El gobierno logró este martes alzarse con un triunfo en la Cámara de Diputados tras fracasar por falta de quorum la sesión convocada por sectores de la oposición. La misma debía tratar la ley que modifica el régimen legal de los Decretos de Necesidad y Urgencia y el DNU 846 que flexibiliza las condiciones para canjear y negociar la deuda pública. De este modo Milei evitó un golpe político, que hasta pocas horas antes muchos daban por descartado, a pesar de que cuenta con una raquítica fuerza parlamentaria y cuyos aliados más firmes (el PRO, los radicales con peluca y pejotistas por fuera de Unión por la Patria) no reúnen por sí solos el número para bloquear el quorum.
La sesión había sido convocada por diputados de Unión por la Patria, Encuentro Federal (Pichetto) y los radicales de Democracia para Siempre (DpS) que responden a Lousteau; y cayó cuando fue un hecho consumado la pérdida de adherentes de los propios bloques convocantes en su totalidad. Con esta “oposición” está claro que Milei duerme sin frazadas. Por su parte, los ocho diputados peronistas de Innovación Federal no eran de la partida, al igual que los tucumanos de Jaldo que ya son parte del bando oficialista, y el bloque de Pichetto no contaba de antemano con la totalidad de sus miembros para esta cruzada.
Según circula en los pasillos del parlamento, entre los detractores de la sesión convocada por sus propios bloques estarían radicales que responden al gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro (que tiene a su referente legislativa, Melina Giorgi, en el bloque “sin peluca” de DpS) y nueve diputados de Unión por la Patria de distintas provincias.
Entre estos últimos están los dos diputados peronistas de Santiago del Estero, a horas de que la expresidenta CFK concurriera a dicha provincia para protagonizar un acto con el gobernador Gerardo Zamora. También los cuatro diputados de Catamarca que responden a Jalil, una de Neuquén y dos de Mendoza (Bermejo y Paponet, muy cercanas a Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional y delfín de CFK en la provincia).
Entre la convocatoria a sesión y el fracaso de la misma medió una intensa campaña por parte del oficialismo, que recurrió al uso de la caja del Estado y nuevos llamados a los gobernadores. Una de las zanahorias del gobierno para apretar a los mandatarios provinciales fue la negociación en torno al Presupuesto 2025. No es casualidad que esta misma mañana haya aparecido la convocatoria a reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda para el jueves 14, luego de dos semanas en la que Espert la mantenía freezada. Recordemos que el propio jefe de gabinete, Guillermo Francos, declaró recientemente que no es inconveniente para el gobierno volver a prorrogar el presupuesto vigente en caso de no lograr la aprobación del proyecto.
El juego del “toma y daca” que profesan los gobernadores no es más un cheque en blanco, en el marco de un Presupuesto 2025 que somete todo su ordenamiento a la “regla fiscal” y el imperativo de recaudar dólares para pagarle a los acreedores y usureros de la deuda que hipoteca a nuestro país.
Agreguemos que, con la única excepción de los cinco diputados del Frente de Izquierda Unidad, todos los bloques se negaron a incorporar el rechazo al DNU 70 en la sesión, como reclamó Vanina Biasi. Como destacó la diputada del Partido Obrero en el FIT-U, “lo paradójico es que todos los diputados admiten que el gobierno logra apretar sin haber cumplido con compromisos previos. Este relato da muestras del alto grado de postración que tienen los bloques políticos opositores a Milei. Son cómplices en el Congreso y en las calles”.
Los temas en debate
El punto más sensible era el DNU de la deuda, que prorroga y legaliza el robo a los jubilados a través del endeudamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses y habilita al Poder Ejecutivo a renegociar la deuda “de acuerdo con los lineamientos del mercado”, eliminando el requisito de que los canjes de deuda o reestructuraciones deban ser beneficiosas en al menos dos de los tres ítems entre plazos, tasas o capital; y la condición de que deba contar con acuerdo del Congreso. Sin dudas, este asunto es el que más preocupaba a Milei, Caputo y su tropa -siendo el endeudamiento la política vertebral de su gobierno y debiendo enfrentar cuantiosos vencimientos en corto plazo y el año próximo. Es asimismo el punto que podría haber avanzado rápidamente en el Senado, sin posibilidad de veto ya que no se trata de una ley sino del rechazo a un DNU.
En lo que respecta al régimen de los DNU el dictamen que estaba en temario modifica la ley de Cristina Kirchner de 2006, que hace que voltear un DNU sea una epopeya prácticamente imposible. La modificación invierte los términos del régimen, restringiendo fuertemente la facultad presidencial de gobernar por medio de este tipo de decretos al establecer que un DNU cae si no es ratificado en un plazo de 90 días por ambas cámaras (en lugar de continuar vigente eternamente como ocurre en la actualidad).
Se trata de un régimen del que se valieron todos los gobiernos hasta el día de hoy, y el de Milei está lejos de ser la excepción. Pero la aprobación de la iniciativa muy dudosamente hubiera prosperado más allá de una media sanción en Diputados, siendo que difícilmente el propio peronismo y los partidos de Estado que se disputan la alternancia en el poder avanzarían con esta iniciativa en el Senado al filo del cierre del año parlamentario. Si eso ocurriera, al final del camino depara el ya anunciado veto de Javier Milei.
El planteo del Frente de Izquierda: voltear el DNU 70 de una buena vez
Lo único que podría tener un efecto inmediato es una de estas últimas sesiones del año, es el tratamiento del mega DNU 70, que hace ya ocho meses fue rechazado en el Senado (¡en marzo!), y que podría ser definitivamente anulado con una votación de mayoría simple en diputados. Esto es precisamente lo que planteó Vanina Biasi, que junto a los demás diputados del Frente de Izquierda encabezó la presentación de una nota a los diputados convocantes de la sesión para solicitar que se incorpore al temario.
Nuestra diputada explicaba que “el rechazo al DNU 70 es un objetivo imperioso que se podría concretar en esta sesión sin dilaciones junto a la media sanción para que el rechazo a los DNUs por parte del Congreso no tenga mayores requisitos que el dictado de una ley, como ocurre hoy por imperio de la Ley 26.122 y junto al rechazo parcial al decreto 846 que le permite al Ejecutivo renegociar deuda sin pasar por el Congreso y sin tener la obligación de exigir el mejoramiento de términos de negociación”.
Vanina sentenció que “no hace falta más que voluntad política para completar el trámite pasados ya ocho meses”. Pero es efectivamente lo que no hay de parte de ninguno de los bloques, que en la reunión de labor parlamentaria previa al fracaso de la sesión coincidieron -sin distinciones, desde Unión por la Patria hasta La Libertad Avanza- en rechazar que se vote al inicio de la sesión el apartamiento de reglamento propuesto por el bloque del Partido Obrero -FITU para votar la incorporación del DNU 70 en la sesión.
El rechazo a voltear este megadecreto ilegal e inconstitucional evidencia que detrás del mismo añidan intereses capitalistas muy de fondo, con los que están comprometidos todos los bloques políticos capitalistas sin excepción. Por eso están dejando pasar un gigantesco compendio de agravios contra el pueblo trabajador: en materia de alquileres, de degradación ambiental, de privatizaciones, extranjerización de las tierras, aumento de las prepagas, entre otros. El DNU 70 también contempla la nociva reforma antilaboral, que si bien está suspendida por seis cautelares judiciales, igual que ocurre con las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), no está eliminada definitivamente.
La oposición convocó nuevamente una sesión para el 21 de noviembre. Desde el Frente de Izquierda seguiremos enfrentando esta política en las calles y en el parlamento.
Juliana Cabrera
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