está proponiendo es la acentuación de la actual sociedad cubana en futuras clases económicas? ¿Qué fue lo que propició el "desmerengamiento" de la Urss y paises satélites?¿Fue solo la competencia armamentista con el Occidente o, además y sobretodo, el hecho de que las castas burocráticas habían llegado a un nivel tal de apropiación y gestión administrativa de la riqueza socialmente generada por los trabajadores industriales y del campo que, para su ulterior desarrollo, la organización estatista de la propiedad sobre los medios de producción e intercambio se había convertido en un freno, por lo que se hacía imprescindible abatirla?
Los analistas del sociaslismo cubano que critican su estatismo centralizado, además por su permeabilidad al partido único gobernante, no se pronuncian a favor de medidas que favorezcan la potencialidad revolucionaria de la organización comunitaria de la sociedad cubana. No proponen acentuar y/o mejorar las actuales expresiones de democracia participativa, incrementando sus poderes de control sobre las instancias superiores, más allá del nivel comunal o provincial, o de proponer la participación de los diferentes comités de base en el estudio, proyectación, formulación de proyectos, en sus ejecuciones y en la gestión de las específicas derivaciones. No sustentan la idea de que cada ciudadano cubano ES el Estado, hasta cuando no se alcanzará su completa disolución.
Durante cincuenta años ha operado el bloqueo norteamericano que hasta ahora ha logrado frenar la aplicación de medidas "Guevaristas" di organización laboral, como por ejemplo, su extraordinario Sistema Presupuestario de Financiamiento, favoreciendo en cambio el desarrollo y predominio de la técnica del "calculo económico" así como variados recursos de medidas de corte capitalista para enfrentar las dificultades económicas favorecidas por el mismo Monstruo imperial. Ninguno de estos analistas críticos "amigos" del socialismo cubano se ha preocupado de afirmar que a la reacción mundial le conviene que el burocratismo y sus medidas "liberadoras" de fuerzas productivas, se fortalezca. Esta es una constatación que, curiosamente, eluden.
Y la eluden, porque sus diseños se apoyan en la técnica del "calculo económico" para avanzar hacia mayores "liberalizaciones", como se desprende claramente del siguiente pasaje:"Si bien, en otras etapas del movimiento político, incluso en los inicios de la Revolución Cubana, el reformismo pudo ser una corriente negativa, no parece ocurrir lo mismo ahora. Tratándose de estrategias, diseñadas libérrimamente, aplicadas de modo soberano, asumidas positivamente y apoyadas por el pueblo, las reformas, en lugar de un retroceso pueden ser avances y probablemente una opción avanzada hacía el socialismo posible."
En cambio, el reformismo es, en relación a los logros de la Revolución y a sus propios fundamentos, profundamente reaccionario. El socialismo cubano se salva unicamente profundizándolo en todos los campos de la producción, del comercio y de los servicios, pero siempre y cuando junto con ello se profundice el estudio riguroso de las obras de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Gramsci, Che y Fidel.
No existen terminos medios ni ambigüedades. Como sentenciara el CHE, no se construye el socialismo con las "armas melladas del capitalismo".
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Jaime (23-12-2009)

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