domingo, diciembre 06, 2009

El mundo de Tina Modotti en el festival de cine habanero


La fotógrafa italiana Tina Modotti revive aquí en una exposición que la muestra en todo su esplendor como artista y mujer transgresora, audaz, comprometida con su tiempo, envuelta en la doble pasión del amor y la lucha revolucionaria.
Son más de 80 fotos en blanco y negro, en las que ella registra las pulsaciones de su época y a la vez es vista desde la mirada de otros creadores, el primero de ellos el norteamericano Edward Weston, de quien fue modelo y la inició en los secretos de la fotografía, en el uso de la cámara que convirtió en una prolongación de sí misma.
Inaugurada la víspera y concebida según una idea original de Alfredo Guevara, presidente del festival del nuevo cine latinoamericano de La Habana, la exposición se despliega en el céntrico Pabellón Cuba y marca el rescate, la reapertura de la galería de ese centro, instalada en el pasillo tubular que une las dos secciones del edificio.
Diseñada y montada con gusto exquisito por un equipo al que Alfredo Guevara contagió su inspiración y entusiasmo, sobre las paredes en rojo las fotos adquieren una particular intensidad. El blanco y el negro, los grises, restallan en todo su poder expresivo.
En la muestra late la profunda relación sentimental entre Tina Modotti y el líder revolucionario cubano Julio Antonio Mella, asesinado en México el 10 de enero de 1926, por órdenes del régimen de Gerardo Machado, quien se ganaría en la isla el apodo de "asno con garras".
Mella revelado en los perfiles que la cámara de su aliada en el amor y la lucha dejaría plasmados para la historia. Mella con toda la fuerza de su personalidad y sus convicciones, su vocación antiimperialista. El obturador de la cámara enfocado por última vez en su rostro, sobre su cabeza yaciente en la morgue.
Ambos hicieron de sus vidas, como señaló Alfredo Guevara, una aventura inmensa. Mella en la brevedad de sus 26 años se las arregló para "crear estructuras de lucha antiimperialista, participar del apoyo a Sandino, fundar la Federación Estudiantil Universitaria y el Partido Comunista en la isla", entre otras muchas cosas.
Tina Modotti entregada, con la misma pasión, al arte y la militancia, al amor y al compromiso con su tiempo, devenida la primera mujer fotógrafa de alto rango en la historia de esa manifestación artística.
En sus imágenes ella registra al México profundo, a sus clases relegadas víctimas de las injusticias sociales, capta un amplio espectro de personajes desposeídos, que nos miran desde las márgenes.
El alma de México atrapada con una síntesis plástica de alto valor estético. A veces le basta algo tan artificial como el sabio encuadre y disposición artificial de una canana, una guitarra y una mazorca de maíz para lograrlo.
La artista brilla en la composición del espacio, "en su lucha por alcanzar un verdadero y superior balance entre la expresión social e individual", como afirma Carleton Beal, en una cita reproducida en el catálogo.
Ave rara en su oficio, subrayaría el escritor mexicano Xavier Villaurrutia, conjuga a menudo en su universo gráfico, un inteligente equilibrio entre la razón, la sensibilidad y la sensualidad.
La exposición incluye imágenes digitalizadas que el espectador puede disfrutar a su gusto en una pequeña ala anexa propicia a la comunión estética, íntima, individual.
Fruto de un empeño común en el que participaron la Asociación Hermanos Saíz, que agrupa a los jóvenes creadores cubanos, el Pabellón Cuba y la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, la muestra es una incitación.
Casi inédita en su totalidad, hasta ahora, exige volver una y otra vez a ella. Tina Modotti convoca al espectador, lo llama a su mundo, que es parte de todos y en el que todos se sienten de alguna manera presentidos, intuidos, reflejados.

Anubis Galardy | Prensa Latina

1 comentario:

Jacque dijo...

Linda Tina.

Beijo.

Jacque