viernes, febrero 12, 2021

Pobreza por encima del 70% de la población

El investigador cordobés del Conicet, Martín Maldonado, dijo que las “Las mediciones de pobreza son obsoletas”, ubicando la pobreza muy por encima de las mediciones de la UCA que, antes de la pandemia, la colocaban casi en el 70%. También pone en cuestión el índice que elabora el INDEC en base a su Canasta Básica Alimentaria. De acuerdo al INDEC, la canasta básica alimentaria aumentó un 45,5% en 2020, cuando la inflación de los alimentos en el mismo período rondó el 48%; y, supuestamente para el INDEC una familia de cuatro integrantes, con dos adultos y dos menores, necesitó $22.681 para no caer en la indigencia. El mismo organismo determinó que el 40,9% de la población argentina vive por debajo de la línea de pobreza. 

 Malnutrición y enfermedad con la canasta básica oficial

 El investigador “literalmente puso su cuerpo (y el de otros voluntarios) al servicio de la ciencia cuando se planteó pasar seis meses alimentándose únicamente con los valores de la Canasta Básica Alimentaria. Apenas llegó a los cuatro meses cuando su organismo, afectado por la composición nutricional del parámetro que determina quién es pobre y quién no en Argentina, lo obligó a dejar el llamado Proyecto Czekalinski” (Diariodecuyo, 11/2). Entre los voluntarios que afrontaron la investigación, las personas intentaron alimentarse sólo con los alimentos que están listados en la Canasta Básica Alimentaria del INDEC durante seis meses. No alcanzaron a concretarlo puesto que sufrieron afectaciones físicas como pérdida de peso, agotamiento o aumento de triglicéridos e incluso impactos psicológico y emocional (ídem). 
 La Canasta Básica que mide la pobreza en Argentina permite tomar por ejemplo 500 mililitros de yogurt o 200 gramos de queso u ocho litros de leche, todo en un mes. “¿Sabés cuántos gramos de café están incluidos en la Canasta Básica? Sólo 30 gramos, te alcanza para cinco tazas dobles en todo el mes. Algo similar pasa con la yerba mate”, dice Maldonado. En 15 días agotaron el consumo destinado a todo un mes. 
 Por primera vez se hace una investigación en este sentido, poniendo a prueba la “calidad nutricional de la canasta y sus efectos en la salud física y mental de quienes la consumen”. Este tipo de denuncias no son novedosas y se extienden por todo el mundo. 
 Según las estadísticas oficiales, más de la mitad de los niños son pobres, en condiciones de desnutrición, subnutrición y hambre. 

 Covid-19 y pobreza 

El investigador del Conicet no sólo denuncia la medición de pobreza y la composición de la Canasta Básica, sino también la asistencia alimentaria. Señala que “Los bolsones tradicionales y las provisiones de alimentos en comedores escolares son de muy baja calidad”. Estos bolsones van a los comedores populares donde la gente se las “rebusca” para preparar una comida calórica con estos productos. “Hay que reducir fundamentalmente las harinas, los azúcares y los alimentos ultra procesados, que son grupos altamente dañinos. Después de mucho tiempo de malnutrición se advierte que en los sectores empobrecidos la gente es gorda”. El sobrepeso es una de comorbilidades denunciadas científicamente como agravantes del Covid-19. 
 “Estos son factores que hacen que en un país como Argentina tengamos dos problemas inadmisibles. El primero es el hambre, pese a que producimos alimentos para 60 millones de personas y producimos calorías para 400 millones, cuando somos 45 millones; así y todo tenemos hambre”, dice el investigador.

 La pobreza es multidimensional 

Argentina mide por un lado con la Canasta Básica, a través de los ingresos monetarios, y por el otro mediante las Necesidades Básicas Insatisfechas, que se determinan cada 10 años en los censos. Pero “no miden infraestructura, acceso a servicios, si los chicos van a la escuela, si hay hacinamiento, es decir, la pobreza estructural”. Dice que estas mediciones hoy son obsoletas, “pensadas hace 60 años y responden a una idea de pobreza como carencia material y de servicios”. 
 Agrega que “la pobreza cambió su naturaleza, su esencia. Ahora no es sólo carencia de lo material sino además de otras cosas nuevas, como por ejemplo el acceso a un medio ambiente sano; la calidad del empleo: no solamente lo que se cobra si no también si se trata de un trabajo estable, si hay o no precarización laboral ya que no es lo mismo cobrar 40 mil pesos con vacaciones y obra social que cobrarlos en negro. También se trata de violencia, en todas sus formas, sistemática, parental, de género; de la calidad y uso del tiempo libre; de la calidad y el acceso a la información; a la conectividad”. 
 Entonces, conceptualmente, las mediciones en Argentina son obsoletas porque están diseñas para medir la pobreza del siglo pasado. Sin embargo dice que “la UCA, que lo hace y muy bien” pero “es una medición muy cara y por eso la lleva a cabo con una muestra pequeña. La pobreza multidimensional en Argentina, de acuerdo a la UCA, dio casi 70% antes de la pandemia, no quiero pensar ahora”, sentencia. 

 Emiliano Monge 
 12/02/2021

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